jueves, 31 de agosto de 2017

Días de lluvia

Despidiendo Agosto con Lluvia

Hoy 31 de agosto es el último día del mes. Agosto se despide con agua. Aún estamos en verano, pero parece que al estar rozando septiembre, agosto quiere despedirse regando a todo el mundo. A pesar de que nos ha regalado días de Sol, días de bochorno, días de calor, parece que se ha cansado de esos días, y ahora quiere regar los campos y no precisamente con café. Toca el turno a las lluvias, las tormentas y a las gotas que te van empapando poco a poco. A muchos no les afectará porque ya han regresado de sus vacaciones y de sus días de playa. A mí, aunque no haya hecho vacaciones, en ese sentido tampoco me afecta.  

No me gustan los días de lluvia. No soy a la única a la que no le gustan, ya que a Kenzie, mi perra guía, tampoco le gustan nada. Es una perra, pero parece una princesita. No le gusta mojarse. Si hay un charco, lo ideal sería que lo esquivase, para que ni ella, ni yo nos mojásemos, pero en muchas ocasiones lo que hace para evitar ese charco es dar un salto. No es un salto bestial, pero sí que es uno de esos que te sorprende y al ir yo agarrada del arnés,, si reacciono a tiempo también doy un salto, y si no, mientras ella se ha librado de empaparse sus patitas, yo acabo con los pies mojados. Entiendo que es bueno que llueva, que se rieguen los campos y cultivos, pero cuando no llueve y de repente cae una tormenta, granizo o aguaceros como los de hoy, tampoco creo que ayude mucho a los huertos ese tipo de agua. Nada en exceso es bueno, y cuando caen tormentas solamente cabe esperar que tras la tormenta llegue la calma.

Voy a enumerar doce razones de por qué no me gustan los días de lluvia: 

12 razones para que no me gusten los días de lluvia:

       1-     Guiar bajo la lluvia: Cuando llueve Kenzie guía mucho peor. Se arrima a las paredes como si no hubiera un mañana, para intentar mojarse lo menos posible. ¿Por qué se arrima más a los edificios? Porque la mayoría de ellos tienen balcones y hacen de paraguas para ella, y en su defecto para mí. Debería ser bueno ir tan arrimadas a los edificios, ya que no nos mojamos tanto, pero tiene grandes inconvenientes: toldos que sobresalen, puestos de fruta, y miles de obstáculos que, a pesar de la perrería que le entra a Kenzie por querer ir por esos lugares, tampoco llegó a comérmelos, pero sí que los rozamos, viviendo al límite.  Además va mucho más lenta. Y, sobre todo, una manía que no he podido quitarle de la cabeza en días de lluvia, es que me utiliza de toalla. Ella puede llevar un chubasquero, pero si se moja algo la cabeza, cuando entramos en un lugar seco, empieza a restregarse contra mis piernas, hasta que logra saciar su intranquilidad por ir algo mojada.  

     
dibujo de parajuas 2-     Sin paraguas: Ni Kenzie, ni yo vamos con paraguas. El paraguas es un estorbo, para las personas que no vemos, al menos para mí. Cuando llevaba bastón tampoco lo utilizaba. Más que una ayuda se convierte en un incordio. Hace que las dos manos, antes por el bastón y ahora por el arnés, acaben ocupadas. Así que, prefiero tener una mano libre por lo que pueda ocurrir, incluso para poder corregir a Kenzie con la correa. Así que, somos de chubasquero. Nos da mucha más libertad. Además, imaginaros que llevase un paraguas, por mucho que Kenzie me guíe hay personas que no se dan cuenta y el perímetro de un paraguas es más ancho, así que me iría chocando tanto con árboles, edificios y sobre todo personas.   



       3-     Malos humos: Cuando llueve las personas están más de mal humor, por haberse mojado, por el día de perros, por el frío, por el calor, por el simple de hecho de haber tenido que salir a la calle con lluvia. Sea por lo que sea la gente está más irascible. Los coches se convierten en verdadero peligro, porque se escuchan mucho más los cláxones, hay más atascos y más accidentes. 

          4-  Gremlins: Odio a las  personas que sí que son usuarias de paraguas y van bajo los tejadillos, lugar preferido de Kenzie para caminar bajo la lluvia. Encima pretenden que nosotras sin ver, sin paraguas y sin tener por qué  nos retiremos de su ruta. Les da igual que no veas, ellos no piensan dejarte pasar, no vaya a ser que les caiga una gota de agua y se conviertan en Gremlins. Encima son de esas personas que no tienen suficiente con arrollarte, encima sueltan bufidos y exclaman que por qué no miro por dónde voy. La última vez, ya dije que ya me gustaría ver por dónde voy. La gente no se fija y solamente quiere no mojarse, sin importarle nada, ni nadie.  
   
Gremlin bajo paraguas




       5-     Pies mojados: Si te mojas, como me sucede en más de una ocasión, a pesar del chubasquero, te quedas todo el día con mal cuerpo. Sobre todo si te mojas los pies y llevas calcetines, ya te quedas con los pies húmedos durante todo el día, sin posibilidad de cambiarte y con una sensación muy desagradable. Debería haber ropa específica para los días de lluvia. Sé que hay chubasqueros, botas de agua, pero toda esa parafernalia, a veces te hace sentir incomoda y encima parece que vayas disfrazada. Pero, yo soy de las que prefiere ir bien protegida, aunque no vaya divina de la muerte. Sin embargo, cuando las tormenta te pilla sin previo aviso, entonces es cuando acabamos como si hubiéramos estado debajo de una ducha, ya que no siempre llevamos el chubasquero, como no todo el mundo lleva el paraguas encima. Deberíamos llevarlo por si acaso, pero si empezamos con e por si acaso, deberíamos ir siempre cargados de multitud de cosas que no en realidad no utilizamos.  

