lunes, 31 de diciembre de 2012

Despidiendo 2012: Abriendo puertas

Despidiendo el año  

El año 2012 llega a su fin. Un año un poco raro, con sus dificultades como todos, pero también con sus alegrías. Sin embargo, no ha sido muy productivo, porque básicamente nos hemos dedicado a buscar trabajo. Algo que podría pasar en cualquier año, pero estamos en una época complicada para nuestro país, cosa que dificulta mucho más encontrarlo. Aunque, podemos decir que acabamos el año con trabajo. Carlos encontró trabajo y yo…bueno, estoy haciendo unas suplencias. Estoy en el mismo sitio, donde estuve realizando prácticas de recepcionista. Así que aunque sea por unos días, voy haciendo y puedo decir que termino y empiezo el año trabajando, que ya es mucho y es símbolo de buen augurio (al menos eso espero).

No sé cómo será el nuevo año, pero espero, deseo y anhelo que muchísimo mejor que este. De todas maneras, será una nueva etapa. Siempre que se empieza algo lo es, y en este caso, simplemente un cambio de cifra, puede ser indicio de afrontar nuevos retos y propósitos. Deseo que todos vuestros propósitos, vuestros sueños y vuestros retos se cumplan. Con constancia, insistencia, perseverancia y mentalidad positiva, todo o casi todo es posible.

No me queda más que decir….

¡FELIZ AÑO 2013! J

Buena salida de año y mejor entrada de año.  Me despido de esta entrada, igual que del año, con esta canción de Gloria Estefan: Abriendo puertas. Para que todas las puertas que queramos abrir en este nuevo año se abran, por muy cerradas que estén, aunque estén con candado. Así que, vamos abriendo puertas que nos llevarán tan lejos como queramos.  


jueves, 27 de diciembre de 2012

Crónica de una Nochebuena anunciada

Preludio de Nochebuena 2012 

Texto escrito la tarde de Nochebuena. No lo publiqué, pero como dejé en la última entrada…había condimento y entrada prevista. Ya que está escrita, que menos que copiarla y compartirla en el blog. Así que, aquí está la entrada de la Navidad 2012. 



NI el mundo se ha terminado, ni nada de nada. Lo único que estamos en Navidad, un año más, sin más. Cada año pasa más desapercibida la Navidad, a pesar de las luces y el consumismo que reina por la ciudad. Cuando somos niños se vive con ilusión, y cuando tienes a niños que lo viven con tanta ilusión te lo trasmiten. No es mi caso. No tenemos a nuestro alrededor ningún niño, así que las fechas han llegado casi sin darnos cuenta. Casi sé que son fechas navideñas, porque la gente te felicita las fiestas, porque hemos comprado lotería y porque hoy es Nochebuena y nos reuniremos la familia.

En cuanto a lo de desear felices fiestas, a veces se dice casi sin darnos cuenta, casi por decir. De todas maneras, se diga como se diga, se dice y no está de más, lanzar al viento un buen deseo para el prójimo, por tanto me alegra y se agradece escuchar ese latiguillo final. Normalmente, esa frase se dice al final de una despedida, una buena despedida, deseando felicidad al otro. Sin embargo, ya hace tiempo que dejé de enviar postales. Esa tradición se ha perdido, no es que porque yo no lo haga ya no lo haga nadie, pero siendo realistas es mucho más efectivo un correo electrónico, que sabes que llega a su destinatario, sin pérdidas por el camino, y es mucho más inmediato. Pero, ¿y dónde quedó la gracia de abrir el buzón y encontrarte esas postales escritas a mano? Quedó relegado a años anteriores. Lamentablemente, todo aquello que la tecnología suple, va quedando para los recuerdos. Escribir postales navideñas requiere tiempo, esfuerzo y dinero, algo que se puede sustituir por diferentes medios más inmediatos: e-mail, sms, whatsap, etcétera. Da igual como se haga, aunque algunos de los medios como el tradicional guste más, la cuestión es llegar al objetivo final: felicitar las fiestas navideñas a todos los que quieres, deseándoles lo mejor.

La lotería, parece que todo el mundo espere al 22 de diciembre, para ver si la suerte cambia y un poco de dinero llega a sus bolsillos. Desgraciadamente, en muchos de los casos, solamente sirve, para que ese dinero desaparezca de tus bolsillos comprando décimos no premiados. Sin embargo, el azar es lo que tiene, que si no compras seguro que no te toca. Este año no nos ha tocado nada. De hecho, yo ni he comprado, así que obvio que no me haya tocado. Pero, Carlos sí que había comprado algún décimo de los que jugaba su empresa, siempre queda bien comprarlo, más que nada, porque si toca y no has comprado pasas a ser denominado como: el pringado. De esos números, hay uno, que al menos, le ha tocado la devolución, así que es como si no hubiera perdido nada. Pero, vamos, que aunque sea un número, una participación o algo, seguro que todos jugamos, aunque sea porque alguien te haya regalado algún número. Como digo, un año más no salimos de pobres, aunque ya dicen que lo importante es la salud. Además este año hay una novedad: el premio gordo de la lotería ha tocado en nuestra barriada: La Verneda. Me hizo gracia ver el establecimiento de loterías, que lleva más de 20 años allí, por la televisión, y sobre todo ver la celebración y la gente saltando de alegría. A pesar de que no creo que nadie de los que fueron agraciados estuvieran allí celebrándolo. También, me hizo gracia escuchar comentarios por los medios de comunicación, del estilo que había tocado en una barriada humilde y muy afectada por la crisis, y es que es verdad; es un barrio humilde y donde durante este año se han producido bastantes desahucios. Así que, aunque este año no nos haya tocado, al menos me alegro que haya tocado tan cerquita. No me arrepiento de no haber ido este año a comprar a esa lotería, porque aunque hubiera ido allí, ¿quién dice que hubiera cogido ese número? Yo no, porque tampoco cojo el número por n ada en especial, así que puede que sí, pero también hay bastantes probabilidades a que hubiera comprado otro número.

En cuanto a que hoy es Nochebuena, pues sí. Hoy es Nochebuena y mañana es Navidad. Es lo que tiene que sea 24 de dicembre, que cada año se repite Nochebuena y los peces y los humanos vuelven a beber. Bueno, dejando de lado los villancicos, hoy es el día, en que nos reunimos los miembros de la familia: para cenar, para vernos, para estar juntos, y ponernos al día. Sin embargo, hoy faltarán algunas personas importantes en la mesa: una de ellas es mi prima Susana, que como ya es una mujer casada y hay que repartir, pues la Nochebuena le toca pasarla con los suegros. De todas maneras, sé que en otra fecha la veré, y oye, si le toca ir a casa de los suegros le toca, no vale escabullirse. A mí me toca mañana (Navidad) ir a casa de la familia política. Aquí todos tenemos que cumplir e intentar repartirse equitativamente.
Pero, hay otra persona dentro de la familia, que faltará: mi abuelo. No, porque esté con su hijo, y no le toque pasar las fiestas con nosotros, que también. Sino que, el pobre, desde hace unos días está ingresado en el h hospital. Resulta que, llevaba unos días que le costaba bastante respirar y, el ventolín ya no le ayudaba, ni le hacía mucho. Así que, la familia con la que está le llevó de urgencias, y ese susto se convirtió en un ingreso. Ayer fui a verlo, y le daba igual que fueran fiestas, a pesar de que ya se encontrase mejor, parece que no tuviera muchas ganas de que le dieran el alta. Él estaba bastante bien, que la cena estaba muy buena y estaba a gusto. Imagino que, cuando llegas a ciertas edades ya te da igual la fecha del año que sea y lo que se haga, son demasiados años, demasiadas vivencias y parece que haya perdido la ilusión por todo y por la época del año que sea. Solamente, espero y deseo que se recupere, que aunque él crea que está muy bien en el hospital, allí no le van a dar el cariño que le espera en casa, además si está fuera del hospital, de esa habitación pequeña, significará que estará recuperado. Los achaques no hay nadie que se los pueda quitar del todo, porque vienen con la edad, y si ya tiene más de noventa…aunque le cueste asimilarlo, no es un chavalín, para que esté dando saltos, brincos y caminando sin cesar, es normal que algo le duela. Pero, en este caso, espero que no tenga tantas dificultades para respirar y le envíen para casa.

