domingo, 29 de septiembre de 2013

Una de libros...Palmeras en la nieve

PALMERAS EN LA NIEVE de Luz Gabás  

   Como ya anuncié, en alguna entrada anterior, leer es una pasión. Viajar sin moverse del sitio, simplemente con la imaginación. Como no quisiera olvidarme de la lectura, y me gustaría ayudar a fomentarla, voy a ir intercalando entradas personales, con otras de lecturas. Los libros también dicen mucho de uno mismo, con cada libro que abres, descubres una nueva historia, algunas te marcan, y otras pasan sin más. Pero, al fin y al cabo, son historias que, aunque no vividas físicamente, te traslados por un rato en la vida de los personajes. Así que hoy, con el libro que os voy a presentar nos trasladaremos hasta África.

Durante estos meses me he reencontrado con la lectura. Hacía tiempo que no devoraba y disfrutaba tanto leyendo libros. Por tanto quiero presentaros alguno de ellos. En esta entrada os haré partícipes de la novela de Luz Gabas: Palmeras en la nieve. Novela que me ha resultado muy interesante: tanto por la trama, como por hacerme viajar y descubrir nuevas tierras, sumado a una nueva culturas y multiplicado por hechos históricos que nos atañen a todos.
¿Alguien sabía que Guinea fue colonia española hasta 1968? Seguro que muchos de vosotros sí. Pero, ¿cómo era la vida allí? ¿Cómo era la vida de esos colonos españoles? ¿y la tierra? ¿y la convivencia con los nativos? Esta novela nos desvela muchas de las claves de cómo podía ser la vida por esas tierras tan lejanas, y a la vez con tanto en común con la nuestra.  

Portada de Palmeras en la nieve
FICHA TÉCNICA
Título: Palmeras en la nieve 
Autor: Luz Gabás  
Año de publicación: 2012
Editorial: Temas de Hoy
Páginas: 736

La novela empieza con una carta, una misteriosa misiva que lee y relee la protagonista: Clarence. Ésta es la protagonista que nos guía hacía la vida de sus familiares, quienes fueron colonos españoles en la isla de Fernando Poo (actualmente, Bioko). Con ella, y gracias al querer saber más sobre esa carta y sobre misterios sin resolver que envuelven el pasado familiar, nos adentraremos en un viaje al pasado.

Kilian, tío de Clarence, abandona las montañas oscenses en 1953, para ir en busca de nuevas oportunidades en la isla de Fernando Poo. Allí, le esperan su hermano, Jacobo, y su padre, un veterano colono. Ambos trabajan en la Finca San Paca, una de las más prestigiosas fincas de cultivo de cacao. Ese será su destino. Vemos cómo le cuesta acostumbrarse aún cambio tan radical, con temperaturas altísimas, las cuales su piel no soporta. Una cultura distinta, con nativos que trabajan a su cargo. Su padre le decía que quien va a la isla, jamás la olvida, porque te enamoras. Él no entiende sus palabras, no entiende cómo puede alguien enamorarse de ello. Le cuesta adaptarse, pero no le queda otro remedio. Quiera o no, la situación es mucho más halagüeña que en aquella España de los cincuenta, gris y con muy pocas posibilidades de prosperar. Poco a poco se va a acostumbrando, y junto a él, vemos como es la vida allí. Descubrimos la isla de Fernando Poo, Santa Isabel (Malabo) y en general, lo que era Guinea Española. Pero, no solamente descubrimos un país nuevo, a la vez que lo hace el joven Kilian, también vemos como es una jornada laboral, vemos su inquietud por conocer más de los oriundos de la isla y sus costumbres, y poco a poco como se va a aclimatando.

Un salto en la novela y nos hace reencontrarnos con la actualidad. Época presente, donde Clarence, quiere saber más, a la vista de que su padre, Jacobo, y su tío, Kilian, son reacios a hablar del pasado. Por tanto, quiere visitar, y ver con sus propios ojos, el lugar donde años antes habían vivido su padre y su tío. Quiere descubrir sus orígenes. Verá lo cambiado que está todo, los recuerdos relatados por sus familiares nada tiene que ver con lo que encuentra. Una isla con  transformaciones dictatoriales. A pesar, de ver el cambio político, conoce a gente maravillosa, la cual le hará cambiar la perspectiva de su vida. No sabe hasta cuánto puede cambiar el hecho de conocer a esos personajes.  

La tercera parte nos lleva de vuelta a la Guinea Española, y entendemos muchas incógnitas. La parte más intensa, más sabrosa de la novela se encuentra aquí. Se desvelan detalles que jamás pensarías. Marca diferencias familiares. Saber tanto, y más la verdad, a veces no es tan bonito.  Pero es el resultado del saber.

