LOS DOMINGOS
No me gustan los domingos. En realidad nunca me han gustado.
El domingo es el último día de la semana, o según como se mire el primero, pero
para mí es el último se acaba una jornada, en la que has podido disfrutar más o
menos, pero en la que, al menos en mi caso, no has trabajado, pero al día
siguiente… viene el lunes. Hay mucha gente que está con humor de perros el
lunes, pero no es mi caso, me gustan los lunes, porque es el inicio de una
nueva semana y gusta afrontarlo con una sonrisa.
Sin embargo, los domingos, para ser más concreta los
domingos por la tarde noche, mi ánimo empieza a decaer, no sé si porque sé que
al día siguiente es lunes y volvemos a rutina de madrugones y andanzas laborales,
o más bien porque se acaba lo bueno y te das cuenta que no lo has aprovechado
como querías, o que lo has disfrutado tanto que todo tiene un fin y ese fin
está por venir en ese domingo a la tarde, en el que tienes que empezar a
preparar las cosas para el día siguiente, no te puedes ir a dormir muy tarde,
pero no puedes dormirte, porque estás muy descansada, o bien por el contrario
estás tan cansada que tienes miedo de que al día siguiente ni oigas el
despertador.
Nunca me han gustado los domingos, porque no he sido de
seguir al pie de la letra el refrán de: “No dejes para mañana lo que puedas
hacer hoy”, y ya me veis el último día del fin de semana haciendo los deberes
para el lunes, sí, como siempre a última hora y odiando que hubiera llegado el
domingo, para acabar todo a tiempo, casi siempre por la noche y mirando en el
horario qué me tocaba a primera hora. Los
domingos tenías que irte a dormir temprano después de que el fin de semana se
hubiera hecho corto y que tuviera que estar estudiando o haciendo los deberes
que tenía para el lunes.
Los domingos hasta me parecen tristes, por la tarde-noche,
casi todo el mundo ya está refugiado en sus casas, pensando que al día
siguiente la rutina les acompañará. Podrá haber sido un día muy soleado, lo
habrás podido disfrutar estando fuera de casa, pero cuando llega la tarde,
sabes que tienes que tener todo listo para el día siguiente. Es como el final
de algo bueno, de un paréntesis que se cierra y deja paso al lunes.
¿A vosotros os gustan los domingos? ¿os gustan menos los
lunes? ¿cuál es vuestro día favorito de la semana?
Quizás no tenéis preferencia, porque no os basáis en que un
día se denomine lunes, jueves o domingo, simplemente lo vivís y en función de
cómo haya ido será buena o malo, sin que tenga que ver cómo se llame ese día, y
la personas que penséis así está muy bien visto, porque no tiene nada que ver.
Sin embargo, aunque hoy se llamase de otra manera, que no es el caso, seguiría
sin gustarme, porque no me gustan los domingos: último día de la semana. No me
gusta terminar, me gusta empezar, y no es que el lunes sea mi día predilecto,
pero no me desagrada. Sin duda, un viernes dibuja sonrisas, así que sin decir
nada más, ya os he dicho mi día favorito, para ser más concreta la tarde noche
del viernes. Las dos vertientes están aquí reflejadas el domingo al atardecer y
el viernes por la noche, son dos contrastes para mí.
Por supuesto, habrá viernes que hayan sido una pena, que
esté destrozada y que no haya sido un día fabuloso. Por el contrario, seguro
que he vivido domingos que ni me he dado cuenta que era domingo, que lo he
disfrutado, sin darme cuenta que la noche ya había llegado, sin que la tristeza
se apoderase de mí, más que nada, porque hay veces que no hay tiempo para
pensarlo.
En líneas generales, no me gustan los domingos. ¿Y a
vosotros?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, no olvides indicar tu nombre.