Continuará…. 

Todo lo que tiene un principio, tiene un final. Las fiestas, los banquetes, las reuniones y las celebraciones no han terminado, así que con resaca, empacho o lo que sea volveremos,  para contar más cositas. ¡Felices fiestas a todos!  


Navidad 2012 Introducción...


Tengo entradas pendientes. No quiero despedirme del año sin dejar ninguna entrada y un propósito de final de año es hacerla. Tengo varias entradas escritas, relacionadas con estas fiestas navideñas. Así que, solamente es cuestión de ponerme y ponerlas. A ver si lo hago. Pero, como ahora no  son horas, simplemente os dejo con una canción navideña.

Continuará… y sobre todo ¡Felices Fiestas Navideñas 2012!


viernes, 30 de noviembre de 2012

Primera y última entrada de noviembre

Madre mía! lo que me está costando realizar esta entrada, y todo porque me he encaprichado escribir en Noviembre. No quería que en el mes de noviembre quedase en blanco, sinninguna entrada.  Pero, miordenador no me hace caso, y apesar de haber escrito  algunas entradas han desaparecido. No digo que por ello  me haga de las suyas el ordenador, sino porque va muuuy lentooooo.   Así que, como estoy escribiendo a contrareloj, no me ha quedado otra que escribir con mi mini teclado desde el ipad. Pero, no sé porqué no me deja realizar la entrada en el blog directamente.  Y lo estoy haciendo desde un bloc de notas...espero que pueda pasarlo al blog, y como no me
queda mucho tiempo, es blocmejor que vaya terminando esta entrada. Aunque sé que es una entrada para olvidar de lo pésima que es. Espero que al menos mi propósiyo de colocar la entrada antes de que acabe el último día de noviembre se cumpla...ahora lo veremos.

viernes, 26 de octubre de 2012

Recordando: Nuestra llegada a Dublín



Dos años después de iniciar nuestra aventura irlandesa:
Hace dos años que viajamos por primera vez a Dublín. Ahora ya hace casi un año que regresamos de tierras irlandesas. ¡El tiempo pasa volando!. Pero, aún recuerdo que un día como hoy de hace dos años volábamos para allí: cargados de ilusiones, sueños y muy nerviosos.  
Teníamos muchas ganas de pisar tierra firme, aunque sabíamos que nos esperaba un camino largo y duro, como: encontrar piso, encontrar academia, encontrar trabajo… y nada más llegar nos teníamos que poner las pilas. No podíamos perder ni un minuto, el tiempo corría en nuestra contra: solamente una semana de hotel, es decir, solamente siete días para encontrar casa.
Sin embargo, una de las cosas que nunca he explicado en este blog, aunque mucha de la gente que nos rodea ya lo sabe. Fue uno de los percances que nos sucedió al aterrizar en el aeropuerto de Dublín. Y ya es hora de que lo cuente.

Al llegar, fuimos a buscar nuestras maletas, no una, ni dos, tres súper maletas. Íbamos súper cargados. Esperando a que llegasen las maletas, se acercaron dos hombres, cerca de Kenzie, yo pensaba que, para variar estarían toqueteándola, pero no les dije nada. Hasta que vimos que le ponían un aparato cerca, entonces Carlos y yo nos giramos y nos quedamos mirándoles. Entonces, nos pidieron la documentación, tanto nuestra como de Kenzie. Le enseñamos el pasaporte de Kenzie, su carnet de vacunas y todo lo referente a ella, incluso una carta que nos había escrito el veterinario, ya que nos dijo que seguramente nos la pedirían, y así fue, se acercaron para comprobar los datos, y el aparato que le acercaban a Kenzie era el lector de microchips.
Hay que decir que, Irlanda y Reino Unido son muy exigentes a la hora de permitir la entrada de mascotas a su país, ya que en esos países no existe la rabia y lo controlan bastante. Pero, para ello ya le habíamos hecho, unos meses antes, una analítica, para cerciorarnos de que estaba bien de anticuerpos de la rabia. Ese papel te da paso libre a esos países, porque corrobora que no tiene ningún problema para entrar. Pensábamos que llevábamos todo en regla, ya que nos habíamos informado, pensábamos que bien, con nuestro veterinario. Sin embargo, ellos nos decían que nos faltaba un papel, que en cuanto tuviéramos nuestras maletas fuéramos a una oficina que había, que nos estarían esperando. No entendía nada. ¿qué nos faltaba? Además, ¿para qué nos querían ver? Ya habían visto todo. Muchas veces pienso que si no hubiéramos facturado, ni se hubieran percatado de nuestra presencia, pero teníamos que facturar.

Como buenos ciudadanos fuimos a esa oficina que nos habían indicado. En esa sala pequeña, ya en la puerta nos estaban esperándonos, no pudimos introducir el carro con las maletas, porque no cabía. Era una sala súper pequeña, nos pusieron unas sillas, y nos sentamos. Nos pidieron toda la documentación de Kenzie, casi sin darnos explicaciones. Según ellos faltaba un papel, pero no nos decían qué papel. Iban llamando a un veterinario. Me alarmé en cuanto dijeron que, como faltaba un documento, tendría que ir a la perrera, para pasar la cuarentena. Me angustié mucho, me dí cuenta de la falta que nos hacía aprender inglés para poder comunicarnos. El diccionario no servía de mucho, porque no entendíamos lo poco que nos decían, por mucho que tengas un diccionario, que sepas como se escribe, tienes que saber entender y comunicarte. Ese rato se hizo eterno, mientras con nuestros documentos, iban mirando, haciendo fotocopias, escaneando y no sé qué más harían. Pero, no nos decían nada. Yo estaba por llamar a alguien, no sabía a quien, pero de lo que estaba segura es que no iba a permitir que se llevasen a Kenzie. Pasaba el rato, una hora, una hora y media, dos horas, y no nos informaban. Tenía ganas de ir al lavabo, pero sobre todo tenía ganas de que se solucionase todo, de que nos dejaran irnos. Kenzie también estaba nerviosa, después de un viaje, por suerte no muy largo, pero entre llegar dos horas antes al aeropuerto para facturar, más dos horas de viaje, más el rato que llevábamos allí…ella también tenía ganas de salir, respirar aire y hacer sus necesidades. Les dije si podía salir, que lo necesitaba, y me dijeron que sí, pero sin el perro, porque era ilegal salir con el perro, ya que faltaba documentación, ¿qué documentación? No eran claros. Deseé que Kenzie hiciera lo que tuviera que hacer en esa moqueta, que estaba resultando molesta, ese ambiente, esos hombres, sobre todo uno que nos trataba como delincuentes. Deseaba que se lo hiciera allí mismo, para que se dieran cuenta que necesitaba salir, o acaso no veían que estaba nerviosa.
Pero, como en todo siempre hay alguien que es más benévolo, y nos permitió salir a Kenzie y a mí a la calle, eso sí acompñadas por él, como delincuentes. No fuera a ser que nos escapásemos. A Carlos no le dejaron salir, se quedó con las maletas. Me supo mal que no le dejaran salir con nosotras, pero agradecí que, al menos a nosotras, sí. Kenzie demostró con creces las ganas que tenía de hacer pis. Ese hombre era más agradable, aunque no paraba de interrogarme, el porqué íbamos a Dublín, qué íbamos a hacer, cuánto tiempo íbamos a estar, dónde nos íbamos a alojar…con mi pobre inglés le fui contando, y también con ese inglés, mi angustia y mis lágrimas le iba diciendo que no entendía nada del porqué estábamos alí retenidos, teníamos todo en regla. Yo estaba muy preocupada por si se llevaban a Kenzie, él me dijo que no me preocupase que en breve vendría el jefe de veterinarios, lo estaban esperando y que seguro que estaba todo bien y ya nos podríamos ir.
Dejó que me fumase un cigarro, mientras tomaba el aire. Entonces, le dije si Carlos podría venir, estaba segura que él también deseaba salir de ahí y fumarse un cigarro, además si estaba él controlándonos no entendía porqué no podía salir Carlos. Al fin, dio su visto bueno y fue a avisarle para que saliese. Estuvimos dialogando un poquito más con este buen hombre, que al menos había tenido la bondad, la empatía y la comprensión de explicarnos qué pasaba. Aunque entre los nervios, la espera, la preocupación y nuestro inglés, seguiamos sin entender nada. Por un walkie-talkie le hicieron saber que entraramos todos dentro. Entramos y al poco vnieron, el “poli malo”, dos hombres más y entre ellos el jefe, a quien estábamos esperando. Vino con el mismo cacharro que nos habían abordado al principio, el lector de microchips. Le leía el microchip a Kenzie y no correspondían los datos. En ese momento es cuando me dí cuenta de que Kenzie tiene dos chips (el americano de Leader Dogs y el español de la FOPG: Fundación ONCE del Perro Guía). Después de rebuscar, por mis indicaciones, ya que el día anterior se lo había mirado nuestro veterinario y sabía por donde andaba el microchip español, lo encontraron y vieron que todo estaba correcto. El jefe dio el visto bueno, nos pidió disculpas y nos dejo irnos. Pero después de haber pasado tres horas retenidos, sin explicaciones y con mucho miedo de que se llevasen a Kenzie. Aunque no lo hubiera consentido, si hubiera hecho falta hubiera llamdo a: la embajada, a la ONCE, a mi veterinario y a quien hubiera hecho falta, para que no la alejasen de mí. Si se la hubieran llevado, me hubiera dado algo y a Kenzie le hubiera causado un trauma irreparable.

