domingo, 17 de septiembre de 2023

9 meses volando junto a ti

9 meses in & out 
Hoy domingo 17 de septiembre estamos de cumple mes:  Aday cumple 9 meses. Ya lleva el mismo tiempo dentro de mí que fuera. Durante estos meses le hemos visto crecer a pasos agigantados. Estamos descubriendo  un mundo nuevo, o mejor dicho: estamos conociendo a una personita. No dejamos de sorprendernos; tanto de cualquier cosa que hace como de nosotros mismos. Es un viaje imparable de emociones que brotan a cada paso. Se mezclan miles de sentimientos que llegan a abrumar, empezando; sin duda: por una felicidad que creíamos ya  olvidada, siguiendo por miles de interrogantes que se agolpan al ser primerizos y no saber si lo estamos haciendo bien o no; aunque no cabe duda que todo lo hacemos por su bienestar. 
Hasta que no nos hemos introducido en el viaje sin retorno de la paternidad no sabíamos de la importancia de dormir. Y no hablo ya por nosotros; sino que al pequeño guerrero le va mucho la fiesta y le cuesta caer roque, a pesar de que se restriegue los  ojos, se toque la oreja y se le caiga la cabeza, te lo pone difícil para dormirle; pero son retos que tras unas cuantas canciones, meneos, ruido blanco y sobre todo teta; se consigue. 
Haciendo un repaso de los nueve meses dentro y fuera: 
Durante casi todo el embarazo me lo pasé con miedo; miedo a que algo no saliese bien; quizás por eso fue muy cautelosa a la hora de gritar a los cuatro vientos la buena noticia. Al principio tuvimos algún que otro susto, en el que el garbancito demostró ser un guerrero y poder ser más grande que cualquier adversidad. Durante el segundo trimestre ya empezamos a dar la noticia y nos enteramos que sería un nene. Él empezó a hacerse notar con pataditas y a crecer considerablemente. Y fue cuando empezamos a llamarle Aday, y veíamos que le pegaba ese nombre; principalmente porque nos gustaba como quedaba, Aday el guay. Y cuando ya empiezas a llamarle con ese nombre difícilmente se lo cambiarás.  Y cuando llegó el tercer trimestre ya pesaba bastante más, pero no solo él; si no: yo. Me daba por comer y eso de que tienes que comer por dos no es así; pero costaba mucho mantenerse al margen con los ataques de hambre. El ginecólogo me dijo que dejase de lado los dulces, los frutos secos y el pan; pero yo me hinché al puro estilo muñeco Michelin. Lo del peso me preocupaba vagamente, aunque es cierto que funciones diarias como atarme las deportivas, o ponerme calcetines se volvían toda una odisea. Mi mayor preocupación era cómo actuar cuando llegase el momento que Aday quisiese salir. Sí, hice cursos de preparación al parto; pero en vez de ayudarme me ponían más nerviosa. Durante el último mes me tuvieron que ingresar por hipertensión gestacional; que afortunadamente ha desaparecido; pero me mantuvieron controlada a la espera de pruebas para descartar una preclamxia. Todo bajo control y no tuvieron que sacar al guerrero antes de tiempo. Aunque al tener ese diagnostico el Dr. dijo que era mejor no demorarlo más allá de la semana 40. Así que finalmente Aday llegó al mundo el día previsto de parto a través de una inducción. 
Así contado parece que los meses pasaron volando, y en cambio a mí entre eco y eco se me hacían mundos eternos. Y es que las eco esperas ya me habían advertido que eran una tortura y es que hasta que no vas y no ves que todo sigue bien no respiras con tranquilidad. Cada semana leíamos cómo sería, cuánto pesaría, qué fruta sería y qué órganos se estarían creando. Todo magia albergar otro ser dentro de ti. 
9 meses fuera 
Y llegó Aday a este mundo. Y empezamos a descubrir  que los pulmones los tenía a tope, porque se ponía a berrear como si le estuviesen torturando. Y llega el momento de las mil preguntas a la vez, será el pañal, será que tiene hambre, frío, calor, sueño. Y cuando has probado de todo y has ido descartando,. y no sabes cómo calmarle se te parte el alma. Y es que durante el primer trimestre el pequeño sufrió de cólicos; o al menos eso nos dijeron que eran esos llantos inconsolables por las noches..  
Durante el segundo trimestre parece que los llantos remitieron, al menos por las noches; ya que a él eso de que le muevan de sitio y que le cambien nunca le ha gustado. Sin embargo; empezó a regalarnos más sonrisas, incluso risas y a estar más despierto. Y ya no os cuento el cambio que ha dado en este último trimestre; empezando por la alimentación complementaria que se come todo lo que le ponemos y si te descuidas te coge de tu plato. Sin duda, de lo que no cabe duda es que con la alimentación nos lo ha puesto fácil, sobre todo a mí que no veo y a veces no acierto con la boca, pero él busca la cuchara y se lanza con la boca abierta a por ella. Y mientras haya pan él es feliz y te deja comer tu comida; si no cómo es normal también reclama lo suyo aunque acabe de comer.  Ahora ya le ha empezado a salir un diente abajo y está de camino otro al lado. Y se ríe mucho. Además de decir las dos palabras que más anhelábamos oir: papá y mamá. Es cierto que las dice sin intención, no las dice para llamarnos; pero a nosotros nos vale y nos suenan a música celestial después de su risa a carcajadas, esa que va seguida de un hipo incesante. 
Además desde hace un par de meses ya se mantiene sentado; y empieza a moverse como un gusanito y se vuelve a sentar él solo. No gatea, pero hace por ponerse de pie; sobre todo si se puede encaramar no dudará  en hacer de casteller y trepar o simplemente mantenerse erguido; y entonces se gira con cara de pillo y te dedica una sonrisa que remarca sus hoyuelos y te dice sin palabras: "lo he logrado". 
Y hoy aunque no sea un año lo celebramos como cada día; porque cada día es todo un regalo. Sin embargo; hoy en este cumple mes quería hacer un paralelismo del mismo tiempo de gestación y del que lleva descubriendo mundo aquí fuera. 
 
Y termino estas líneas subrayando lo que todos nos decían: el tiempo pasa volando, aprovechad cada segundo con él. Así que os dejo para estrujarle un poquito más y comérmelo a besos antes de que crezca más.  Además, no he contado que ya ha empezado la guardería; y aunque es el más pequeño de clase y va un par de horas, creemos que le vendrá muy bien para adquirir rutinas; así que en breve a dormir.