        6-     No oigo: He comentado que no llevo paraguas, pero que utilizo chubasquero. Si me pongo el gorro que suele acompañar al chubasquero y que va bien para no acabar con todo el pelo empapado, hace que escuche mucho menos. Y si esos días son horrorosos por el sonido de la lluvia, los coches, y la gente que camina rápido, si a mi poco resto visual le resto uno de mis sentido más importantes, el oído, parece como que me quede huérfana de otro sentido, y te sientes más insegura, sobre todo a la hora de cruzar.  


relámpagos en el cielo      7-     Truenos y relámpagos: Si a las tormentas de verano le sumamos los truenos, ya es insoportable. Esos días son geniales para estar en casa, con una mantita, una peli y bien resguardada. Pero, si te pilla en la calle, solamente quieres llegar a casa. Aunque sinceramente, esté donde esté, siempre me han dado miedo los truenos con los antecedentes relámpagos. Parecen de peli de miedo. Cuando escuchas caer el trueno con fuerza, parece que el mundo se vaya a caer encima de ti, te asustas y sabes que no ha caído muy lejos con las consecuencias que eso conlleva. Y si ya sabéis que los petardos no me gustan por el estruendo que desprenden, imaginaros los truenos, que no pueden ser más escandalosos.  

       8-     Encerrados en casa: No puedes salir a la calle, ni a pasear, ni a tomar algo, ni por gusto. Si sales a la calle bajo la lluvia y sin paraguas, más bien es por necesidad. Por la simple necesidad de tener que desplazarte de un lugar a otro.  Recuerdo que en el cole cuando llovía era un aburrimiento bestial, porque no podíamos salir al patio. Nos teníamos que quedar encerrados, sin clase, pero sin tomar el aire. Eran días raros, sin patio, sin juegos, y con la lluvia como culpable.


      9-     Contenido sumergido en agua: Todo lo que llevas acaba empapado. Recuerdo que hubo una época, sobre todo cuando vivía en Dublín, que cada dos por tres caía un chaparrón, que llevaba el bolso con bolsas de plástico. Así todo lo que iba dentro del bolso iba protegido. Ahora no lo hago, a pesar de que llevo miles de bolsitas para Kenzie, pero no las llevo para proteger todo el contenido del bolso de la lluvia. 

      10-  A cámara lenta: El transporte público va mucho más lento, porque encuentra retenciones. Como he dicho, cuando llueve, y eso que no estoy hablando de nevar, parece que todo se ralentice. A pesar de que todo el mundo va lo más rápido posible, para evitar mojarse, parece que todo transcurra a cámara lenta. Incluso el metro que va bajo tierra y no tendría por qué estar afectado, en ocasiones va también más lento. Estaciones inundadas de agua. El suelo de cualquier transporte está más sucio, porque entre las pisadas y el agua que van dejando los paraguas, se forma otro tipo de terreno que ya no se puede ni denominar suelo. En esos días, y lo entiendo perfectamente, Kenzie no quiere tumbarse, como acostumbra a ir ella tranquilamente. Está impaciente por bajarse de ese suelo mojado, húmedo, pringoso y no se siente cómoda.  


       11-  Pelos, pelos y más pelos: Kenzie, por muy perra guía que sea, por muy princesa que sea, sigue siendo un can, es por ello que cuando se moja, como cualquier perro, sobre todo si son de los que sueltan pelos, como es mi  caso, suelta más pelo. Cantidad de pelaje que suelta cuando se empapa, por mucho que lleve el chubasquero, algo se moja la pobre, y como mecanismo de defensa, como nosotros nos quitamos el abrigo, ella se quita, se le cae mucho más el pelo.  
Kenzie atenta con chuvasquero



       12-  Olor a perro: Imagino que habréis escuchado la expresión: “Oler a perro mojado”, pues no se dice porque sí , si no que tiene una explicación. Un perro mojado, al igual que suelta más pelo, también hace más olor. No es muy agradable el olor que desprenden, y se debe a la acumulación de pelo húmedo que tienen, por mucho que lleve chubasquero, por mucho que después le des con una toalla, ese olor se le queda durante todo el día. Además si le oléis las patitas, las almohadillas, después de haber pisado por todas partes, incluidos charcos y aceras mojadas, barro, y demás se le quedan muy sucias. No sé si porque si se le quedan sucias, si por ahí tienen unas glándulas sudoríparas o cuál es la razón, pero huelen mucho. Esos días en que llegamos al trabajo cabreadas, por habernos mojados, haber esquivado a Gremlins, charcos, haber intuido que podía cruzar, y cuando llegas al destino con los calcetines empapados, tienes que quitarle el chubasquero calado, la secas y te das cuenta que durante todo el día va a estar de mal humor y con mal olor.   




domingo, 27 de agosto de 2017

NO TINC POR

NO TINC POR 

                                    


No tenim por. No tenemos miedo. No tenemos miedo a mostrar nuestros sentimientos, a salir a la calle, reivindicar la paz. No tenemos miedo a expresar nuestro dolor, nuestra impotencia, a rechazar el terrorismo. No tenemos miedo a manifestarnos, a estar unidos y desear un mundo mejor. No tenemos miedo a no querer tener miedo. 


     Ayer 26 de agosto fuimos a la manifestación No tinc Por. Una convocatoria realizada por el Gobierno de Cataluña, para que todos los ciudadanos pudiéramos salir a la calle y expresar nuestro dolor, en contra del terrorismo y a favor de la paz. El lema era No tinc Por/ No tengo miedo, éste surgió de forma espontánea por los ciudadanos que rompieron su dolor gritando esa frase el día después de los atentados sufridos en Cataluña. Por mucho que la gente estuviera destrozada, el grito de rabia y de mostrar que por mucho daño que hicieran seguiríamos con nuestras vidas, gritando que no teníamos miedo.