Al final, aunque no gracias a las explicaciones que nos dieron, nos enteramos que lo único que faltaba era su confirmación, de que todo estaba en regla. Para ello, no hay que hacerlo el mismo día que llegas, sino que hay que notificarlo vía correo electrónico, haciéndoles llegar toda la información necesaria. Así que, el documento que nos faltaba era su aprobación, para que nuestra perra pudiera entrar al país. Pero todo estaba bien. Un pequeño gran detalle que no nos reflejó nuestro veterinario. Aunque no toda la culpa es de él, también nuestra por no habernos informado mejor. Sin embargo, al decirnos él que lo más importante era el papel de los anticuerpos, que no lo perdiésemos que nos serviría para todas las veces que fuéramos allí, y también el tratamiento que el día anterior le había hecho (pipeta, pastilla antiparasitaria). Con todo ello nosotros y habiendo avisado a la compañía aérea, en nuestro caso: aerlingus, pensábamos que ya estaba todo solucionado.  Es algo lógico que se tenga que avisar a la compañía con la que vas a volar, para que tengan constancia de que vas a viajar con un perro guía (además en algunas aerolíneas solamente permiten viajar un cierto límite de perros en cabina).

Bueno, no hay mal que por bien no venga. Para la siguiente vez que volvimos a Dublín, sabíamos todo lo que teníamos que hacer. Una vez tuvimos los billetes, avisé a la compañía aérea, lo hice con bastante tiempo, pero no quería que esta vez hubiera ningún problema. También me puse en contacto con el Departamento de agricultura (en esa página web pone todo lo referente a viajar con perros a Irlanda), así que, les escribí un correo electrónico adjuntándoles toda la información necesaria (fotocopia del pasaporte, fotocopia del libro de vacunas, fotocopia de la analítica de sangre- donde demuestra que no tiene la rabia-, fotocopia de nuestro vuelo…). Teniendo enviada toda la documentación, solamente necesitábamos esperar la aprobación por parte del departamento de agricultura de Irlanda, una vez tuvimos la aprobación ya podíamos regresar a Irlanda sin ningún contratiempo. Eso sí, pasando el día anterior por el veterinario, para que le hiciera el tratamiento anti-parasitario, firmase un documento donde indica que el tratamiento ha sido puesto 24h antes de viajar (creo que, se puede hasta un máximo de 48h). Al llegar al aeropuerto de Dublín, ya sabíamos que habría alguien esperándonos, sabían a la hora que llegábamos, porque tenían todos los detalles de nuestro vuelo. Pero, ni mucho menos, afortunadamente, fue como la primera vez que pisamos tierra firme en Dublín, fue todo mucho más rápido. De todas maneras, nos llevaron a una oficina, mucho más amplia- o al menos a mí me daba la sensación-, con muchos mejores modales y más comunicación (el hecho de que ya lleváramos un tiempecillo en Dublín ayudó bastante). Solamente, revisaron que los datos estaban correctos con la información enviada, miraron el pasaporte para mirar lo del tratamiento y nos dieron acceso libre al país.

¡Qué complicado que resulta viajar! No es tan difícil, pero el desconocimiento, los trámites y la barrera lingüística hicieron que nuestro primer día en Dublín fuera horroroso. Solamente queríamos llegar al hotel, pero nos encontramos con algunas trabas, que nos ayudó para saberlo para la siguiente vez. Para viajar al Reino Unido también hay que hacer bastantes trámites, aunque si viajas desde Irlanda, como ya has tenido que hacer todos los trámites, puedes viajar de un país a otro sin ninguna complicación. Aunque, si alquien tiene pensado realizar el viaje, es mejor informarse, escribiendo algún e-mail al departamento o alguna embajada, para que nos puedan informar con total seguridad.  
No sé si esto ha cambiado de un año para otro, porque la última vez que fuimos a Irlanda fue hace un año, en Septiembre del 2011. Además, para venir a España no nos pedían ningún documento. Solamente ellos tenían esas restricciones, debido a medidas de seguridad por el tema de la rabia. Sin embargo, según me informó hace poco mi veterinario, creo que, ahora sí que se necesita algo para viajar, sea donde sea, como si es para regresar a España.

Bueno, sea como sea, sobre todo hay que informarse, de eso no cabe duda. Y hoy, que es 26 de octubre he rememorado algo que nos sucedió el primer día, incidente que aún no había contado. Primero, porque al principio me resultaba doloroso recordarlo, ya que lo pasamos, francamente, mal. Y después, porque afortunadamente, tenía cosas mejores que contar de nuestra estancia en Dublín. Hoy por hoy, hace dos años que pasó, seguro que tengo miles de cosas mejores que explicar, pero me he acordado y quería compartirlo con vosotros. Además en la búsqueda activa de trabajo, tampoco es que sucedan muchas cosas interesantes que trastornen la rutina del día a día, quizás por ello me da por recordar. Es lo que tiene tener mucho tiempo libre.

Lo cierto es que fue una experiencia desagradable y no quisiera que nadie pasara por ello. Por tanto, si vais a viajar, sobre todo informaros. 

domingo, 7 de octubre de 2012

BODA SUSANA Y JAVI



TODOS LOS DÍAS SALE EL SOL y hay días que brilla más que otros…

El pasado día 23 de septiembre, hace dos semanas, el Sol brilló con más fuerza de lo habitual. Fue un día muy feliz y emotivo. Mi prima Susana, quien es como una hermana para mí, contrajo matrimonio. Un día muy especial que brilló con luz propia. Eligieron un lugar idílico: la playa.

Javi y Susana llevan once años de relación, y al fin se atrevieron a dar el gran paso. Después de meses de: preparativos, nervios y estrés, el gran día había llegado. Todos estábamos nerviositos perdidos, esperando la llegada de la novia. Mientras la esperábamos, estábamos en nuestros asientos, y ahí empezaron algunos de los detalles qe tuvieron con los invitados: en cada asiento había unas chanclas, decoradas y con el nombre de los novios y la fecha. Cuando las vimos aprovechamos para ponérnoslas, ya que al estar a pie de arena, era mucho más cómodo. La música elegida por los novios era perfecta para ese momento, pero hacía que las lágrimas saliesen sin avisar. Saber que, realizaban un paso muy importante en sus vidas, que lo querían compartir con nosotros, que el tiempo pasa y encima, la música, menudo cúmulo de emociones se juntaba y salían a flote.

Por fortuna, la celebración fue amena y con guiños de humor, gracias al “cura”. Miguel, un amigo común de los novios, hizo una presentación muy humorística, real y divertida de los novios, les hizo una caricatura. Para formalizar la relación llegó el regidor que leyó los artículos que forman el código civil, y así contrajeron matrimonio. Con algunas partes emotivas sumadas a la ceremonia: lectura de dos amigas importantes, una de ellas la celestina de la pareja. Y después, llegó la lectura de los respectivos hermanos, día muy importante para ellos, ya que veían como sus hermanos daban un paso gigantesco en la relación. Juntando, si aún cabe, mucho más a las dos familias.

