LOS REGALOS DE LA VIDA
Durante estos
meses que he estado sin publicar ninguna entrada en el blog, he estado viviendo
experiencias maravillosas. He abierto y cerrado un paréntesis en mi vida. Pero,
a pesar de haber sido un paréntesis, ha sido algo que no olvidaré nunca. He
estado realizando un programa de televisión: Con mis ojos.
Un programa que me ha dado la oportunidad para introducirme
en un mundo, hasta entonces desconocido para mí, el mundo de la televisión.
Hasta entonces, la televisión solamente era ese aparato que está en casa y
sirve para ver cosas, a veces interesantes y entretenidas y otras no tanto.
Pero, en este caso he sabido lo complicado que es hacer un programa de
televisión: estar delante de las cámaras, las repeticiones. El tiempo que se
tarda en hacer un programa. No es lo mismo lo que se ve en pantalla, que el
tiempo que se invierte en los rodajes.
A pesar de que no ha sido un camino de rosas, porque no todo
ha sido fácil, me ha servido para aprender muchas cosas, y no solamente de las
cámaras y del planeta audiovisual, sino que ha servido para mucho más. He
tenido la gran oportunidad de estar viajando por España, conociendo sitios que
no había visitado, descubrir gente que me han enseñado miles de cosas, y
realizar actividades que nunca se me hubieran pasado por la cabeza. Ha sido una
experiencia única, maravillosa, y, como digo en el título de la entrada, todo
un regalo que el destino me ha puesto en el camino de la vida.
Todo esto no lo he hecho sola, una vez más Kenzie, mi perra
guía, me ha acompañado en toda esta aventura. No hubiera sido lo mismo hacerlo
sin ella. Ella también es protagonista del programa, sin duda alguno de los
momentos más divertidos los ha dado ella. Además, como de todo se aprende, a mí
me ha servido para afianzar, si cabe aún más, mi vínculo con ella. Aparte de
estar contentísima por la ayuda que me genera cada día, ella ha estado en
algunos de los momentos más importantes en mi vida, y, sin duda, éste ha sido
uno de ellos. Ha estado, como ha siempre, para guiarme en todos sentidos.
Pero, ella no ha sido la única que me ha acompañado. Un
grupo de profesionales, que desconocía, nos han escoltado durante toda esta
aventura. Me han enseñado muchas cosas, han tenido paciencia con mi
aprendizaje, y sobre todo; durante estos meses han formado parte de nuestra
familia. Porque no todo ha sido trabajo,
también ha habido convivencia, con lo que ello supone: confianza, risas,
enfados, malos y buenos momentos….pero siempre juntos. Y si he comentado que
con Kenzie me ha servido para acrecentar mi vínculo, con ellos ha servido para
crearlo. Hemos vivido muchas cosas juntos, han estado en momentos difíciles, en
los buenos y me han ayudado mucho. Me lo han puesto fácil, porque con los meses
han sabido ponerse en mi piel, entenderme y sabían mis límites. Han llegado a
conocerme tanto que, alguno de ellos, sin hablar sabían lo que estaba
pensando. Ahora que todo ha terminado, que el paréntesis se ha cerrado, los
echo en falta. Pero sé que con alguno de ellos mantendré el contacto, porque
han sido como hermanos para nosotras, y ahora ya forman parte de nuestra
familia. Sé que ha sido un trabajo, aunque para mí ha sido mucho más, pero,
como digo, aparte de trabajo, había convivencia, y hemos compartido muchos días
juntos. Así que, si no olvidaré toda experiencia: lugares, personas y
actividades que he realizado, por supuesto, tampoco los olvidaré a ellos,
quienes han sido testigos directos de todas mis andanzas, guiándome,
aconsejándome y estando siempre ahí.
Pero no me quiero olvidar de otra parte importante del
equipo, que no viajaban físicamente con nosotros, pero sí lo hacían desde la
sala de montaje, desde la sala de locución ó desde producción. El director
siempre estaba atento de cada paso que dábamos, y a la vuelta de cada viaje siempre estaba ahí
para dar algún consejo y preparar el siguiente viaje. A pesar de los consejos
que me pudo dar en los momentos más complicados, también tuvo la paciencia
suficiente con una novata en el sector
como yo. Me he sentido muy
arropada por todos ellos, por eso y por lo que callo les estoy muy agradecida.
La vida te depara muchas sorpresas, cada día, aunque sea una
palabra, un gesto o una sonrisa hace que el día te cambie la perspectiva.
Sabemos que, hay épocas mejores que otras, sin duda, este año lo he empezado de
la mejor manera, con un proyecto fantástico. Así que, no me queda otra que dar
las gracias a la vida. Eso sí, parece que solamente sepa dar las gracias cuando
todo va bien, pero es cuando mejor se ven las cosas.
Cabe decir que hemos realizado muchos viajes y muchas
actividades durante poco tiempo, por eso al haber estado todo tan comprimido,
ha sido más intenso. Ahora es el momento para revivirlo, pensar en todo lo que
he hecho y darme cuenta de la suerte que he tenido por haber sido elegida para
este proyecto. Ahora es el momento de asimilar todo, porque no he tenido ni
tiempo de hacerlo. Hoy en día, cuando recuerdo algún momento vivido, ya sea
malo o bueno, se me dibuja una sonrisa.
Estos meses que he estado sin dar señales por la maleta, es
cuando más la he utilizado. Hacía tiempo que no hacía y deshacía maletas con
tanta rapidez. Pensándolo bien, nunca había tenido que preparar tantas maletas
en tan poco tiempo. He tenido la gran suerte de no parar de viajar, de
descubrir un montón de sitios y gente nueva que me han acercado a la cultura y
tradiciones de los lugares que he visitado. Todo esto ha sido gracias a
un programa de televisión: Con mis ojos, donde Kenzie y yo hemos compartido con
vosotros nuestras sensaciones.
Pero, no he dejado de escribir. Después de cada viaje
recogía todo lo que había ido anotando, mis impresiones, y así me servía de recuerdo, para no olvidar
ningún detalle de todas nuestras andanzas. Incluso, si queréis podéis leer mis
sensaciones en la página web oficial del programa, aquí.
¡Gracias a todos! A
Fundación ONCE, a la productora Media 3.14, a TVE, a todo mi equipo, a Kenzie,
a mi familia y a todos los que habéis seguido domingo a domingo todas nuestras
aventuras. ¡Gracias!