martes, 7 de febrero de 2017

Patria de Fernando Aramburu

LA PRIMERA LECTURA DEL AÑO 2017: PATRIA DE FERNANDO ARAMBURU


Patria de Fernando Aramburu

El primer libro del 2017 que ha caído en mis manos ha sido Patria de Fernando Aramburu. Había escuchado hablar algo sobre el libro, y sabía que iba sobre el conflicto vasco, pero no había tenido la oportunidad de leerlo.  A pesar de que el libro tuviera muy buenas referencias, no sé si por el tema o por qué no me atraía demasiado, pero todo fue sumergirme en las primeras páginas y ver que no era un libro que hablase del conflicto, ni de política como tal, sino que era mucho más.

No es un ensayo, no es un ideario, es una novela con sus personajes, sus amores, su día a día y su vida en sí. Esta novela habla sobre la condición humana: como dos buenas amigas, dos familias se rompen por ideales, como hacen el vacío a una familia por pensar de manera diferente, como es la vida en un pueblo vasco, donde los ideales lo son todo y el miedo hace que el silencio esté patente en muchas ocasiones.   

Una historia que habla de los 30 años de ETA, hablando del presente y del pasado, queriendo recobrar una normalidad que, aunque a veces escuece por el dolor de las heridas, la vida continúa. Un asesinato, un asesino,  una viuda, una madre con un hijo preso, y así hasta formar los nueve personajes principales de la novela. Todos cuentan su punto de vista sobre un hecho.   

Cada capítulo da la oportunidad a cada uno de sus personajes a mostrar sus sentimientos. Algunos huyen de un lugar que les agobia, porque parece que si no perteneces a esos ideales estás mal visto, quieren ver mundo y huir de ese micro espacio, eso es lo que les ocurre tanto a Gorka como a Nerea, dos  hijos de diferentes familias, que a su manera cada uno buscan su libertad particular. 
Xabier el hijo del asesinado, parece que lo pueda tener todo, porque ha conseguido ser doctor, pero no logra ser feliz, más bien, parece que huye de ella, porque parece que si encontrase esa felicidad se sentiría culpable por serlo.
Las dos protagonistas, madres y amigas en juventud, se separan por defender sus ideales: mantener a su familia unida. Ellas no entienden de política, pero buscan lo mejor para los suyos. Es por ello que la madre del terrorista, no es que tenga una ideas radicales desde el principio, pero si las tiene que tener para estar más cerca de su hijo será de las que grite más fuerte.  En cambio la amiga que se queda viuda por esos radicalismos, se crea un mundo para ella, con conversaciones con su marido, haciendo de esas charlas algo cotidiano, informándole de cómo va la vida.
Y, sin duda, uno de los protagonistas que más conmueve es Arantxa, la hermana del preso que, a pesar de que la suerte no le ha acompañado demasiado, a pesar de vivir con una familia con la que no se siente muy afín, pero que no le queda otro remedio, ya que ella es cautiva de un ictus, ella es la más racional de toda su familia. Sin huir, aunque sea porque no puede, intenta unificar a su manera, sin palabras, pero sí con gestos “normalizar” una situación que nunca hubiera tenido que cambiar.

Un libro de más de 600 páginas que te puedes terminar en un fin de semana, ya que quieres ver cómo van a ir sucediendo los acontecimientos, quieres saber más sobre los personajes, sobre sus historias,  qué hizo que fueran por un camino u otro, qué decisiones tomar. Además de conocer a esas personajes, a víctimas y verdugos, puedes acercarte a una realidad que se ha vivido durante mucho tiempo en el  País Vasco, donde el miedo, las represalias y el estar de un bando u otro parecían ser el pan de cada día. Y, hoy día, a pesar del tiempo transcurrido, hay heridas que aún están cicatrizando.



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