Mucho más que un lema…

No tinc por es mucho más que decir que no tenemos miedo. Miedo tenemos, pero es una manera de decir que no queremos tener miedo. No es un significado literal, tiene muchos. En primer lugar, demostrar que no tenemos miedo, que no dejaremos de salir a la calle, que seguiremos con nuestro  día a día. En segundo lugar, que no queremos tener miedo, aunque sí que nos dé pánico el terror que quieren sembrar estos energúmenos. En tercer lugar, gritar, desahogarnos y deshacer nuestra rabia con palabras, ya que es la mejor manera de vencer al miedo. Uniéndonos, saliendo a la calle todos juntos con un  mismo lema era la mejor manera de demostrar que no podrán con nosotros. Somos más y no nos hacen falta armas, ni violencia, el civismo y la unión nos pueden hacer más fuertes.

Suena a tópico, suena a idealista, a utopía, pero no podemos devolverles con la misma moneda. Violencia +  violencia es igual a: masacre, a guerra, a muertes, a destrucción. Si queremos la paz, la mejor forma de demostrarlo es de forma cívica y sacando toda nuestra artillería: las palabras, el diálogo, la solidaridad y el amor.

El único lema que se repetía durante toda la concentración fue: “No tinc por” daba igual que fueras catalán o no, todo el mundo aprendió a decir esa frase. Todos sabíamos que era un grito unánime, que significa mucho más que no tengo miedo. Esa frase iba sumada con tres golpes de manos, que decía mucho. Cuando había abucheos, silbidos o cualquier elemento que se salía de ese lema, yo levantaba aún más la voz, para acallar esos elementos discordantes que ni ton ni son aparecían en un escenario que no era el suyo. Me desgañité en más de una ocasión, porque me daba rabia, impotencia, que esa discordancia se colase en nuestra lucha. No quería que estropeasen una tarde que había hecho salir a la calle a ciudadanos que buscábamos desahogo, mostrar el duelo y el rechazo de los atentados. Seguro que muchos medios nacionales se quedaron con esos pitidos, abucheos y demás, para enseñar que los barceloneses salieron a la calle, para reivindicar otro tipo de asuntos que no vienen al caso. Me gustaría que no se quedasen con actos de unos pocos que quisieron ensuciar una marcha pacifista, la mayoría no estábamos para demostrar posiciones políticas, era algo apolítico, algo mundial. Cada día hay miles de muertes por culpa de esos yihadistas fanáticos que quieren destrozar el mundo, así que no era una lucha de unos barceloneses, de unos catalanes, ni españoles, era algo global. Sin embargo, habíamos salido a la calle barceloneses y gente de todo el mundo a Barcelona, porque nuestras calles habían sido manchadas de sangre por la sinrazón, con muertes, heridos y pánico. Hasta que no ocurre en tu ciudad, hasta que no ves que está tan cerca el terror no te afecta tanto. Sufres cuando oyes que ha habido un atentado en París, Bruselas, Kabul, pero no eres consciente del daño hasta que te pellizca más de cerca y ves que sucede en las calles por donde caminas diariamente. Somos así de egoístas, que hasta que no pasa cerca de ti, no lo padeces de la misma manera.


¿Política? No, gracias.

En la concentración de ayer sábado en Barcelona me sobraron algunas cosas, como las banderas, los pitidos y los abucheos. Se suponía que no era una manifestación política, sino a favor de la paz, la solidaridad y la unión, y en contra de los abucheos, el terrorismo y la violencia. Espero que por culpa de algunos no destrozasen la imagen de una multitud que en son de paz, de forma civilizada y tranquila quisimos salir a las calles de nuestra ciudad, Barcelona, para solidarizarnos con las víctimas, para estar con nuestra ciudad, para demostrar que no tenemos miedo y que estamos todos unidos. Da igual la ideología que tengas, ayer no era el momento para gritar que algunos quieren una independencia, otros no la quieren, otros quieren una bandera y otros otra. No era el día, no era el momento, de abuchear a políticos que habían querido venir a nuestra ciudad para apoyarnos, para estar a nuestro lado, para aportar su granito de arena. No era el día, da igual que opines de una manera u otra, da igual que no te guste cómo actúan algunos políticos, ellos no han cometido la masacre, ellos estaban allí para apoyar a una ciudad que llora a unos muertos, que ha sufrido el terror en primera línea y que podría haber sido incluso peor. Si han querido asistir a una concentración pacifista y estar ahí, bienvenido sea toda colaboración de unión y de apoyo. Todos unidos seremos más fuertes. Podrán gobernar mejor o peor, podremos estar de acuerdo o  no, pero no era el momento de demostrar tu opinión. Era el momento de reivindicar que queremos un mundo sin DAES, sin guerra, sin islamistas fanáticos que creen que matan por alguien y solamente matan por la sinrazón.