Cuando terminó la ceremonia, les arrojamos arroz con pétalos de rosa (habían pensado en todo, y la bolsita estaba en las respectivas habitaciones del hotel). Los bañamos de felicidad con esos ingredientes. Después, se formó una gran cola para hacerse la foto con el recién matrimonio. Creo que, nos colamos, pero da igual, todo el mundo pudo hacerse la fotografía, así que, que más da el turno en qué te hicieras la foto. Lo importante es que el recuerdo del retrato lo tiene todo el mundo. Cuando nos tocó a Carlos, Kenzie y a mí, Susana y yo nos fundimos en un fuerte y emotivo abrazo (me alegré mucho de no haberme puesto rimel). En la foto estaba muy emocionada y recuerdo las palabras de Javi, diciéndome que no era nada malo, pero esas lágrimas, bien lo sabe él, eran de felicidad.

Vino la hora del pica-pica, la verdad es que no comí gran cosa, tenía el estómago cerrado por tantas emociones. Entablé conversación con gente, que hasta entonces no había tenido la oportunidad de conocer en persona, como por ejemplo: la prima por parte materna de Susana,Yoli. La verdad es, que todo el mundo estaba muy feliz, contento y era el momento de conocerse un poco mejor. De repente, escuchamos fuegos artificiales. Una manera de celebrarlo a lo grande, el cielo iluminado, no solo por los novios, por las estrellas, sino que, los fuegos artificiales también se sumaron a la fiesta.

Con todo el jaleo, no recordé que la hora de dar de comer a Kenzie había pasado, pero ella tampoco estaba por la labor de recordármelo. Sin embargo, la pobre tenía que comer, fuimos a la habitación, comió, bajamos y ya no había rastro de la gente. Afortunadamente, me encontré con mi tío y le dije que llevase a Kenzie con mi padre y dejara el bolso con mi madre. Todos estaban en el restaurante, la hora de cenar ya había llegado. Pero, los amigos, mi prima Eva, los novios y nosotros teníamos una sorpresa para los invitados. Sorpresa que vendría seguida por miles de sorpresas más.  Nuestra entrada a la sala fue bailando, mediante una coreografía que habíamos ensayado más de una vez, pero nunca en el recinto donde la íbamos a realizar, así que, como el espacio era más pequeño del que pensábamos, no salió tan bien como esperábamos, pero pasarlo bien sí que nos lo pasamos, así que, si de pasarlo bien y entretener a la gente se trataba, entonces creo que lo conseguimos.

Vino la hora de cenar, con un menú suculento. Nosotros estábamos sentados en la mesa de los primos, aunque Eva y Encarni estaban en la mesa de los mayores. Nuestra mesa estaba al lado de la mesa más animada, la de los amigos, que cada dos por tres lanzaban al aire algún lema del estilo: “Viva los novios!” y no paraban. Para que nos vamos a engañar, yo me sumaba a ese griterío, era el día perfecto para quedarse sin voz y gritar a los cuatro vientos la alegría que se respiraba. Entre plato y plato, sorbete de mojito y copitas de vino íbamos saliendo a hacer algún cigarrito.  Nuestro camarero, argentino, fue muy amable, tanto que hasta le trajo agua a Kenzie. Así que, como no, se mereció una ola por parte de nuestra mesa. Cuando llegó la hora del pastel, alguien se añadió a nuestra mesa, una nueva amiga que hice durante el aperitivo, una prima de Javi de siete años. Sara, una niña muy simpática que había sido la encargada de llevar los anillos durante la ceremonia.

Y empezaron a llegar más y más sorpresas que, nos dejaron con la boca abierta. Los novios no querían ser los únicos protagonistas de la boda, e hicieron que muchos de los presentes compartiéramos ese protagonismo con ellos. De repente, se apagaron las luces, pusieron música y los novios empezaron a bailar, dando vueltas en medio de las mesas. Una de las canciones que pusieron fue: “Todos los días sale el Sol” a Carlos y a mí nos gusta mucho esa canción y la estábamos cantando, incluso Carlos estaba haciendo un vídeo, y de repente, los novios dejaron de bailar se aproximaron a nosotros, Susana me llamó, pensé que para una foto o no sé, y me dió un regalo que tenían pensado para nosotros. Nos regalaron unos muñecos hechos a mano que son unos novios, incluyendo a un perro que lleva la novia. ¡Somos nosotros!. Tuvieron ese detalle, nos tuvieron en cuenta, dando a entender que eramos importantes para ellos, y saben que para nosotros también lo son. Después de ese súper detalle, sin que nadie lo supiera, vinieron más y más detalles: para la madrina (mi prima Eva, hermana de Susana), el padrino (hermano de Javi), amigos y para mi prima Encarna, y para más gente que ahora no recuerdo. Salías de una sorpresa para meterte en otra y las lágrimas volvían a asomar, y el torbellino de emociones seguía haciendo acto de presencia.

Dejo el vídeo que estaba grabando Carlos en el momento que llegó nuestra sorpresa: 


Es normal que, después de tantas sorpresas, aún perduré en mí una sensación de resaca emocional. Además, me arrepiento de no haber hecho más fotos, así que, intento recordar todo, todo y todo, porque ningún momento fue para olvidar. Cada instante, cada momento, tiene su historia, su significado y su sentimiento.

Cuando llegó el momento de la discoteca, de mover el cuerpo, fue la hora de que Kenzie se despidiera y fuera a dormir con el peluche que le habíamos llevado. Me dio pena dejarla sola en la habitación del hotel, pero no era plan que estuviera en la discoteca con la música alta, gente aún más contenta de lo habitual…no es sitio para un perro. Era un día muy feliz, así que era el mejor momento para darlo todo y estar, aún más, feliz si cabe. Disfrutar, bailar, reír, beber y cantar. Llegaba el momento de darlo todo y demostrar lo contentos que estábamos, los novios se lo merecían. Bueno, se merecen eso y mucho más, porque se comportaron de una forma excelente.


Era un día grande, gigantesco, y quisieron compartirlo con todos nosotros. Nos hicieron partícipes de su felicidad. Por ello y por lo que significan ambos para mí, el Sol brilló más que nunca ese día. Porque, es obvio que, aunque a veces no lo veamos, el Sol sale todos los días, pero hay días que, aún sin verlo, aún siendo de noche, hay gente que hace que el Sol salga, sea la hora que sea, y brille con luz propia. Porque hay personas que nos iluminan gracias a su luz interior. Y me siento muy afortunada de tener a ese par de grandes personas a mi lado, poder contar con ellas es un privilegio y yo lo tengo. Gracias, me siento muy agradecida de conocerles, de que sean como son y de estar junto a ellos. GRACIAS.
Les deseo lo mejor, porque se lo merecen. Primero, por ser como son, tan grandes, tan detallistas, tan buenas personas…no hay palabras. 

¡Viva los novios y por muchos años! J
   

sábado, 29 de septiembre de 2012

ÚLTIMOS DÍAS DE SEPTIEMBRE


ÚLTIMO VIERNES DE SEPTIEMBRE 2012:
Hoy, viernes, último viernes del mes de septiembre, ha llegado el final de un ciclo. Termina no solamente el mes de septiembre, también termino mis prácticas como recepcionista. Después de estas prácticas no sé qué me deparará el futuro, pero quién lo sabe. No tengo ningún plan en mente, simplemente ponerme de nuevo en el mercado laboral. Ponerme en la búsqueda activa de empleo. Sé que tal y como está el panorama actual, no va a ser cosa fácil, pero no hay nada fácil y quien insiste lo consigue.

AL MAL TIEMPO, BUENA CARA: 
No queda otro remedio que ser optimista. Estamos ante una situación económica deprimente. Mucha demanda y poca oferta laboral. Así que, sabiendo lo que hay, sé que, si ya de por sí es complicado encontrar trabajo, ahora tendré que hacer logros extras para saber vender mi capacidad profesional. Cuantos más demandantes, más competencia, más complicado se lo ponemos a los que seleccionan personal, pero peor lo tenemos quien nos enfrentamos a ellos.

