JET LAG
Ya hemos regresado de nuestras vacaciones, aunque como decía
Gabriel García Máquez: “si se viaja en avión, el cuerpo llega puntual pero el
alma se retrasa unos días”.
Estamos físicamente en casa, pero nuestra cabeza no sé dónde
está. Estamos cansados, fatigados, con sueño durante el día e insomnio durante
la noche. No entiendo el porqué , ya que hemos viajado de este a oeste, pero
aún no hemos aterrizado. Se puede decir que aún estamos en el limbo. Por
suerte, aún tenemos unos días para recuperarnos antes de empezar a
trabajar.
Reconozco que cuando fuimos de Barcelona a Tokio la cosa fue
bastante peor, y es nuestro reloj biológico cambiaba totalmente, perdiendo
horas de sueño y viajando al futuro. Hay siete horas de diferencia, y cuando
llegamos era de día, así que teníamos que estar frescos como una rosa, pero
después de vuelos largos y escalas, como que muy radiantes no estábamos.
Además, se supone que teníamos que haber dormido en el avión, y así lo hicimos,
pero son cabezadas, que tampoco te permiten descansar en profundidad, y si a
eso le sumas que al lado teníamos un bebé, que, para ser un viaje de nueve
horas se portó bastante bien, en algún que otro momento algún arranque por
demostrar la capacidad de sus pulmones le dío y nos saccó de nuestro sopor, haciendo
que estuviéramos en alerta.
Ahora la cosa cambia, hemos regresado al pasado, pero
igualmente al pasar por tantos cambios horarios, y al haber estado tantas horas
en un avión, sin poder moverte, te sientes cansado, quizás fatigado de no hacer
nada, pero ahí está la sensación. Llegamos por la noche, pensábamos que sería
perfecto, llegar a casa para dormir en nuestra cama, pero… dormimos, y
pensábamos dormir hasta las tantas, sin embargo no sé si nuestro reloj
interior, si el horario de Asia, si… ves a saber, pero a las siete de la mañana
ya estábamos en pie. Kenzie ni siquiera nos había despertado, como si supiera
que necesitábamos dormir, nos hemos despertado antes que ella, que al ver que
estaba la persiana bajada aprovechaba para seguir roncando.
Creo que el hecho de que hayamos regresado a casa, ayudará a
que este sueño que arrastramos durante todo el día, se quede aparcado pronto.
Llevamos todo el día con sueño, no sé si es acumulación,
cansancio, cambio horario, o simplemente que sabemos que las vacaciones se
terminan y eso no nos hace mucha gracia. Sea como sea esperamos recuperarnos
pronto, cargarnos de energía y volver a la normalidad. Aunque si a ese
atontamiento le sumas que justamente este fin de semana cambian la hora, eso no
ayuda. Ayer entre los nervios por volar, las colas, retrasos en vuelo por
ciclones, esperas, y horas y horas dentro de un vuelo, con escala en el que
tuvimos que correr por los pasillos de Moscú, llegamos aquí y nos dicen entre
risas que no estábamos en España, que estábamos en la República de Cataluña.
Yo, porque me lo decía mi padre, si no ya hubiera pensado que entre todo el lío
que había en el aeropuerto de Rusia, cambiado la puerta de embarque y con unas
colas muy desordenadas y muy poca información, habría pensado que nos
habíamos equivocado de avión. Afortunadamente no fue así, porque al llegar no
tuvimos que hacer las típicas colas que hemos tenido que hacer al llegar a un
país extranjero. Eso al menos fue bueno, llegar, ir directamente a por las
maletas y poder salir sin esperas largas y tediosas. En cuanto a dónde estamos,
pues a pesar de que algo nos han comentado, no me queda muy claro dónde estoy,
lo que sí que sé es que estoy en mi casa, que ya es mucho. Lo demás,
sinceramente, llegar de unas vacaciones, de una desconexión, y que te digan que
has vuelto a otro país, parece una broma. Francamente, no tengo la cabeza para
pensar mucho, así que durante estos días en que nos vayamos centrando y
poniendo al día, veremos qué ha pasado por aquí.
Una nota, el viaje ha ido genial, en próximas entradas os
iremos contando. Ahora necesitamos descansar, poner lavadoras y organizarnos.
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