La manifestación

Llegamos con tiempo suficiente de poder elegir dónde colocarnos. La manifestación se supone que empezaba entre Diagonal y Paseo de Gracia, pero no había ninguna cabecera, al menos no la vimos. Nosotros nos bajamos en Paseo de Gracia, sin que el metro estuviera tan lleno como decían que iba a estar, quizás, porque como digo, fuimos con mucha antelación, para no encontrarnos con embudos de gente. Empezamos a caminar hacia arriba, pero cuando llegamos a Diagonal nos dimos cuenta que estaríamos muy lejos. No entiendo, porque si dicen que empiezan en un punto, después las principales personas y autoridades citadas para encabezar la concentración estaban a más de diez calles del punto de inicio. Entiendo que haya un perímetro de seguridad, para proteger a las autoridades, pero, ¿tanto? En ese sentido hubo un poco de descoordinación, ya que había gente desperdigada por todo paseo de gracia, sin que hubiera un orden, tampoco hubo caos, ni desorden, pero no sabíamos dónde empezaba. Así que fuimos cambiando de ubicación, primero nos quedamos por Diagonal, después fuimos bajando y después volvimos a subir, quedándonos ya en un punto fijo y siguiendo a paso lento a toda la marea humana que nos acompañaba. Venían ráfagas del lema y cuando llegaba a nuestra zona, como si de olas se tratasen, nosotros gritábamos al mismo tiempo: “No tinc por” y picábamos de manos. Hoy me siguen doliendo las manos de lo fuerte que me dí en algunos momentos en el que la rabia se apoderaba de mí y me quería hacer oír.

Eso sí, pensé que habría más control policial, que lo había en todas las calles, para que los coches no se colasen por las carreteras cortadas, y en todas las entradas de metro. Sin embargo, en medio de la concentración no vimos ningún cuerpo de seguridad, que no quiere decir que no lo hubiera, porque puede ser que fueran de paisano, para camuflarse entre la gente  y ver que todo transcurría sin complicaciones. Habían dicho que no llevásemos mochilas grandes, para que no fuera difícil el paso de las personas y facilitar la marcha. También pensé que lo hacían, por si a algún descerebrado se intentaba colar en nuestra caminata pacifista con una mochila cargada con malas intenciones, por eso pensé que habrían controles. No los hubo, aunque tampoco sé cómo hubiera sido posible hacerlos. No era en un recinto establecido dónde estábamos, sino que estábamos en las calles de Barcelona. No era solamente la carretera central cortada al tráfico la que estaba llena de gente, sino que los laterales también estaban con personas que ya no cabían en el centro.

Dicen que más de medio millón de ciudadanos salimos a la calle, en contra del terrorismo a favor de la paz. No sé cuántos éramos, pero sí que había bastante gente. Sin llegar al agobio, ya que podíamos caminar, de hecho pudimos llegar hasta la plaza Catalunya, final del recorrido. Aunque cuando llegamos, como no nos pusimos donde estaban las autoridades, y ellas llegaron enseguida, ya que hicieron mucho menos recorrido, todo había terminado. Pero, a pesar de que hacía una hora que habían finalizado los parlamentos y la música con los violinistas que interpretaron “El cant dels Ocells”, aún estábamos por ahí, dando palmas y lanzando lemas y sacudiendo carteles de paz. Éramos muchos así que no terminaba al llegar a un punto como la Plaza Cataluña, porque aún quedaba una marea humana por llegar, así que aún se seguía escuchando: aplausos y gritos de renuncia al terrrismo.

Recuerdo que me impresionó mucho más la manifestación de Miguel Ángel Blanco, quizás por la edad que tenía, por ser una de mis primeras manifestaciones, fuera por lo que fuese me dio la sensación que en aquella ocasión hubo más de medio millón de personas. Era otra época, pero nos concentrábamos por un mismo motivo: el terrorismo. Aquella vez era un terrorismo más cercano, que cada dos por tres atentaban ante cualquiera que no compartiera su ideología, ante inocentes, y, aunque éste sea un terrorismo más internacional no hay gran diferencia. El terrorismo como dice la palabra siembra terror y sufren inocentes, causando muertes. Si vencimos aquel terrorismo nacional que tantas muertes se llevó por delante, tenemos que conseguir erradicar éste. Sin miedo, saliendo a la calle, manifestándonos y haciendo todo lo posible, somos mayoría.

Emociones

Me emocionaron varias cosas durante la manifestación, pero una de ellas fue cuando  escuchamos unos aplausos y entre tanta gente no sabíamos por qué, hasta que nos acercamos, para ver qué aplaudían. Era un grupo de musulmanes que con carteles de: “I love Barcelona” “Barcelona contigo” y otros, no gritaban, imploraban que no eran culpables, que no eran terroristas. Esas palabras que salían del corazón me estremecieron, porque ellos no tienen culpa de nada. Simplemente son musulmanes, pero no por ello les convierte en terroristas. Los que cometen actos de ese tipo no son musulmanes, son fanáticos, enfermos que no entienden el Corán.  Esos musulmanes que vinieron a manifestarse como ciudadanos, barceloneses y pacifistas que son, no tienen nada que ver con el terrorismo. A ellos les da rabia que se les englobe, que les tengamos miedo, que los pongamos en el mismo saco, porque ellos también rechazan a esos fanáticos que destruyen su religión y destrozan el mundo con sus muertes.

Al principio, quietos, rodeados de personas que también habían querido estar ahí, y con el desconcierto de dónde empezaba, esperábamos movernos. Antes de iniciar nuestros pasos un clamo unánime empezó a oírse y entonces se me puso un nudo en la garganta, la piel de gallina y las lagrimas empezaron a asomar. Era bonito que todos hubiéramos salido a la calle, pero también era muy triste el motivo. Me da pena toda la gente inocente que ha muerto, que está herida, que tuvo que correr. Estábamos allí, porque habíamos sufrido en nuestra ciudad la barbarie. Me daba impotencia, rabia y pena estar ahí por ese motivo. Además escuchar miles de voces pidiendo lo mismo, sí, porque esa frase era una petición de paz.


Espero y deseo  que no tengamos que salir a la calle nunca más por un motivo semejante a este. Si salimos a la calle que sea para celebraciones y alegrías. No queremos estar de duelo, no queremos llorar más muertes, no queremos sufrir, no queremos tener miedo. 


lunes, 21 de agosto de 2017

Barcelona: sin palabras

Negro lazoSIN PALABRAS


No hay palabras para describir la masacre vivida el jueves en Barcelona. El terror se apoderó del corazón de la ciudad, haciendo añicos: ilusiones, sueños y vidas. A pocas horas de lo sucedido, a 100 km de la ciudad golpeada, Cambrils, en Tarragona, también sufrió un ataque terrorista. Todos estos actos, aunque horribles, repugnantes y tristes, podrían haber sido mucho más crueles de lo que ya fueron, si no hubiéramos tenido a profesionales que se jugaron la vida por los civiles, por los ciudadanos, por las personas.
 Está visto que en ningún sitio estamos a salvo, esta vez le ha tocado a Barcelona, mi ciudad a la que tanto quiero. No podemos quedarnos encerrados en casa, tenemos que demostrar que somos más, que no podrán destrozar nuestros días, que existe la gente buena, la solidaridad y que queremos la paz.



BARCELONA  


Barcelona y lazo negro

Aún estoy conmocionada, triste, impotente y sin palabras. El jueves día 17 de agosto, por la tarde, mi ciudad, Barcelona, fue golpeada por un atentado terrorista. Desde hace años parece que ninguna ciudad del mundo se libre de sufrir ataques terroristas, irracionales y que solamente busca el terror y la muerte de inocentes. Nadie está a salvo de nada, no es justo. Nada es justo. Cuando me enteré de lo sucedido, estaba en el trabajo, las noticias eran difusas y no sabíamos si era un atentado o un loco que quería sembrar el pánico. Sin embargo, fue un atentado reivindicado por Estado Islámico, aunque realmente fueron ambas cosas, unos terroristas del ISIS que estaban locos. Realmente todos aquellos que no quieren vivir en paz y quieren hacer daño lo están, porque realmente no ganan nada, absolutamente nada. Simplemente destrozan a cachitos vidas de civiles que no tienen culpa de nada: les ha tocado estar en el momento y el lugar equivocados. A veces el destino nos juega malas pasadas y hace que estemos justo en ese momento, que nos libremos porque a última hora hayamos cambiado de planes, que por A o por B estés o no estés allí, en el lugar que alguien elige para cometer la masacre, a veces no depende ni de ti, si no de las circunstancias.

Londres, París, Bruselas, Niza, entre otras muchas ciudades han sido abofeteadas por la oleada del terror sin sentido. Ahora nos ha tocado a nosotros, tan de cerca, en una ciudad abierta a todo el mundo, una ciudad tolerante, multicultural, donde la diversidad la hace rica  y sin complejos. Ahora esa Barcelona poderosa, la que acoge a millones de turistas y a otros que la eligen para quedarse y considerarla su propia ciudad, ha sido azotada por el horror. Desde los atentados de 2004 en Madrid, 11-M, España, a pesar de estar en alerta 4, no había resultado atacada por terroristas. Nunca pasa hasta que ocurre. ¿Por qué? ¿Hasta cuándo?

A 72 horas de lo ocurrido en Las Ramblas de Barcelona y en Cambrils, Cataluña, muchos son los que aprovechan las circunstancias para politizar un hecho así. Si ya es triste la multitud de víctimas que hubo, tanto fallecidos como heridos, familiares y amigos asustados y, una ciudad con miedo, desconcierto, y triste, no es justo que los de siempre aprovechen las circunstancias para frenar los actos de solidaridad, de amor, de unión y de fuerza que se quiere demostrar al mundo. 

Después de los atentados sufridos en Barcelona, una vez más se demostró que hay gente buena, solidaria y que aún merece la pena vivir, porque no puede reinar la maldad. Muestras de cariño, de preocupación y de apoyo pude vivir en mi propia piel. Yo no estaba en el centro, pero sí que soy barcelonesa y resido en Barcelona, y desde que salió la noticia no paraba de recibir mensajes, preguntándome cómo estaba. Me impresionó la cantidad de mensajes que recibí. Además, también gente de otros países que se habían enterado de lo ocurrido se pusieron en contacto con nosotros, para saber nuestro estado. Actos así que, pueden resultar insignificantes, impresionan. Así que, si me emociona este tipo de detalles, aún más cuando me entero de que hubo personas que llevaron agua y comida a los conductores atrapados en la Ronda por los controles policiales, gente que prestó su hogar a quien no podía llegar, ciudadanos que acompañaron a otros para que no estuvieran solos, y así continúa una gran cadena de gestos que nos hace humanos y con humanidad. Ayer volví al lugar de los hechos, Las Ramblas, y me emocionó muchísimo que un sábado por la noche estuviera en silencio, con gente paseando, pero en un silencio que lo dice todo. No solamente se escuchaba el silencio, se olía a tristeza (velas  y rosas). Me leyeron algunos mensajes, carteles, post-its que acompañaban a esos altares improvisados. Era muy emotivo ver las muestras de cariño que extranjeros mostraban hacia las víctimas y nuestra ciudad. Muchos reivindicaban que no tenían miedo, que no les iban a parar, otros que volverían a Barcelona, y mensajes de paz.  
Mosaico en Ramblas con velas


Espero que no vivierais en primera persona lo acontecido el jueves en Barcelona en el lugar de los hechos, que no le haya tocado a alguien cercano. Sin embargo, aunque tuviéramos la suerte de no estar allí, aunque no conociéramos a nadie afectado, en realidad lo estamos todos. Cualquiera de nosotros podríamos haber estado en ese preciso momento pasando por allí. No es un lugar ajeno para nadie, todo el mundo conoce Las Ramblas de Barcelona, muy cerca a la Plaza Catalunya y que va hasta Colón. Todo el mundo, y no solamente para pasear, o para enseñar la ciudad a amigos o familiares, ha pasado alguna vez por allí. Justamente  el domingo Carlos, Kenzie y yo estuvimos paseando por el centro. No pasamos por Las Ramblas, porque había bastante gente y preferíamos callejear, para redescubrir nuestra ciudad. Pero, sí que tengo muchas anécdotas paseando por Las Ramblas, de hecho cuando he caminado por allí con Kenzie, mi perra guía, me las atravieso en un abrir y cerrar de ojos. Kenzie cuando ve muchas aglomeraciones las intenta evitar, más que nada porque si tiene gente delante ella no ve, y no puede guiarme con fluidez, así que ella va esquivando y si nos despistamos nos las acabamos enseguida. 

