De
hotel a hotel y alojándonos en un Ryokan: Nuestras estancia por Japón
Nosotros
viajamos a Japón con todo el alojamiento reservado desde España, casi todo
desde Booking. Empezamos a planificar el viaje,
de eso se encargó Carlos que es fan de Excel y fue poniendo cuántos días íbamos
a estar en cada ciudad, además de qué deberíamos ver, imperdibles de cada
lugar. Sabiendo los días y la ruta qué haríamos empezar a buscar alojamiento,
siempre cerca de la estación de tren.
Empezamos
por Tokio un hotel que desde el mapa parecía
que estaba cerca de la estación y sí que lo estaba, porque sin maletas, como
fue el caso, recién llegados y sin Internet, pudimos encontrarlo. El hotel era Horidome
Villa la verdad es que no era nada del otro mundo, pero la ubicación
nos gustó. Aunque, como ya contamos en el post de Tokio, la habitación era la
más pequeña que habíamos visto nunca, y cuando nos trajeron la maleta ya ni la
podíamos abrir, teníamos que pasar de lado para acceder a la cama, que era casi
lo único que había y de armarios ya ni hablamos, porque eran inexistentes, no
había. El lavabo, era como si fuera un armario, solamente cabía una persona y
haciendo malabares, pero que la bañera no falte, aunque tengas que entrar
haciendo equilibrios. Bueno, nos dimos cuenta que la leyenda esa de que en
Japón los alojamientos son mini, no era tal leyendo, sino que era cierta e
intentan aprovechar al máximo el espacio.
En
Kioto estuvimos alojados en River East
Nanajo que más que un hotel era un albergue, pero más bien parecía
un apartamento, porque tenía: cocina, nevera, balcón, baño con televisión y una
habitación con mesa y armario que era el doble que la de Tokio. La verdad es
que nos encantó, por la tranquilidad, las comodidades que tenía y no estaba mal
ubicado, estábamos cerca del famoso parque de los toriiis. Teníamos todo
relativamente cerca. Además, de tener la oportunidad de descansar e incluso de
cenar algo en la misma habitación, ya que había microondas y cocina.
En
Osaka elegimos el hotel Shin Osaka, que tampoco estaba muy
lejos de la estación de tren, aunque había una estación de metro más cerca, sí
esa con el nombre más largo que jamás haya oído. Ese hotel no es que estuviera
muy cercano a todo lo que queríamos visitar, pero si hay una parada de algún
transporte, ya nos servía. Tampoco puedo valorar, como en Kioto o Tokio,
qué tal era, porque apenas estuvimos dos noches, pero ya sirvió para darnos
cuenta que nada que ver con ninguno de los dos sitios anteriores. Más grande la
habitación que la de Tokio era, pero nada que ver con Kioto. Las camas eran
inmensas, como dos de matrimonio juntas, con el detalle del kimono y las
zapatillas para descansar. Un lavabo pequeño, pero en el que no hacía falta
hacer ningún espectáculo para entrar. Vistas a la calle, sin más, nada
espectaculares, pero nada claustrofóbico. Armario tenía y estaba en la entrada,
pero apenas deshicimos las maletas, no merecía la pena. En este hotel fue en el
que notábamos olor a tabaco, y no éramos nosotros, sino que supimos que en
algunas habitaciones se podía fumar, y en los pasillos olía rancio, a
tabaco, suerte que en la habitación no.
En
Hiroshima estuvimos alojados en un Ryokan,
exactamente en Ikawa Ryokan que no estaba nada lejos del Parque
Memorial de la Paz. Era una zona tranquila, en el que podíamos descansar, a
pesar de que tuviéramos que dormir en el suelo, pero queríamos vivir la
experiencia de dormir en uno de esos alojamiento s japoneses tradicionales de
los que tantos nos habían habladdo. Fue bonita la experiencia, porque lo de
estar pisando un tatami y dormir encima de un futón no es algo que suelas
hacer. La habitación no era nada del otro mundo, pero el armario era bastante
grande, hasta cabías dentro. El lavabo estaba separado del resto de la
estancia, todo separado por esas puertas correderas que tanto me gustan y que
sirven para aprovechar al mácimo el espacio. La habitación me pareció grande,
pero todo después de lo de Tokio me parecía fantástico, y teniendo en cuenta
que no había cama, solamnte una epecie de colchón individualk en el suelo, un
futón, hacía que por las mañanas cuando nos despertábamos desde el suelo, todo
pareciera más grande, sobre todo al llegar y encontrarnos el futón recogido,
era una manera más de amortizar el espacio. Pero, todo lo teníamos tirado por
el suelo, porque al no haber camas, los enchufes, los móviles, las mochilas,
las maletas, todo al alcance de la mano. No cogimos el desayuno, ya que no
entraba y era algo carillo, pero no hubiera estado mal probar uno de esos
desayunos tradicionales japoneses. Sin embargo, optamos por encontrar un lugar
cercano para hacer nuestra primera toma del día. Lo bueno, era la localización,
cerca a lo más histórico, la tranquilidad y el transporte, tranvía, cerca para
desplazarnos. Además de poder vivir la experiencia de dormir al estilo
tradicional.
En
Fukuoka ya fue otro cantar. Estuvimos
en un hotel- apartamento, y aunque fuera solo para una,
no valió la pena, ya que para mí fue un engaño, porque ponía que estaba cerca
de la estación principal de tren, y lo único que estaba cerca de esa estación
era la agencia, en la que te decían adónde tenías que dirigirte. Te daban un
clave, y búscate la vida, estaba en la otra punta, suerte que sí que había una
parada de metro cercana y gratuita con JRP. Además, de que cada dos pro tres
notabas cómo pasaba el shinkansen, de hecho lo podías ver desde el balcón,
pasando a toda velocidad. Por muy grande que fuera, no hicimos casi uso de ese
apartamento, porque solamente lo habíamos cogido para dormir, e irnos al día
siguiente al aeropuerto.
Sé
que aparte de hoteles, albergues y Ryokan hay muchos más tipos de estancias,
como por ejemplo: los famosos hotelsees cápsula, pero no vivimos esa experiencia,
porque en la mayotría son individuales, y tienes que compartir baño. Ni me
gusta la idea de compartir lavabo, ni la de dormir yo sola, ahí atrapada, sin
maleta y si n compañía. No optamos por esa opción por eso mismo. Seguramente
hay muchas más opciones y me gustaría saber qué más alojamientos concoéis de
Japon y si recomendáis alguno en particular. Nosotros, sin duda de los que
estuvimso nos quedamos con el de Kioto, aunque todos tenían algo especial, pero
ese se llevó la palma, además de por el trato de la recepcionista, muy maja y
sabiendo inglés, algo a destacar en un país en el que casi nadie habla el idioma
de Shakespeare.
Os
recomendamos ir con el alojamiento reservado, de hecho es uno de los requisitos
cuando llegas a Japón, tener al menos el primer destino en el que vas a estar,
ya que te lo solicitan en la tarjeta que tienes que rellenar al llegar al
aeropuerto y pasar por control de inmigración. No sé si conocéis alguno de
estos alojamientos que he mencionado, pero espero vuestras recomendaciones.
Ahora os
dejo con la recopilación en vídeo de nuestros alojamientos por las diferentes
ciudades que visitamos en Japón. Sin cortes. Con fotos y audiodescripción. Dándole
un poco de movimiento a las letras.
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