Un Japón que piensa en todos
Accesibilidad en Japón
La accesibilidad es la cualidad de facilitar el acceso a todas las personas, independientemente de sus capacidades técnicas, sensoriales, cognitivas o físicas. Se trata de una condición necesaria para la participación de todas las personas, sea cual sea la limitación que pueda tener.
Perros guía en
Japón
Cuando pensamos en realizar el viaje
a Japón, ya pensamos en ir sin la peluda. Kenzie, mi perra guía, ya tiene
una edad y no era plan de someterle a tanto estrés y a tanto cambio, para
unos días. Así que la dejé con mis padres, sus abuelos. A pesar de que Kenzie
hubiera sido más joven, seguramente también la hubiera dejado, por lo mismo que
he comentado, no es plan de que ella tenga un viaje de más de 16 horas sin
poder moverse, ni comer, ni beber, ni hacer sus necesidades. Así que como no
era imprescindible que viniera, ya que no viajaba sola, y hay que mirar siempre
el bien para nuestros guías, la dejé con sus propias vacaciones sin hacer nada
con mis padres, de relax.
Creo que si hubiera estado en Japón
con Kenzie, eso de comer en un tatami hubiera sido toda una tentación para
ella, teniendo la comida tan cerca de su hocico. Aunque eso sí, en las calles
no hubiera podido coger nada, ya que la limpieza era absoluta, a pesar de los
pocos contenedores de basura que vimos. Sin embargo, eso de estar en
habitaciones tan pequeñas, ya que había habitaciones de hotel, como la de Tokio, en las que ni
cabíamos nosotros mismos.
En cuanto a la ley en Japón sobre
perros guía, la ley es de Mayo del 2002 Act on Assistance Dogs. Aunque, por lo que he leído, aún se siguen encontrando con negativas a la hora de entrar en algunos
comercios. Nosotros vimos un usuario de perro guía con su peludo en una estación
de tren, o al menos eso le pareció ver a Carlos.
Y, aunque pueda parecer lo
contrario, en Japón hay más de 9 escuelas de cría de perros guía y hay más de
1000 usuarios activos, aunque hay que tener en cuenta que es un país con más de
125 millones de habitantes.
Al no viajar con Kenzie, me llevé el
bastón, aunque sabía que con Carlos no lo iba a necesitar, pero nunca se sabe.
Además uno de mis mayores temores en este viaje era perderme entre tanta gente,
porque aunque vaya agarrada, en una de esas masificaciones del metro de Tokio u
otra ciudad, nunca se sabe. Afortunadamente, no ocurrió, no me quedé perdida en una ciudad desconocida. Llevaba el bastón
blanco Asturias, es un modelo pequeño, fino y que no ocupa espacio doblado
en el bolso. Básicamente este tipo de bastón sirve de distintivo, sabía que si
me hacía falta sacarlo en algún momento, ya me serviría su uso. Yendo con
Carlos que ve perfectamente no pensé que tuviera que utilizarlo. Sin
embargo, lo saqué, pero no porque me hiciera falta de verdad, sino porque al
ver los encaminamientos que había en todas las calles de Japón me entraron
muchas ganas de probar cómo sería andar yo sola por alguna ciudad de ese
país.
Los encaminamientos en las aceras
Definición de encaminamiento:
pavimento táctil que sirve para indicar un camino. Guía en el itinerario peatonal accesible. A las personas con discapacidad visual nos va muy bien encontrar este tipo de encaminamientos, ya sea para encontrar un cruce, una marquesina u orientarnos.
En casi todas las aceras veíamos una
especie de relieve por toda la acera que te llevaba hasta el cruce. Aquí en
Barcelona, mi ciudad, también los hay, aunque no en todos los cruces y mucho
más sutiles. La diferencia principal, era el relieve tan exagerado, como si
fueran botones gigantes en el suelo, además de estar pintados de color amarillo
y que no estaban solamente en el cruce, si no que te acompañaba por el medio de
toda la acera.