Las Ramblas con más de 500 años de historia en Barcelona las he visitado en multitud de ocasiones. Si venía alguien de fuera se la enseñábamos, nos parábamos con las estatuas humanas,  entrábamos en el colorido y animado mercado de La Boquería. En otras ocasiones hemos paseado por el simple gusto de sentirnos turistas en nuestra propia ciudad. Y en otras la hemos transitado por la noche, donde, a pesar de que los comercios están cerrados, se respira un ambiente festivo. También he pasado por allí solamente porque se tenía que pasar, sin darle importancia que estaba pasando por uno de los lugares más concurridos y turísticos del mundo. A veces las prisas y el día a día hace que no seas consciente de por dónde pisas, cruzas sin más porque te lleva a otra calle. De lo que no cabe duda, es que han atacado a unos ciudadanos del mundo, a una ciudad y un rincón muy simbólico de Barcelona. Las Ramblas han dejado de ser ese paseo alegre, para convertirse en un velatorio, donde las muestras de apoyo y cariño se hacen notar. No dejaremos de caminar por Las Ramblas, porque aunque pretendan sembrar el miedo, nosotros recogemos el fruto de la esperanza y el cariño. 

Cabe resaltar la gran labor de profesionales que lo dieron todo, algunos trabajando más horas de las que debían, para poder socorrer a todos los afectados en el atentado. Cuerpos de seguridad, sanitarios, bomberos, emergencias, taxistas, todos estuvieron más que a la atura de las circunstancias. Otros que sin ser profesionales del sector, simplemente fueron personas y dieron todo lo que pudieron, todo lo que estaban en sus manos y más, para calmar a quiénes no lo estaban, para tender una mano amiga. Muchos fueron a donar sangre, desbordando en pocas horas los bancos de los hospitales. La ciudadanía se volcó como nunca, demostrando que somos muchos, que no estamos solos y que podremos vencer a la barbarie.

A pesar de nuestra rabia, nuestro enfado, nuestra impotencia, tenemos que distinguir que quienes han hecho esto no eran musulmanes, eran yihadistas radicales, terroristas, fanáticos. No podemos meter a todos en el mismo saco, no todos los musulmanes son terroristas. Son una minoría que ensucian el nombre de su religión. Ellos también son víctimas, igual que nosotros de lo ocurrido, porque también son ciudadanos. En muchas ocasiones, incluso han nacido aquí. Aunque hayan nacido en otras partes del mundo, todos somos personas. No es justo que paguen justos por pecadores. Son unos pocos locos, fanáticos y sin escrúpulos que hacen su propia interpretación del Corán, de su religión. Musulmanes también han salido a la calle, con miedo, ellos también tienen miedo, porque también podrían haber estado en ese momento en ese lugar, porque ahora ven que les miramos con recelo, como si ellos nos fueran a hacer algo. Este tipo de actos nos tiene que unir, para demostrar que todos somos personas, que no nos podrán separar, y, ni mucho menos podrán  sembrar más miedo.

Todos unidos, todos somos Barcelona
El próximo sábado día 26 de agosto, el Ayuntamiento de Barcelona conjuntamente con la Generalitat ha convocado una manifestación encontra del terrorismo y a favor de la paz. Saldremos a las calles de Barcelona, tengamos miedo o no, para gritar que no lo tenemos, porque no queremos tenerlo. Estamos hartos de que inocentes suframos el fanatismo de unos pocos que quieren hacer daño, mucho daño. Cansados de muertes, de injusticias, de no estar tranquilos. Estés donde estés te puede tocar. Ellos no miran si eres de una religión u otra, de una raza u otra, simplemente quieren destrozar vidas, cotidianidad y tranquilidad. Por ello, tenemos que reponernos, aunque sea duro, y volver a hacer nuestras vidas.  Combatiremos su lucha, uniéndonos, solidarizándonos con todas las víctimas y lanzando un grito esperanzador de paz.

Una ciudad no se compone de monumentos, paseos y parques, sino que es un puzle y la pieza más importante son sus ciudadanos. Hagamos que la pieza más importante de Barcelona, nosotros, sus ciudadanos, bombeemos con más fuerza que nunca, siendo el corazón de la ciudad. A pesar del duro golpe, nos tenemos que levantar y reivindicar que no queremos actos de este tipo en ningún sitio, que estamos ahí y queremos la paz. Volvamos a ser el puzle de Barcelona, con todas sus piezas. El sábado 26 en Paseo de Gracia con Diagonal, bajo el lema: “No tenim por”/ “No tenemos miedo” saldremos a la calle, para demostrar que seguimos siendo Barcelona.  
Círculo símbolo paz




Paz paloma 

jueves, 17 de agosto de 2017

Mis mini teclados inalámbricos

TECLADOS INALÁMBRICOS CON BLUETOOTH


Fáciles de transportar, ligeros, cómodos, prácticos y que te pueden ayudar en el día a día. Si tienes una idea, una reunión o simplemente quieres escribir un mensaje rápido, tan solo tienes que sacar el teclado y ponerte a escribir en tu móvil, tablet o cualquier dispositivo que acepte bluetooth. Sin embargo, yo lo utilizo con el dispositivo que más uso a diario, el iphone, y me resulta muy cómodo a la hora de escribir notas y poder teclear sin necesidad siquiera de sacar el móvil.