Actualmente, las empresas no están en la labor de contratar, como bien me han dicho, más bien intentan mantener a sus empleados. Intentan no despedir, recolocar y tirar para adelante. La crisis afecta a todos los sectores y no están en la ardua labor de contratar, porque hay veces que esas empresas casi no pueden ni pagar a sus trabajadores.

FINAL DE CICLO:
He terminado unas prácticas de recepcionista, donde he estado dos meses. He tenido a unas compañeras excepcionales, me han ayudado todo lo que han podido y más. He aprendido mucho de ellas. He adquirido experiencia. He estado en un ámbito nuevo para mí. Recuerdo los primeros días que no quería ni que sonase el teléfono, porque me daba miedo transferir mal la llamada, pero después más valía que sonase el teléfono para que el tiempo pasase sin que me diera cuenta. Cuanto más trabajo, más rápido pasa el tiempo. No tienes tiempo para pensar ni qué hora es. 

No quería hacerme ilusiones y sabía que no tenía posibilidades de quedarme, aunque me hubiera gustado hacerlo. Al principio tienes miedo, miedo a lo desconocido, inseguridades, pero una vez dominas el terreno…es cuando llega el momento de despedirte. Cerrar ese capítulo para empezar otro. Sin embargo, me siento un poco bloqueada, no sé qué pieza mover, no sé hacia dónde debo ir. Pero, quizás, es cuestión de dejarse llevar. No desaprovechando ni un instante y aprovechando cada oportunidad que se nos presente.  

EL VERANO DICE ADIÓS:
Esta última semana, parece que, el verano ya nos ha dicho un hasta pronto, y el frío ha aparecido por arte de magia. De manera abrupta, casi sin avisar, nos ha abofeteado un aire fresquito que, ha hecho que mi cuerpo sufriera consecuencias. Podría haber estado al 100% sin embargo, no lo he estado porque estaba un poco pachuchilla por ese cambio de temperatura. A pesar de ello, lo he intentado hacer lo mejor posible. Espero que se queden con un buen recuerdo, sé que de Kenzie no se van a olvidar, pero espero que de mí tampoco.


KENZIE, UNA COMPAÑERA MÁS EN EL TRABAJO: 
Kenzie, como ya se sabe, conquista el corazón de todo el mundo y a veces hace que yo sea más sombra de ella que otra cosa. Para muchos de mis compañeros, ésta ha sido la primera vez que han tenido a un perro guía como compañero y ese hecho les hacía gracia. A veces, si no fuera porque iba con Kenzie, olvidaban mi discapacidad y eso es muy bueno. No tener en cuenta que estás ante una persona que tiene algún problemilla es muy bueno, lo convierten en natural y te tratan normal, tal y como debería ser. Les he remarcado a mis compañeras que, espero haberles ayudado y que espero que ahora tengan otra imagen de las personas con discapacidad visual.

INTEGRACIÓN LABORAL: CAPACIDAD
Para que haya una integración laboral se trata de: que no te vean como que tienes una discapacidad, sino que vean tus capacidades. Con limitaciones o no, pero podemos hacer de todo. El mayor problema es el miedo que tienen los empresarios de vernos como que no podemos hacer nada, a qué nos vamos a poder dedicar si no vemos. No se dan cuenta que hay multitud de adaptaciones, y que paso a paso podemos hacer de todo. El gran paso, el de gigante, lo tienen que dar ellos, dejándonos enseñarles nuestras herramientas, confiando en personas con capacidades como cualquier otra, y sin miedos.Dejándonos responderles para qué sirve una persona con discapacidad y capacidad profesionales.

FIN E INICIO: 
Simplemente decir que; cierro un capítulo más en mi vida, pero que; habrá más y mejores. No sé cuándo, ni dónde, pero pronto empezará otra aventura más. De momento, podemos dar la bienvenida a otra estación del año: Otoño. Verano nos ha dejado, pero el otoño ha llegado. Siempre acaba algo, pero se inicia algo nuevo.Se cierra una puerta para abrirse otra.

miércoles, 22 de agosto de 2012

LOS SENTIDOS OLVIDADOS


LOS SENTIDOS OLVIDADOS: más que dos sentidos...cinco

Sabemos que tenemos cinco sentidos: vista, oído, olfato, tacto y gusto. Si una persona tiene deteriorado uno de esos sentidos, sabemos que una persona que padezca falta del sentido de la vista en ciego o deficiente visual, una persona con deficiencia auditiva es denominado sordo, pero ¿y cómo se les llama a las personas que les faltan los otros sentidos?

Los otros sentidos: olfato, gusto y tacto, existen. Por tanto, también puede ser que en algún momento no estén desarrollados correctamente y puede que, por algún motivo desconocido  o no, nos falten.

Como he dicho en alguna otra ocasión, no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Pensamos que todo está ahí para siempre, pero cuando desaparece nos damos cuenta de lo importante que era. Sucede lo mismo con los sentidos, cuando nos falta uno de ellos, aprendemos- a la fuerza- a desarrollar los demás.

La falta de olfato es denominada anosmia. Las personas que tienen dificultad para distinguir olores son anósmicos. Nunca había escuchado esta palabra, quizás algunos de vosotros también es la primera vez que llega a vuestras mentes este concepto. Parece que el sentido del olfato lo dejamos de lado y no entiendo porqué, ya que es importante. Cada uno de ellos lo es. Seguro que más de una veza hubierais preferido no oler algo muy desagradable, pero pensar cuando es algo apetecible. A la hora de distinguir un perfume el olfato juega un papel importante. Las flores, ¿qué serían de las flores y plantas sin olor? Sí, muy coloridas, pero la rosa no sería la misma, o la menta no tendría el mismo significado. Además, no es útil solamente para disfrutar de los buenos olores, a veces nos puede ayudar a distinguir: En mi caso, distingo las especias oliéndolas: albahaca, pimientas, orégano…
Poneros en situación: llegáis a casa y notáis un fuerte olor a gas- no quiere decir que os lo hayáis dejado, puede ser que haya sido algún vecino-. Si, desgraciadamente, el olfato no funciona adecuadamente, no podréis notarlo. Caso bastante peligroso. Igual, sucede con el olor a fuego, aunque si está cerca se puede distinguir con la vista, o bien si haya alarma de incendios se escuchará, pero si está lejos no podremos notar el humo. Aunque no se pueda oler, las consecuencias pueden ser funestas: inhalación de humo: intoxicación.
De todas maneras, seguro que estás personas han aprendido a vivir con esta falta. Han desarrollado más otros sentidos, como hacemos todos cuando uno empieza a fallar.  Además, evitan tener que olores nauseabundos: lo digo en el sentido literal de la palabra, porque hay olores en el que me han llegado a entrar arcadas. Sin embargo, sé que eso no es consuelo, porque a mí también me fastidia, entre comillas, eso de: “!suerte que no lo ves!”.

Pasemos a otro de esos sentidos olvidados. El gusto. Este sentido está muy relacionado con el del olfato, pero son sentidos diferentes. Yo pensaba que si una persona no podía oler, tampoco podría distinguir sabores. No es así, se puede. Pero, quizás una que no pueda diferenciar sabores tampoco puede distinguir olores, eso no lo sé (si alguien lo sabe que deje un comentario, por favor). La falta de gusto se llama ageusia. Es decir, aquellos que no pueden saborear son llamados: ageusicos. 
No pueden disfrutar de comer algo sabroso, porque para ellos todo es insípido. Algo dulce, salado, amargo, agrio, para ellos todo es igual, con el mismo sabor: ninguno. Se podrían comer algo en mal estado, porque para ellos no estaría malo, no lo podrían distinguir. Se podría decir que es, en este caso, comer por comer.  Mirándolo por el lado positivo, seguro que todo les gusta, porque no pueden saber si les gusta o no realmente. Perdonad, mi desconocimiento ante este sentido. SI alguien quiere aportar más información al respecto, seré toda oídos. Gracias.

