domingo, 26 de agosto de 2018

Accesibilidad en Japón

Un Japón que piensa en todos


Accesibilidad en Japón

La accesibilidad es la cualidad de facilitar el acceso a todas las personas, independientemente de sus capacidades técnicas, sensoriales, cognitivas o físicas. Se trata de una condición necesaria para la participación de todas las personas, sea cual sea la limitación que pueda tener.


Perros guía en Japón  

Cuando pensamos en realizar el viaje a Japón, ya pensamos en ir sin la peluda. Kenzie, mi perra guía, ya tiene  una edad y no era plan de someterle a tanto estrés y a tanto cambio, para unos días. Así que la dejé con mis padres, sus abuelos. A pesar de que Kenzie hubiera sido más joven, seguramente también la hubiera dejado, por lo mismo que he comentado, no es plan de que ella tenga un viaje de más de 16 horas sin poder moverse, ni comer, ni beber, ni hacer sus necesidades. Así que como no era imprescindible que viniera, ya que no viajaba sola, y hay que mirar siempre el bien para nuestros guías, la dejé con sus propias vacaciones sin hacer nada con mis padres, de relax.  
Creo que si hubiera estado en Japón con Kenzie, eso de comer en un tatami hubiera sido toda una tentación para ella, teniendo la comida tan cerca de su hocico. Aunque eso sí, en las calles no hubiera podido coger nada, ya que la limpieza era absoluta, a pesar de los pocos contenedores de basura que vimos. Sin embargo, eso de estar en habitaciones tan pequeñas, ya que había habitaciones de hotel, como la de Tokio, en las que ni cabíamos nosotros mismos.

En cuanto a la ley en Japón sobre perros guía, la ley es de Mayo del  2002 Act on Assistance Dogs. Aunque, por lo que he leído,  aún se siguen encontrando con negativas a la hora de entrar en algunos comercios. Nosotros vimos un usuario de perro guía con su peludo en una estación de tren, o al menos eso le pareció ver a Carlos.

Y, aunque pueda parecer lo contrario, en Japón hay más de 9 escuelas de cría de perros guía y hay más de 1000 usuarios activos, aunque hay que tener en cuenta que es un país con más de 125 millones de habitantes.  


Al no viajar con Kenzie, me llevé el bastón, aunque sabía que con Carlos no lo iba a necesitar, pero nunca se sabe. Además uno de mis mayores temores en este viaje era perderme entre tanta gente, porque aunque vaya agarrada, en una de esas masificaciones del metro de Tokio u otra ciudad, nunca se sabe. Afortunadamente, no ocurrió, no me quedé perdida en una ciudad desconocida. Llevaba el bastón blanco Asturias, es un modelo pequeño, fino y que no ocupa espacio doblado en el bolso. Básicamente este tipo de bastón sirve de distintivo, sabía que si me hacía falta sacarlo en algún momento, ya me serviría su uso. Yendo con Carlos que ve perfectamente no pensé que tuviera que utilizarlo. Sin embargo, lo saqué, pero no porque me hiciera falta de verdad, sino porque al ver los encaminamientos que había en todas las calles de Japón me entraron muchas ganas de probar cómo sería andar yo sola por alguna ciudad de ese país. 

Los encaminamientos en las aceras

Definición de encaminamiento: pavimento táctil que sirve para indicar un camino. Guía en el itinerario peatonal accesible. A las personas con discapacidad visual nos va muy bien encontrar este tipo de encaminamientos, ya sea para encontrar un cruce, una marquesina u orientarnos. 
En casi todas las aceras veíamos una especie de relieve por toda la acera que te llevaba hasta el cruce. Aquí en Barcelona, mi ciudad, también los hay, aunque no en todos los cruces y mucho más sutiles. La diferencia principal, era el relieve tan exagerado, como si fueran botones gigantes en el suelo, además de estar pintados de color amarillo y que no estaban solamente en el cruce, si no que te acompañaba por el medio de toda la acera.
Al principio, al ir cargados de bultos y arrastrando las maletas, esos raíles, nos parecían incómodos, porque en algunas ocasiones las ruedas de las maletas se quedaba encajados con algún relieve y costaba mucho desplazarse. Más tarde me dí cuenta de su función, y me sorprendió agradablemente, ya que es todo un detalle que en otros países tengan en cuenta que las personas con discapacidad visual existimos y nos pongan facilidades a la hora de movernos.
El último día, estando en Fukuoka,y, a pesar de estar muy bien acompañados por nuestro anfitrión: Yusuke, no quise desperdiciar la oportunidad de probar cómo era andar por esas aceras accesibles. Así que les pedí a Yusuke y a Carlos que me dejasen en un punto, saqué el bastón y me dejé llevar por las indicaciones táctiles que había en el suelo. Era toda una gozada. Aunque mi bastón, que no era muy rígido y no estaba en muy buenas condiciones, sirvió para que desde un punto de la acera, supiera girar y me quedase centrada para cruzar, llegando hasta el bordillo del paso de cebra. Se notaban mucho los puntos del suelo, ya digo que eran exagerados. 

 Cruces sonoros
 Otro punto que me sorprendió gratamente fueron los semáforos sonoros de Japón. No es que fueran sonoros y punto, era mucho más que eso: sonaba música, sí, sí, tal y como oís diferentes melodías sonaban al ritmo del color verde para los peatones. Y eso no me lo encontré en una ciudad grande como Tokio, sino que en Fukuoka, Hiroshima y el resto de ciudades que visitamos, también estaban esos semáforos mágicos.
Y, mientras yo aquí luchando para que pusieran un semáforo en la Avenida Diagonal de Barcelona, un cruce muy peligroso, aunque, afortunadamente, ya sabéis que conseguí que el Ayuntamiento se pusiera las pilas y los hicieran accesibles. 
Allí en cambio, sin necesidad de llevar ningún mando, van sonando todos los semáforos. Algunos más sencillos con un simple pitido, pero otros, como he comentado, con una especie de musiquilla que te dibuja una sonrisa, mientras cruzas alegremente por la ciudad del anime.

Señales acústicas

La importancia de que estén presentes en una gran ciudad, sobre todo para las personas con discapacidad visual. No solamente me encontré con que los semáforos eran accesibles y aptos para todos, sino que después de viajar y viajar en tren, me di cuenta que en las estaciones, aparte de anunciarte el tren que iba a llegar también al acercarse a la vía hacía una especie de música. Los trenes son muy puntuales, así que si sabes el horario de tu tren y sobre todo dónde debes estar, es maravilloso, porque te quedas en el andén, compruebas en tu reloj qué minuto es, y al escuchar la música ya sabes que está llegando. Y si ya sabes japonés, pues mucho mejor, porque seguro que te dice por qué vía viene: nosotros solamente entendíamos algunas ciudades por las que iba a parar y poco más.
 Además los encaminamientos, que os he comentado antes, no solamente están por la calle, si no que dentro de estaciones de metro también están. A parte de que van diciendo las paradas por megafonía. 
Lo que era un poco caótico era moverte por submundo del metro, había estaciones que tenían más de 6 pisos, con diferentes líneas de metro y de tren, más todas las tiendas de todo tipo y toda la cantidad de gente que había. Sin embargo, eso no es caótico para alguien con alguna discapacidad, para alguien sin ninguna también. De hecho en una estación nos perdimos totalmente, Shinjuku fue todo un caos. Había multitud de personas, no entendía cómo no nos chocábamos, pero todo el mundo sabía hacia donde iba con paso ligero. Yo iba agarrada de Carlos, como si fuera otra mochila más, pero no me separaba por nada del mundo. Carlos a pesar de ver los carteles no sabía hacia donde debíamos dirigirnos, demasiadas direcciones, demasiadas personas y demasiado de todo. Así que fuimos a la aventura, total, si no era para una dirección era para la otra. Cabe decir que encontramos nuestro metro, y que puede que tardásemos más de lo habitual y que en algún momento no supiéramos hacia dónde ir, pero también hay que decir que es una de las estaciones más concurridas del mundo.  


Braille

En muchos de los museos a los que fuimos, y, por destacar uno: El museo de la paz en Hiroshima, fue muy accesible. No solamente, porque alquilé una audio guía (aunque solamente estaba en inglés), si no porque había maquetas que podías tocar y también en muchos de los paneles en los que había texto escrito también estaba en Braille. Os he comentado en alguna ocasión que mi sentido del tacto no está muy desarrollado, por tanto soy incapaz de leerlo. Sé que es algo peculiar que pueda escribirlo sin complicaciones y que, por el contrario, me cueste tanto descifrarlo con los dedos, pero es así. Sin embargo, alguna letra debería haber tenido que despejar, pero no fui capaz. No sé si por mi falta de práctica con el sistema Braille o porque allí utilizan otro tipo de Braille, hay que pensar que allí la escritura también es diferente y no utilizan caracteres, sino que hay diferentes tipo de escritura. El Braille en Japón se llama Tanji: literalmente: caracteres de puntos. Y, a pesar de que yo no lo entienda, porque suelo leer más con el oído que con el tacto, creo que el hecho de que esté en muchas partes ayuda a muchas personas que sí que saben manejarse con este sistema.
Aprovecho, para remarcar la importancia del Braille en el etiquetado de algunos productos. Hoy día por ley tiene que estar en todos los medicamentos, aunque para mí ese es el más complicado de leer, pero debería estar en productos comestibles. Pensar que una lata y un tetra-brick tienen la misma forma, y si no hay alguna forma de distinguirlo es complicado y es fácil confundirse. En alguna ocasión ha sido muy desagradable querer abrir una lata de Coca-cola y equivocarme y encontrarme con el sabor amargo de una cerveza, que me gusta, pero cuando esperas encontrarte otro sabor ya no te gusta tanto.  En cuanto si los productos de alimentación allí vienen etiquetados en Braille o no, no puedo decir nada, porque casi siempre comíamos en restaurantes o puestos callejeros. Así que no compramos mucha comida, más que nada porque no estábamos en apartamentos, y casi que es más económico comer fuera que prepararte allí la comida- dicho por nuestra amiga que vive en Japón-.

Conclusión
 En líneas generales Japón es un país muy preparado, para facilitar la vida a las personas con algún tipo de discapacidad sensorial. Me he centrado sobre todo en la discapacidad visual, ya que es la que vivo en mis propias carnes y la que mejor conozco, y te fijas en más cosas que el resto de personas. Sin embargo, ahora pensando en otro tipo de discapacidades, por ejemplo de movilidad, no sé yo cómo está el tema para quiénes van en sillas de rueda. De hecho no vimos a nadie en sillas de ruedas, además de que algunas estaciones de metro, restaurantes y sobre todo templos estaban repletos de escaleras, sin ningún ascensor a la vista. Así que me temo que lo deben tener más complicado.
Sin embargo, en cuanto a la discapacidad visual me encontré con un país muy accesible y que piensan en nosotros, aparte de por todo lo que he comentado. Ellos son muy amables con todo el mundo, y aunque el idioma pueda ser un handicap, hacen todo lo posible por agradar y ayudar en todo lo posible.  

Os dejo con un nuevo vídeo temático sobre el post:


Y, ¿vosotros os habíais fijado en estos pequeños grandes detalles que nos facilitan la vida a las personas con discapacidad?

2 comentarios:

  1. Son detalles que marcan la diferencia Pili!!! su cultura y su gente son la Leche!!! oye... las veces que he viajado a Tokio (no creas que ha sido un mundillo, solamente un par) no he ido a museos... pero lo de los semáforos si que soy testigo.

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  2. Me gusta mucho como lo explicas pili

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