Hoy me apetecía hablaros de mi nuevo teclado inalámbrico con bluetooth: Moko. Me lo regalaron para mi cumpleaños, y, a pesar de que buscaba un cambio para mi teclado, ya que quería uno más fácil de transportar, al principio me costó acostumbrarme, ya que me cuestan los cambios.

TECLADO ZOOM 9010 

En 2012 os presenté mi primer teclado inalámbrico que tuve y que me iba genial, tanto para móvil como para ipad. Ese teclado era bastante grande, aunque no muy pesado, y fácil de transportar, ya que cabía perfectamente en el bolso. Cogí tal habilidad a la hora de escribir con él, que hasta era capaz de sacarlo en el metro y ponerme a escribir de pie, eso sí, haciendo algo de malabares. Ese teclado era negro, un poquito grande y de plástico. Lo bueno era que la batería duraba mucho y sin pilas. Los teclados con pilas no me gustan nada, por eso y por el precio no me decanté nunca por el de Apple.
Con el paso del tiempo y el uso, las teclas se fueron desgastando, es decir, ya no se veían ni las  letras de las teclas. No me importaba, ya que tampoco las veía yo, me guiaba con las marcas que tienen todos los teclados en la f y en la j.  

Zoom 9010


TECLADO ULTRA DELGADO RAPOO 

Sin embargo, después de tantos viajes y ajetreos durante el 2014  encontré un recambio para el viejo teclado, que tantas páginas y tantos mensajes había escrito. Encontré por casualidad, sin buscarlo, un teclado blanco que se llama Rapoo. Es un mini teclado inalámbrico, mucho más fino que el que tenía, aunque de tamaño similar. Le compré un estuche, no tanto para protegerlo, como para llevarlo en un lugar seguro dentro del bolso y que no se ensuciase tanto. Ese teclado se enlaza con el móvil también por bluettoth y a la hora de vincularlo tenía que introducir rápidamente unos códigos que me daba el móvil, para que se conectasen los dispositivos.  
Este teclado ultra delgado de 5,6 mm de grosor tiene la parte trasera de acero inoxidable, la cual cosa hacía que el diseño fuera más bonito y sobre todo daba la sensación de que estaba más protegido. A parte de ser un teclado QWERTY como el anterior tenía más teclas de función rápida, como: subir y bajar el volumen, darle al play, bloquear la pantalla, y una tecla para que aparezca el teclado virtual del móvil, lo cual va muy bien, para cambiar de teclados, por ejemplo, si quieres poner emoticonos.

Estaba muy contenta con ese teclado, de hecho aún lo utilizo. Sin embargo, para poner acentos tenía que ir contando teclas, ya que no está configurado para que aparezcan en el mismo sitio que en un teclado de pc. Pero,  no era ningún inconveniente, ya que ya sabía dónde estaban los acentos y todas las teclas. 

Rapoo

¿Por qué quería otro si estaba tan contenta?  

No es un cambio que buscase, porque estaba acostumbrada a manejarme con ese teclado. Aunque es cierto, que, a veces, sobre todo de llevármelo de viaje, algunas teclas, a pesar de darle una vez salían dos veces, y otras en cambio,  era como si le diera. Es decir,  a la hora de teclear no funciona muy bien, pero nada que con un repaso no se pueda arreglar.
Ese teclado, Rapoo, siempre lo he llevado con una funda, un estuche, para que no se estropease tanto. Funciona sin pilas, solamente cargándolo con un USB, más que suficiente para que dure más de un mes en uso. Con un botón para conectar o desconectarlo, es decir que aunque lo llevase en el bolso sin ninguna protección, no hay manera de que las teclas de vayan marcando, ya que si está desconectado, bloqueado, no hay ningún problema. Cabe decir que eso también lo tenía el Zoom 9010, mi primer teclado. 

TECLADO MOKO 

El que tengo ahora tiene un diseño mucho más original, con mucha más protección y más pequeño. El Rapoo medía 20,5 cm y  este nuevo mide 5,8 cm plegado y abierto 9,8 cm.
Os cuento:
Es un teclado tríptico, por eso es tan pequeño, tan manejable y tan fácil de llevar. Si quieres utilizarlo, tan solo tienes que desplegarlo y ya podrás usarlo. Es totalmente de aluminio, por tanto no pesa casi nada y hace que al ir plegado, gracias a un imán, vaya totalmente protegido.
A diferencia de los otros, a la hora de vincularlo con el móvil, no hace falta introducir ningún código, tan solo hace falta darle a la tecla de Función y a la C de casa  y ya se conecta. No hay posibilidad de que te olvides el botón de conectar y que vayas marcando teclas a diestro y siniestro, porque siempre va plegado. No gasta batería, porque tiene un modo de auto sueño, aunque te lo dejes abierto, no gastará batería si nota que las teclas no están siendo utilizadas. A pesar de que es un QWERTY y que la ñ no aparece dibujada, sí que está en el mismo sitio que en un teclado de PC, igual sucede con los acentos que están en el mismo lugar que en un teclado convencional, sin tener que cambiar configuraciones.
Cabe decir que es más pequeño, porque la parte de arriba solamente consiste en números, que al marcar la tecla de Función tiene acceso rápido, en cambio los otros arriba de las teclas de números tenían teclas de función rápidas.
Teclado plegado



Aún estoy descubriendo algunos comandos de teclas rápidas, ya que al estar acostumbrada al otro teclado aún me cuesta localizar algunas funciones. Por ejemplo, al lado del control está la tecla de Función, y según las instrucciones si le doy a Función + Control aparecería el teclado virtual, para poder ir alternando de teclados, y poder acceder al teclad de emoticonos, pero no hay manera de que me haga caso. Podría ser problema de incompatibilidad con mi Iphone, pero si fuera eso, tampoco me funcionarían las demás teclas de función rápida y sí que reaccionan con los comandos.