Otro de los sentidos olvidados: el tacto. La falta del sentido del tacto es denominado anafia. Este concepto es tan desconocido que no sale ni en la RAE.  Imaginaros lo que sería estar sin el sentido del tacto, pensamos que no es tan importante como, por ejemplo: la vista. Pero, para un ciego sus manos son sus ojos. De igual modo, no podría distinguir los puntitos del Braille. Dejando de lado, el sentido del tacto en los ciegos. Sin tacto, no podríamos notar si el agua está helada o caliente, la brisa, el aire, el calor, el césped húmedo. Acariciar. Puede que, por supuesto, puedan acariciar, pero ¿y notar una acaricia? Con lo que significa una acaricia. Pero ahí están con sus recursos. Seguro que tienen métodos para saber si algo está frío o caliente, pero los desconozco.

Sé que es una entrada un poco pobre, pero hemos añadido vocabulario a nuestro conocimiento: anosmia, ageusma y anafia. Eran conceptos desconocidos para mí. El de la anosmia no, porque tengo una amiga que la padece. De todas maneras, al no ser que lo sufras tú, o, conozcas a alguien con alguna de estas carencias, son nociones desconocidas. Están ahí, si no que se lo digan a quien día a día tiene que convivir sin ese sentido. Sin embargo, desgraciadamente, son los sentidos olvidados. Falta de conocimiento de esos sentidos que son tan importantes como todos.

Termino añadiendo que valoremos lo que tenemos. El simple hecho de oler una flor se convierte para otro algo inalcanzable. Degustar una comida estupenda, hecha por tu madre, es algo que pagarían algunos por disfrutarlo unos instantes. Poder notar la arena fresca de la arena, incluso quemarse en la arena de la playa y luego remojarse los pies en el mar, es algo impagable para los que nunca han sentido el frescor de la brisa marina. Por eso y porque la vida puede ser maravillosa, disfruta de todo, sobre todo de los momentos, instantes y cosas pequeñas.  J  

sábado, 18 de agosto de 2012

AGOSTO


PUNTOS POSITIVOS DE TRABAJAR EN agosto de 2012

Este año me toca trabajar en agosto, durante todo el verano. Creo que es la primera vez que trabajo en agosto, al menos no lo recuerdo. Quizás como medio de automotivarse y hacerlo a todos aquellos que lo están haciendo en estas fechas, vamos a sacar un poco de positivismo, de ese que a veces está escondido entre los bolsillos y volcarlo en este texto. Porque siempre hay algo positivo, aunque no lo parezca, todo depende de según como se mire, según cómo te lo plantees y cómo quieras afrontarlo.

Ahí van unos cuántos puntos positivos:

1-     Si tienes que ir en transporte público, notarás que no va cargado de gente. A pesar de que lo cojas en hora punta, no te dan los típicos empujones, ni tienes problemas APRA entrar en el vagón o en el autobús. Puede que, al ser hora punta no encuentres asiento, pero nada comparado como cuando estamos en período lectivo durante el año. Se nota mucha más libertad, más espacio e incluso más solidaridad, quizás por la empatía que despierta ver que no eres la única persona que “pringa” en verano. 
2-     Si por el contrario tienes medio de transporte privado, también verás que casi vas solo por la carretera. Los niños no tienen colegio y no hay acumulación de padres llevándoles a sus centros. Mucha gente está de vacaciones, por lo tanto, conduces con mucha más comodidad.
3-     Si tienes que madrugar, no sufrirás el calor del mediodía. Mientras la gente se achicharra en las playas, o, piscinas…Te levantas tempranita, cuando el sol aún está saludando al día,  e incluso puedes respirar algo de aire.
4-     Llegar a tu puesto de trabajo, donde- afortunadamente- en la mayoría de lugares tienen aire acondicionado. Al menos es nuestro caso. Se está muy a gusto, mucho mejor que en otro sitios. Muy fresquito. Casi no da la sensación de estar en verano, al no ser que salgas fuera y el calor te golpeé, entonces es cuando vuelves a entrar dentro de la oficina y sonríes por el alivio que sientes de estar ahí dentro.
5-     En muchos casos, al cerrar en agosto muchas empresas, otras que sí que están abiertas, ven que el trabajo se ve reducido en cantidad diferencial a la que hay durante todo el año. Así pues, el nivel de trabajo es mucho más ligero.
6-     El horario cambia. En muchas empresas durante estos meses de verano, sabiendo que el nivel de trabajo es más bajo, aprovechan para impartir el horario intensivo. Así pues, de ese modo, aunque trabajes, madrugues, incluso puedes sacar algo de tiempo para ir a la playa o disfrutar de tu tiempo de ocio. Casi es como tener media jornada, aunque hagas todas las horas.
7-     Muchos compañeros hablan de sus maravillosas vacaciones en tal o cuál sitio, pero lo que no saben es que cuando ellos estén hasta arriba de trabajo llegará tu momento. Porque tarde o temprano llega el momento de disfrutar para todos.
8-     Puede que estés sentado delante del ordenador, en tu departamento y estés solo, ya que todos tus compañeros se han confabulado para coger vacaciones durante el mismo mes, las mismas fechas, sin tenerte en cuenta. Pero, lo que no saben es que puede que trabajes más a gusto sin ellos. No es falta de compañerismo, o sí ya que ellos no tuvieron esa delicadeza a la hora de elegir sus vacaciones. Simplemente, se trata de una cuestión de comodidad, trabajando a tu ritmo. Sabiendo lo que tienes que hacer, pero sin presiones, y a veces, lo más importante: sin distracciones.
9-     No pasas calor, no hay tanto trabajo, tienes menos gente a tu alrededor. Andar por la ciudad no se convierte en misión imposible, como lo es a según que horas por algunas partes de la ciudad durante el resto del año. Puedes hacer gestiones de manera más ligera y rápida, sin tanta complicación.
10-  Al fin, y al cabo, ¡qué más da la época del año que sea!  Lo importante es: tener trabajo. Sobre todo en esta época de transición tan complicada que estamos atravesando. Así que, no hay que lamentarse por trabajar en agosto, en julio o en la época que sea. Todo aquel que trabaje, sea la temporada que sea, se tiene que considerar un afortunado.

 

martes, 31 de julio de 2012

Pasando de Julio a Agosto!


Bye, Bye, July! See you next year!

Hoy nos despedimos de Julio, mañana empieza el mes más deseado para la mayoría: Agosto. Bueno, eso del mes más deseado es un decir, porque con el desempleo que hay, a muchos les debe dar igual el mes en el que estemos, tal y como está la situación en nuestro país. Eso sí, muchos aprovecharán para ir alas playas y abarrotarlas. La verdad, al no ser que tu empresa cierre en agosto, tampoco creo que este noveno mes del año sea el mejor para optar por unas vacaciones. A ver, cualquier época del año es buena para tomarme un respiro y descansar, pero este mes está muy masificado vayas donde vayas, sobre todo si hablamos del tema costa que está repleta de veraneantes.

Mi caso no es el de disfrutar del mes de agosto. Este año me toca pringar. Hace una semana que he empezado unas prácticas de recepcionista en una empresa. Así que, durante estos meses, incluido septiembre, allí estaré. Al menos, ganaré experiencia profesional y seguro que aprendo bastante, porque tengo unas compis muy majas que me ayudan mucho. Gracias a ellas es mucho más fácil trabajar, te hacen sentir cómoda. Kenzie también está muy cómoda, tiene espacio de sobra, y se pega unas siestas que resopla y todo. Hay aire acondicionado y el suelo está fresquito, así que ella encantada.

El mes de julio queda muy lejano, y eso que lo despedimos hoy. Sin embargo, hay meses en los que ocurren muchas cosas y otros que, en cambio, pasan sin pena ni gloria. Este año, 2012, el mes de julio empezó muy bien. La primera semana la pasamos en Ibiza, no me voy a expandir mucho con el viaje a la isla, ya que lo hice en la entrada anterior. Sin embargo, decir que empezó de una forma genial, viajando. Prosiguió con más playita por Barcelona, sumándole mi cumpleaños con celebración familiar, siguiendo con cenas de amigos en terracitas de verano y playa. Última semana de julio, empezando prácticas en una empresa. Así que ha sido un mes bastante completito, comparado con alg´n mes que otro que no he hecho nada de provecho. Pero, tiene que haber de todo.