Al principio, al ir cargados de
bultos y arrastrando las maletas, esos raíles, nos parecían incómodos, porque
en algunas ocasiones las ruedas de las maletas se quedaba encajados con algún
relieve y costaba mucho desplazarse. Más tarde me dí cuenta de su función, y me
sorprendió agradablemente, ya que es todo un detalle que en otros países tengan
en cuenta que las personas con discapacidad visual existimos y nos pongan
facilidades a la hora de movernos.
El último día, estando en Fukuoka,y, a pesar de estar muy bien acompañados por nuestro anfitrión: Yusuke, no
quise desperdiciar la oportunidad de probar cómo era andar por esas aceras
accesibles. Así que les pedí a Yusuke y a Carlos que me dejasen en un punto,
saqué el bastón y me dejé llevar por las indicaciones táctiles que había en el
suelo. Era toda una gozada. Aunque mi bastón, que no era muy rígido y no estaba
en muy buenas condiciones, sirvió para que desde un punto de la acera, supiera
girar y me quedase centrada para cruzar, llegando hasta el bordillo del paso de cebra. Se notaban mucho los puntos del suelo,
ya digo que eran exagerados.
Cruces sonoros
Otro punto que me sorprendió
gratamente fueron los semáforos sonoros de Japón. No es que fueran sonoros y
punto, era mucho más que eso: sonaba música, sí, sí, tal y como oís diferentes
melodías sonaban al ritmo del color verde para los peatones. Y eso no me lo encontré
en una ciudad grande como Tokio, sino que en Fukuoka, Hiroshima y el resto de
ciudades que visitamos, también estaban esos semáforos mágicos.
Y, mientras yo aquí luchando para
que pusieran un semáforo en la Avenida Diagonal de Barcelona, un cruce muy
peligroso, aunque, afortunadamente, ya sabéis que conseguí que el Ayuntamiento se
pusiera las pilas y los hicieran accesibles.
Allí en cambio, sin necesidad de
llevar ningún mando, van sonando todos los semáforos. Algunos más sencillos con
un simple pitido, pero otros, como he comentado, con una especie de musiquilla
que te dibuja una sonrisa, mientras cruzas alegremente por la ciudad del anime.
Señales acústicas
La importancia de que estén
presentes en una gran ciudad, sobre todo para las personas con discapacidad
visual. No solamente me encontré con que los semáforos eran accesibles y aptos
para todos, sino que después de viajar y viajar en tren, me di cuenta que en las
estaciones, aparte de anunciarte el tren que iba a llegar también al acercarse
a la vía hacía una especie de música. Los trenes son muy puntuales, así que si
sabes el horario de tu tren y sobre todo dónde debes estar, es maravilloso,
porque te quedas en el andén, compruebas en tu reloj qué minuto es, y al
escuchar la música ya sabes que está llegando. Y si ya sabes japonés, pues
mucho mejor, porque seguro que te dice por qué vía viene: nosotros solamente
entendíamos algunas ciudades por las que iba a parar y poco más.
Además los encaminamientos,
que os he comentado antes, no solamente están por la calle, si no que dentro de
estaciones de metro también están. A parte de que van diciendo las paradas por
megafonía.
Lo que era un poco caótico era
moverte por submundo del metro, había estaciones que tenían más de 6 pisos, con
diferentes líneas de metro y de tren, más todas las tiendas de todo tipo y toda
la cantidad de gente que había. Sin embargo, eso no es caótico para alguien con
alguna discapacidad, para alguien sin ninguna también. De hecho en una estación
nos perdimos totalmente, Shinjuku fue todo un caos. Había multitud
de personas, no entendía cómo no nos chocábamos, pero todo el mundo sabía hacia
donde iba con paso ligero. Yo iba agarrada de Carlos, como si fuera otra
mochila más, pero no me separaba por nada del mundo. Carlos a pesar de ver los
carteles no sabía hacia donde debíamos dirigirnos, demasiadas direcciones,
demasiadas personas y demasiado de todo. Así que fuimos a la aventura, total,
si no era para una dirección era para la otra. Cabe decir que encontramos
nuestro metro, y que puede que tardásemos más de lo habitual y que en algún
momento no supiéramos hacia dónde ir, pero también hay que decir que es una de
las estaciones más concurridas del mundo.
Braille
En muchos de los museos a los
que fuimos, y, por destacar uno: El museo de la paz en Hiroshima, fue muy
accesible. No solamente, porque alquilé una audio guía (aunque solamente estaba
en inglés), si no porque había maquetas que podías tocar y también en muchos de los paneles en los que había texto
escrito también estaba en Braille. Os he comentado en alguna ocasión que mi
sentido del tacto no está muy desarrollado, por tanto soy incapaz de leerlo. Sé
que es algo peculiar que pueda escribirlo sin complicaciones y que, por el
contrario, me cueste tanto descifrarlo con los dedos, pero es así. Sin embargo,
alguna letra debería haber tenido que despejar, pero no fui capaz. No sé si por
mi falta de práctica con el sistema Braille o porque allí utilizan otro tipo de
Braille, hay que pensar que allí la escritura también es diferente y no
utilizan caracteres, sino que hay diferentes tipo de escritura. El Braille en
Japón se llama Tanji: literalmente:
caracteres de puntos. Y, a pesar de que yo no lo entienda, porque suelo leer
más con el oído que con el tacto, creo que el hecho de que esté en muchas
partes ayuda a muchas personas que sí que saben manejarse con este sistema.
Aprovecho, para remarcar la
importancia del Braille en el etiquetado de algunos productos. Hoy día por ley
tiene que estar en todos los medicamentos, aunque para mí ese es el más
complicado de leer, pero debería estar en productos comestibles. Pensar que una
lata y un tetra-brick tienen la misma forma, y si no hay alguna forma de
distinguirlo es complicado y es fácil confundirse. En alguna ocasión ha sido
muy desagradable querer abrir una lata de Coca-cola y equivocarme y encontrarme
con el sabor amargo de una cerveza, que me gusta, pero cuando esperas
encontrarte otro sabor ya no te gusta tanto. En cuanto si los productos
de alimentación allí vienen etiquetados en Braille o no, no puedo decir nada,
porque casi siempre comíamos en restaurantes o puestos callejeros. Así que no
compramos mucha comida, más que nada porque no estábamos en apartamentos, y
casi que es más económico comer fuera que prepararte allí la comida- dicho por
nuestra amiga que vive en Japón-.
Conclusión
En líneas generales Japón es
un país muy preparado, para facilitar la vida a las personas con algún tipo de
discapacidad sensorial. Me he centrado sobre todo en la discapacidad visual, ya
que es la que vivo en mis propias carnes y la que mejor conozco, y te fijas en
más cosas que el resto de personas. Sin embargo, ahora pensando en otro tipo de
discapacidades, por ejemplo de movilidad, no sé yo cómo está el tema para
quiénes van en sillas de rueda. De hecho no vimos a nadie en sillas de ruedas,
además de que algunas estaciones de metro, restaurantes y sobre todo templos
estaban repletos de escaleras, sin ningún ascensor a la vista. Así que me temo
que lo deben tener más complicado.
Sin embargo, en cuanto a la
discapacidad visual me encontré con un país muy accesible y que piensan en
nosotros, aparte de por todo lo que he comentado. Ellos son muy amables con
todo el mundo, y aunque el idioma pueda ser un handicap, hacen todo lo posible
por agradar y ayudar en todo lo posible.
Os dejo con un nuevo vídeo temático
sobre el post:
Y, ¿vosotros
os habíais fijado en estos pequeños grandes detalles que nos facilitan la vida
a las personas con discapacidad?
Son detalles que marcan la diferencia Pili!!! su cultura y su gente son la Leche!!! oye... las veces que he viajado a Tokio (no creas que ha sido un mundillo, solamente un par) no he ido a museos... pero lo de los semáforos si que soy testigo.
ResponderEliminarMe gusta mucho como lo explicas pili
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