Teclado desplegado


Ya llevo un mes con este nuevo teclado y estoy muy contenta. Es ligero, práctico y muy cómodo de transportar, sin necesidad de llevar funda. Además de gozar con un diseño muy original que facilita el transporte, el uso y la seguridad.  

Si tenéis pensado cambiar de teclado, si queréis uno, la verdad es que hay muchos en el mercado. De hecho, creo que hasta algunos que van en la funda del móvil, pero yo de esos no soy muy partidaria, porque no escribo con tanta comodidad, será  porque tengo los dedos gordos, será porque no estoy acostumbrada, será porque prefiero llevarlo aparte, o será porque prefiero un dispositivo bluetooth que no solamente me sirva para el móvil (aunque lo cierto es que es con lo que más lo utilizo). Sea como sea estoy muy contenta con este regalo, porque es práctico, cómodo y original. Espero que os guste. Ya me diréis qué tipo de teclados utilizáis vosotros, si es que utilizáis. Creo que es una forma muy cómoda de escribir, mucho más rápida. Me encantan este tipo de chismes que, para algunos pueden resultar una tontería, pero que tanto nos ayudan a otros.   




miércoles, 2 de agosto de 2017

25 Frases para Viajeros

25 CITAS CÉLEBRES QUE TE ANIMARÁN A VIAJAR

No hay frases, ni de autores, ni de obras, ni de nadie en particular que te pueda animar a viajar más que tú. Sin embargo, si te sientes encadenado, acobardado, si no te atreves a dar el paso para hacer esa maleta y lanzarte a la aventura de viajar, o mejor dicho, de vivir, aquí tienes alguna de esas frases que te inspirarán, para dar el impulso que te hace falta. Si por el contrario, las ganas están, si eres un gran viajero y quieres algo de inspiración, aquí encontrarás 25 citas célebres que comparten tu pasión por viajar y descubrir. 
Además, estamos en verano, en pleno agosto, y es una de las épocas que más viaja la gente, ya que las famosas vacaciones de verano han llegado para muchos. El destino no tiene por qué ser lejano, ni tan siquiera tienes la necesidad de volar, simplemente déjate llevar y descubre un lugar nuevo, trayéndote recuerdos, anécdotas y dejando las huellas de tu paso. 
¡Ánimo, a viajar! 

Si tú, también tienes tu propia fase, no dudes en dejar la tuya en los comentarios.  Entre todos se puede hacer un gran castillo de frases, uno de esos que viajeros visiten.

25 FRASES INSPIRADORAS PARA VIAJEROS

1-    “Viajar es vivir”.-Hans Christian Andersen.


2-    “Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”. –Henry Miller


3-    “Un viajero sin capacidad de observación es como un pájaro sin alas” – Mosih Eddin Saadi  

cielo y pájaro


4-    “Dentro de veinte años estarás más decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que hiciste. Así que desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos. Aprovecha los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre”. – Mark Twain


5-    “Un viaje de mil millas ha de comenzar con un simple paso".-Lao Tzu 


Astronauta y Luna


6-    “No hay momento de mayor dicha en cualquier peregrinaje que el comienzo del mismo”.- Charles Dudley Warner


  7-    “Lo primero que hay que hacer para entender a un nuevo país es olfatearlo”.- R. Kippling


8-    “El mundo es un libro, y aquellos que no viajan leen solo una página”.-San Agustín. 


Libro



   9-    “Viajar hace a uno modesto. Ves el lugar pequeño que ocupas en el mundo”. -Gustave Flaubert. 


Puesta de sol



10-                   “Una vez al año, ve a algún lugar en el que no has estado antes”.-Dalai Lama.


11-                   “El que quiere viajar feliz, debe viajar ligero”. -Antoine de Saint-Exupery


  12-                   “Una vez hayas probado el vuelo siempre caminarás por la tierra con la vista mirando al cielo, porque ya has estado y allí desearás volver”.- Leonardo Da Vinci. 





13-                   “El auténtico viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener una mirada nueva.” -Marcel Proust

 14-                   “La vida no se mide por el número de veces que respiramos sino por las veces que nos quedamos sin respiración." Anónimo

Mar, palmeras y arena

15-                   “El auténtico milagro no es caminar sobre las aguas o volar por los aires: es caminar sobre la tierra”. -Houeï Neng

16-                   “Viajar te deja sin habla, para después convertirte en un narrador”- Ibn Battusta


17-                   “Viajamos no para escapar de la vida,  si no para que la vida no se te escape”.- Anónimo

18-                   “Nada desarrolla más la inteligencia como viajar”. – Emile Zola


19-                   “Invertir en viajar es invertir en uno mismo”.-Matthew Karsten

20-                   “Llévate los recuerdos, deja solamente tus huellas”.- Jeff Seattle 


Huellas en la arena



21-                   “No todos los que deambulan andan perdidos”.- J.R. Tolkien

   22-                   “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.- Don Quijote de la Mancha 


Quijote, Sancho y Molinos de viento



23-                   “La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos”. –Fernando Pessoa


24-                 “Nunca se llega tan lejos como cuando no sabes adónde te diriges”.- Cristóbal Colón
 

                   


25-                   “La aventura vale la pena”.- Aristóteles