Este mes también ha sido importante, porque han empezado las Olimpiadas. Londres 2012. Empezaron el viernes 27 de julio, ese día se celebró la inauguración. La vimos entera y descubrimos países nuevos, la incultura hizo que para nosotros lo fueran. A día de hoy, España no ha conseguido ninguna medalla, parece que nuestro país suspende hasta en gimnasia que, parece que, era lo único que se nos daba bien. Bueno, tiempo al tiempo, no es algo fácil, pero estamos mal acostumbrados.
A parte de estar celebrándose estas olimpiadas, también hace 20 años de las olimpiadas de Barcelona 92. No puedo contar mucho, porque no recuerdo mucho. Sí, que hay bandas sonoras de aquel momento de la vida, como: Amigos para siempre de Los Manolos y música de ese estilo. Pero, no me acuerdo mucho del acontecimiento tan importante que vivió mi ciudad durante ese año. Aunque pegó un cambio muy grande, como en casi todas las ciudades que ha habido olimpiadas, las cambiand para dar buena imagen. Pues si sirve para mejorar bienvenidos sean esos cambios.

¡Muy buenas vacaciones a todos  aquellos que las empecéis! Y a los que no, a tomárselo con humor y positivismo. Si os sirve de consuelo yo también estaré trabajando, ya dicen: “mal de muchos, consuelo de tontos”. Así que, no os desaniméis que, en elos tiempos que corren, es un lujo estar trabajando, sea la época del año que sea.  

¡Hasta pronto!  ¡Nos vemos en Agosto!  ;)   

Como siempre me gusta dejar algún  vídeo, os dejo este de las  Olimpiadas- Barcelona 92! 


martes, 17 de julio de 2012

Vacaciones en Ibiza


Nuestro reencuentro con IBIZA

Hace ya una semana que estamos de vuelta. Pero el texto que leeréis a continuación está escrito desde hace unos días. Por circunstancias, no lo he subido hasta ahora. ¿Por qué? Pues ni yo misma lo sé. Sé que uno de los motivos ha sido crear una movie maker con las fotos que hicimos en Ibiza, video que colocaré al final del texto. No es que me haya llevado cuatro días hacerlo, pero al no ser una profesional en el tema he tardado mucho más de lo que pensaba en hacerlo. ¡Por fin está hecho! Y ya puedo realizar la entrada. Una semana después de nuestro regreso sí, pero al menos está aquí.   

Hace cuatro días contados que hemos regresado de nuestro viaje por Ibiza. Hemos vuelto a nuestra vida, a la rutina, a la gran ciudad y fuera del súper paisaje natural. Los urbanitas han vuelto a la gran ciudad de Barcelona acompañados por el bochorno típico de esta época y abrazados de la pequeñaza a la que tanto hemos echado en falta.
El recibimiento de Kenzie fue espectacular. Yo tenía la inquietud de que estuviera enfadada, de que se hubiera podido olvidar de nosotros, pero no ha sido así. En cuanto nos vio se lanzó a nosotros, y empezó a saltar de un lado para otro para saludarnos. Aunque primero saludó a Carlos, a mí no me había olvidado. En cuanto me vio vino corriendo hacia a mí y saltó para saludarme, después iba hacía él y así un buen rato. Se puso como loca, como la loquilla que es.
En parte, me alegro de que no viniera, porque no hemos parado de visitar playas y calitas, y si nosotros hemos pasado calor, No me quiero ni imaginar cómo lo hubiera pasado ella. Ella, como perra guía que es, hubiera podido estar en la playa con nosotros, pero comportándose como tal, y no hubiera podido aguantar estar quietecita en la toalla asándose sin poder pegarse un remojón con nosotros.

Lo mejor del viaje fue el reencuentro con Cris, Dani, la isla. Ya habíamos estado en esa encantadora isla blanca, pero todos los viajes son diferentes. Las circunstancias hacen que lo sean. Además, había llovido bastante desde nuestra última estancia por la isla. Cuatro años sin visitarla, desde entonces han pasado muchas cosas, entre ellas, la aparición de Kenzie en nuestras vidas.
Otra de las diferencias de este viaje ha sido que no hemos estado en un hotel. Gracias a Dani y Cris hemos estado como en casa, ya que hemos estado conviviendo con ellos en su hogar. Hemos estado apartados de la aglomeración de turistas que conlleva estar en San Antonio, hemos estado en la otra punta de la isla en Santa Eulalia. Un lugar mucho más tranquilo, rodeados de naturaleza por todas partes. Aunque en toda la isla, como bien dice su nombre pitiusa del griego, se respira por todas partes esa abundancia de pinos, de flora y natura por todas partes.

Aunque para algunos la isla sea sinónimo de fiesta, juerga, discotecas y todo eso. Nosotros hemos llevado otro estilo de vida mucho más apaciguado, más calmado lleno de chill out. No sé si es que nos hacemos mayores o es que valoramos otras cosas. La vez que vinimos no es que estuviéramos todo el día de discotecas, porque nunca nos han llamado mucho la atención, pero a alguna que otra sí. Pero este año no hemos rozado el suelo de ninguna. Primero por los precios escandalosos, segundo porque no me va la música estruendosa de tales y tercera hemos optado por otro estilo de fiesta.

Principalmente nos dedicamos a visitar playitas y calitas, para ello alquilamos un coche. En la isla si no es con transporte casi no puedes llegar a ningún sitio. Lo mejor, tener a unos guías oriundos de Ibiza que nos aconsejaban a que lugares ir. Ellos hacían todo lo posible por estar con nosotros, pero no siempre podían ya que trabajaban. Además, estando en temporada alta el trabajo, aunque ellos no se dediquen al sector turístico, de una manera u otra les afecta como a todos los que viven en la isla.  Por las noches, cuando estábamos todos reunidos en casa disfrutábamos de grandes e interesantes conversaciones: filosóficas, divertidas, llena de anécdotas, recuerdos y un poquito de todo. En esas charlas se nos hacían las tantas de la noche, me supo mal, ya que al día siguiente ellos tenían jornada laboral por delante, pero valía la pena disfrutar de ellos. Sé que les robamos horas de sueño, pero espero que no nos lo tengan en cuenta. Sirvió para ponernos al día del hoy, ayer y mañana. Durante el fin de semana sí que disfrutamos de ellos a tope, Teniendo en cuenta que eran los guías por excelencia, que tenían de enseñarnos sitios encantadores y que por otro lado, ya no teníamos coche, ya que lo alquilamos por tres días para que no se nos escapase el presupuesto para el viaje.

El primer día nos vino a recoger Cris al aeropuerto, fue genial volver a verla. Me encantan los reencuentros. Vino con su coche, nunca lo había visto y tampoco la había visto conducir. De allí nos llevó a su casa para que pudiéramos dejar las cosas, al final con la cosa del por si acaso, para variar me había pasado con el maletón y había puesto de todo, cosas que ni me puse, pero lo llevaba por si acaso. Ahí nos encontramos con Dani y nos fuimos a cenar por el centro del pueblo, Santa Eulalia.
Al día siguiente teníamos que madrugar para poder bajar al pueblo con Dani. Los dos trabajaban, pero él hizo un esfuerzo para dejarnos en el pueblo y de ahí teníamos que encontrar un sitio para alquilar un coche que seguro que había algún sitio. Y así fue, encontramos un sitio. Alquilamos el coche más barato que había, un coche de color verde pistacho, para mí de color naranja por mucho que digan. Era un Chevrolet. Para Carlos como si era un Mercedes no se hacía la idea de conducir otro coche que no fuera el suyo. Era la primera vez que cogía otro coche que no fuera el suyo. Le costó cogerle el tranquillo, porque tenía que manipularlo de forma más suave, ya que era mucho más nuevo que el suyo. Pero, al cabo de los días se fue haciendo con él. Con el coche ya entre nuestras manos, elegimos el destino y pusimos el GPS en marcha. Fuimos a Cala Nova, eso creíamos. Allí estuvimos hasta que nos entró hambre y decidimos ir a comer a Es Canar que estaba al lado, antes de elegir sitio para comer decidimos dar una vuelta por el pueblo, aprovechando que hacían el mercadillo hippy. Comimos algo por ahí, algún plato combinado y volvimos a coger el coche. Nos decantamos por Cala de Sant Vicent, muy tranquila. De ahí nos dirigimos para casa. El día ya estaba relleno de sol y playa, nuestra piel necesitaba alter sun.
La maratón de sol y playa prosiguió al día siguiente. Empezando por las Salinas: playa en la que cuando no era uno era otro promotor el que venía a ofrecerte diferentes alternativas de ocio nocturno. Allí la tranquilidad no estaba tan asegurada como en otros sitios en los que estuvimos. Es un sitio muy turístico, empezando porque ya en el parking te clavan 5 euros por dejar el coche, al menos con sombrita. Después fuimos a comer a un sitio de menú por Ibiza, lugar en el que nos sentimos como en casa, un trato exquisito: muy amables y preguntándonos si nos gustaba o si nos habíamos quedado con hambre. De ahí fuimos a una cala muy acogedora, pequeñita, pero con aguas cristalinas y como siempre, como a mí me gusta: no cubría. A diferencia de la playa en la que habíamos estado por la mañana, ahí sí que se estaba a gusto, con mucha tranquilidad, el nombre si no recuerdo mal era: Sa Caleta. Ya que estábamos cerca de Ibiza y ese día nos tocaba la zona del sur, no queríamos desperdiciar la oportunidad de visitar Ibiza ciudad. Aunque habíamos estado para comer, casi no la habíamos visitado, porque con el calorín que pegaba no apetecía tanto pasear como ir a la playa, ahora que el Sol se había relajado era la oportunidad de visitar la muralla. No paseamos mucho por la ciudad, ya que estábamos como cangrejos, necesitábamos una ducha, cambiarnos y volver a nuestra salvación: el alter sun.  Jornadas de playa, sal, arena y sol acaba con el cuerpo de cualquiera. Lo bueno de llegar a casa reventado es poder darte un baño en la piscina para relajarte del día y acabar con el día súper redondo.
El viernes para no variar y aprovechando que el Sol no nos dejaba tregua, volvimos a la carga con más playa. Esta vez nos tocaba ruta por el norte. Estuvimos en una calita cerca de San Antonio. Nos entró hambre, cogimos el coche y fuimos a un pueblo llamado Santa Inés, comimos de lujo, dándonos un gran homenaje con paella ibicenca y frita de pulpo- típico de allí- terminando con las famosas y típicas hierbas ibicencas que tanto nos gustan. Terminamos la maratón de playas, en una cala muy tranquila, pero que no me gustó tanto, porque no era de arena era de piedrecitas. Preciosa, seguro de eso no cabe duda, pero para estar tumbada o para entrar sin que te cubra no es tan agradable. En cambio, Carlos disfrutó buceando con sus gafas y viendo peces enormes, que pasaban muy cerca de él y que eran muy bonitos. Llegamos a casa, cenamos y bien entrada la noche decidimos ir a tomar algo acompañados de la Luna- casi llena- y que mejor sitio para ello? La playa no la íbamos a abandonar por la noche, así que fuimos a Cala Martina. Ahí entre risas y cachondeo pasó la noche, sin que antes los chicos se pegasen un remojón en el agua, según decían muy calentita.  
A la mañana siguiente teníamos que ir a devolver el coche. Era sábado y podíamos disponer de Cris y Dani todo lo que quisiéramos. Estaban disponibles al 100% para nosotros. Primero fuimos nosotros a devolver el coche y les esperamos en un bar que está muy bien para desayunar. Esperándoles y con café de por medio nos despejamos un poquito. Ya que eso de acostarse cuando sale el sol y tener que madrugar para devolver el coche puede con todo menos con las legañas. Una vez vinieron, nos llevaron a una cala muy bonita, quizás la que más me ha gustado: Cala d’Hort. Desde esa cala con aguas cristalinas, con peces, con tranquilidad y en plena montaña se veía Esvedrà: un peñón que está protegido para que no lo dañen por ser patrimonio natural de la isla. Estuvimos más de cinco horas, casi hasta que el sol empezaba a despedirse. Después del día intenso de playa, cenando decidimos qué hacer por la noche, sábado noche. Optamos por bajar a Ibiza a tomar algo, pero entre el agobio de la gente, los timos de te regalo una consumición si antes te tomas una (una en la que ya entra el precio de una y de la siguiente) y sabiendo que teníamos bebida en el coche. Preferimos ver un poco el puerto, donde había cada barco que quitaba el hipo,  y de ahí ir a una calita que había cerquita: Talamanca. Ahí estaban amigos de Cris y Dani, así que con ellos, musiquita, playita, luna y bebida estábamos mejor servidos que en cualquier bar que se precie cualquier botella de cava. El agua estaba caldo, pero al final no tuvimos el valor de meternos, aunque casi terminamos por hacerlo, el miedo era al salir que sin toallas, sabíamos que el airecillo que corría iba a poder con nosotras. Los chicos, para no hacer excepciones con ninguna playa, se metieron, incluso hicieron un casteller dentro del agua.  

Al día siguiente era Domingo, no teníamos ningún plan en concreto.  Nos levantamos casi justo para comer, nos llevaron a un sitio cercano en el que se comía muy bien, servían comida típica ibicenca, pero no quisimos envalentarnos y fuimos a lo seguro a por una paella. Resulta que hay un plato típico: Peix bullit con arroz a banda que debe estar muy rico. Sin embargo, soy una cobarde y el hecho de que el pescado, como todos los pescados, lleve espinas me tiró para atrás. Primero te sirven una bandeja con diferentes variedades de pescados y después te sirven una capa fina de arroz que ha sido hecho con el pescado que antes te has comido. Así que, tiene un sabor muy sabroso. Nos pusimos las botas. Para hacer la digestión las hierbas ibicencas nos acompañaron. El domingo fue en plan relax, aunque terminamos en un chiringuito en el que actuaban en directo, encima era rumbilla, eso anima a cualquiera. Pero el sueño y el cansancio acumulado iban haciendo de las suyas.

El lunes, último día, pasamos el día por Santa Eulalia. Ya no teníamos coche, pero al tener playa, pudimos aprovechar el día como quisimos, de compras, de playita, comida y siesta en playa. Después nos recogió Cris para enseñarnos un sitio mágico desde el cual se puede observar el show que el sol realiza cuando despide el día. Vimos una puesta de sol preciosa, el día no estaba nublado y se veía muy bien. Además el bar donde nos llevó no estaba lleno de gente, se estaba con una calma encantadora, y para acompañar el culmen en el que el Sol se va, ponen una música de película como si de una obra de teatro se tratase y termina con los aplausos del público- incluidos los nuestros-.  Hablando de despedidas, la del Sol no fue la única que hubo ese día. Por la noche y después de una cena especial que nos deleito Dani, comida india, llegaba el momento de despedirnos con Cris. Con sobremesa y charla hasta las tantas estuvimos retrasando la despedida todo lo que pudimos, pero el momento se acercaba. De todas maneras, tuve la oportunidad de decirle un adiós rápido por la mañana, en un momento en el que nos encontramos. Bueno, como siempre digo, no hay despedidas hay hasta pronto. 

El día de la marcha había llegado. Antes teníamos que arreglar el mercadillo que habíamos montado en nuestra maleta, eso ya no era ni maleta. Así que, tocó arreglar toda la ropa para poder colocarla como debía. Después tuvimos tiempo  de llevarnos un remojón soleado en la piscina y de ahí, bien fresquitos, Dani tuvo el detallazo de llevarnos al aeropuerto. Él tenía que ir a trabajar, pero nos acercó antes de empezar.  

Sé que les hemos mareado de un sitio para otro, que no les hemos dejado descansar como debían, pero se lo agradecemos mucho. Empezando por el alojamiento, por la compañía, por los desplazamientos y terminando por el cansancio acumulado que deben llevar a las espaldas por los desfases que les hemos ocasionado. Pero, si leéis esto que sepáis que estamos muy agradecidos y que sepáis que Ibiza sin vosotros no hubiera tenido la misma magia, no hubiera significado lo que ha significado. Gracias por enseñarnos la verdadera isla y por sacarnos de nuestra rutina de urbanitas. Gracias por todo! :D