Una novela que envuelve: amor, odio, tramas familiares, secretos inconfesables, política e historia, como la vida misma. Os dejo que os adentréis en una fabulosa  historia, donde viajaréis y descubriréis mucho más de lo que os esperáis.  


Os dejo el trailer del libro, para que os entren más ganas de adentraros en:"Palmeras en la nieve":  


viernes, 27 de septiembre de 2013

CUMPLEAÑOS DE KENZIE


KENZIE CUMPLE 6 AÑOS 


Ya estamos en otoño, pero en esta ocasión nos colaremos por las últimas rendijas de verano, para recordar un hecho. El pasado día 18 de septiembre, Kenzie cumplió 6 años. Como era su aniversario y quería que fuera un día especial, aprovechando que estoy sin trabajar, tuve la oportunidad de que disfrutase de su día. ¿Cómo? Pues llevándole a su sitio preferido: la playa.

El día anterior quedé con una amiga, para que fuese partícipe de ese día. Así que, quedamos y fuimos caminando. A Kenzie le tocaría trabajar un poquito, pero después obtendría una recompensa. Cuando llegamos, cuál fue nuestra sorpresa, que la playa estaba llena de bañistas que aprovechaban los últimos días de verano. Además, tuvimos la suerte que ese día el Sol estaba presente y hacía un día digno de ir a la playa.

Sin embargo, yo quería ir y dejarla libre, para que saborease la libertad de hacer lo que quisiera en la playa. Ella, como perro guía, puede ir siempre que quiera a la playa o cualquier sitio, pero ejerciendo su labor de perro guía. Pero, como yo quería que disfrutase como perra, antes me informé ya que sabía que rondaba por esas fechas la época alta para que los perros puedan disfrutar de la playa.  
Según la ordenanza municipal de Barcelona, durante la temporada alta de bañistas que comprende: del 1 de Junio al 16 de septiembre, los días de Semana Santa y todos los fines de semana de abril a octubre no se puede acceder  con el perro suelto a las playas, para que haya una mejor convivencia  entre bañistas y perros.
Así que, aprovechando que el cumpleaños de Kenzie cayó en miércoles, día laborable y era 18 de septiembre, pudimos ir y que ejerciera de perro libre, suelto y con toda la libertad que quisiera. A pesar de ello, como digo, había demasiada gente, y por mucho que se pueda me daba cosa que  Kenzie molestase a los bañistas que estaban por ahí tomando el Sol.

Al final, encontramos un hueco cerca de la orilla, donde parecía no había mucha gente alrededor nuestro; y allí acampamos con las toallas. Eso sí, no pudimos tirarle el freesbe, no fuera a ser que diéramos a alguien. Pero, qué más daba ella  lo que quería  era ir a pegarse un baño. No hacía falta que nada ni nadie le incitase a ir al agua. Hacía calor, por tanto en cuanto se vió suelta  se metió corriendo al agua. Su pasión era  bañarse, salir, revolcarse en la arena, secarse, correr y volver a bañarse. La gente de alrededor, al contrario de  lo que yo pensaba, que se enfadarían por el alboroto que estaba formando,  disfrutaban viendo cómo  se lo pasaba Kenzie. Además, era muy gracioso ver cómo se ponía como una croqueta. 

A pesar de mis temores de no ver a ningún perro rondando por los alrededores, de ver que estaba llena de bañistas, gente tomando el sol y turistas pro todas partes, pude lograr mi objetivo, que Kenzie  pasase un buen día de cumpleaños haciendo lo que más le gusta hacer: bañarse, revolcarse y correr por la playa.

Ya tiene 6 años, pero no deja de ser un perro que en cuanto puede volver a ser un cachorro y juega como la que más.  Sí que he notado que con el tiempo  es más tranquila y ya no se altera con tanta facilidad, guía muy bien , si cabe, mejor de lo que lo hacía, porque  evita coger cosas, ya que sabe que me enfada. Pero, también aunque sea un perro guía que me ofrece tanto, también  necesita recibir momentos  de ocio, y   desfogarse corriendo y sociabilizándose con otros perros. Disfruta mucho y creo que es necesario, tanto  como para que aga deporte, como para que se desestrese de la atención que tienen que poner diariamente cuando lleva el arnés y me está guiando. Una vez no lleva el arnés es un perro normal que, al igual que todos los perros, quiere y desea jugar. 

Para muestra un botón, y os dejo el vídeo que  grabó mi amiga, que se quedaba alucinando de cómo se lo pasaba Kenzie: