lunes, 30 de noviembre de 2015

JORNADAS AVANÇANT JUNTS

    AVANÇANT JUNTS


    Sin querer ya estamos en el último día del mes. Espero que haya sido un mes muy dulce, ya que la primera entrada de noviembre fue Endulzando Noviembre. Antes de que se acabe este día, y con él el mes, quiero contaros cómo fue otro evento: Avançant Junts.
Como sabéis el mes de octubre estuvo cargadito de  eventos, que si jornadas científicas para conocer más sobre mi patología: LHON, que si de aquí, de allá, y entre todos esos actos, el fin de semana del 23 al 25 de octubre la Asociación de Usuarios de perros guía de Cataluña organizó: Avançant Junts.  Las primeras jornadas que organizaba la asociación para y por los perros guía y los usuarios. Con la idea de pasar un fin de semana diferente, donde la convivencia, el aprendizaje, la diversión y  más estuvieran más que  prsentes.

Os conté que yo solamente iba a asistir el sábado 24, el día de  las charlas  de profesionales, y así fue.  Quedé con Javi, otro  miembro de la junta, y fuimos en el coche: Carlos, Javi, Miner- perro guía de Javi- Kenzie y yo. Todos en el coche nos dirigimos  a Santa Susanna, una localidad costera cercana a Barcelona . Llegamos con tiempo, así que pudimos desayunar tranquilamente. Pensábamos hacerlo en el hotel donde se iban a realizar las conferencias, pero resultó que no tenían nada para comer, así que…fuimos  probando sillas de bar en bar, hasta que en el paseo marítimo dimos con uno, que sí, y además tenían unas cruasanes recién hechos, así que tuvimos mucha suerte y valió la pena ser probadores de sillas.  Bueno, al tema, que me lío. Llegamos a la sala donde se iban a hacer  las conferencias, ya era la hora, pero no había nadie, y yo que no estoy acostumbrada a llegar antes de tiempo, me puse nerviosa, pensando que habrían cambiado la sala, o ves a saber. Todos estaban alojados a menos de diez minutos caminando de donde estábamos, así que no entendía nada. Javi y Carlos se reían de mí, porque ya se imaginaban que no estarían,  mover a un grupo de gente considerable es complicado, porque cuando no es uno, es otro  que se deja algo, o el ritmo no es tan ágil. Bueno, aproveché, ya que me habían abierto la sala para colgar el póster con el lema de las jornadas, el mismo dibujo que os enseñé  en la entrada anterior. Pusimos el micrófono en marcha, y entre unas cosas y otras ya empezó a llegar la gente y a tomar sus asientos.
El primero en hablar sería Eloy Aranda, instructor de la FOPG, pero primero Vicky, la presidenta, tenía que decir unas palabras para inaugurar las jornadas oficialmente con un micro de por medio. Y así lo hizo, fue un discurso muy bonito, y además decía que hacía catorce años que aprendió qué es ver sin ver, ya que  era el aniversario de cuando  le dieron a su primera perra guía. Además, indicó que la charla podía ser muy entretenida  para todos los usuarios, pero no tanto para los perros, así que, quien quisiera tenía la opción de levantar la mano y  los voluntarios se llevarían al perro, en pequeños grupos, para que jugasen  en la parte que nos había reservado el hotel para ellos. Además, los voluntarios sabían cómo llevar al perro, siempre a la izquierda y con la correa.  Así, ya pudimos dar inicio a la  primera charla, Eloy nos habló del comportamiento del perro guía y cómo podemos mejorar nuestra relación con el perro, el vínculo y cómo mejorar  algunas  cosas para que trabaje mejor. A veces nos pensamos que dándole premios  lo hacemos bien, pero no es así, no hay que premiarle por premiar, hay que hacerlo con alguna razón, porque si no, no le dará valor a ese premio y se pensará que siempre le cae algo y se saldrá con la suya.  Después de  su intervención, hubo turno de preguntas y, como siempre sucede, nos centramos siempre  en casos particulares, del estilo: pues mi perro se va más para la izquierda y no va recto, pues el mío  no se para en  los bordillos, pues el mío…y así consecutivamente. Sin embargo, Eloy escuchó atento  y respondió a lo que pudo, en otros casos los derivó a su instructor, para que pudiera valorar el caso y hacerles un seguimiento en condiciones, para saber cómo se podía solucionar el problema.
Después de la charla, todos, incluido el instructor, noos fuimos a la zona reservada para los perros. Un terreno muy grande y de tierra, en el que podían correr libremente. En ese caso no fuimos para soltarles. Fuimos con  el arnés puesto, nos tenían que guiar hasta el lugar, pero una vez llegamos, Eloy nos tenía una sorpresa  reservada. Nos preguntó si teníamos chuches para los perros, cuando todos tuvimos  alguna bolita que darles, nos explicó cómo tenemos que  premiarles correctamente, para que no haya  problemas. Imaginaros que queremos felicitar al perro, y premiarle por haberse parado en un bordillo, si se lo damos con la mano derecha, ya que con la izquierda estamos sujetando el arnés, el perro irá directo y ansioso  hacia donde está la mano derecha, ocasionando que se nos cruce, y que si nos tenemos que poner en marcha otra vez podamos tener algún percance. Así que, nos indicó cómo hacerlo correctamente, haciendo que se sentasen, estuvieran quietos, y y pasando la chuche de nuestra mano derecha a la izquierda y pasarlo  por detrás de su cabeza, así el perro no se tiene que mover, pero  ahí no acaba la cosa, no es acercárselo a la boca y que se lo coma, no. La cuestión es que no esté ansioso por la comida, que hasta que no quite el hocico de nuestra mano, no le demos la orden para que se lo coma, nosotros tenemos el poder, y no, porque vea una galletita tiene que ir corriendo a comérsela, si le premiamos nosotros elegimos cuando dársela. Fue todo un show, tanto perro y tanto usuario, diciendo  que se sentase, que  quieto, que ahora sí, y en pequeños grupos Eloy fue observando si lo hacíamos bien o no, pero estos perros son muy listos y saben cuando hay un instructor delante, sí, sí, así que, yo creo que todos lo hicieron genial, al menos en mi grupo  sí. 
Llegó  la hora de comer, pero como Javi, Carlos y yo no estábamos alojados en el hotel, preferimos investigar por el pueblo y ver qué encontrábamos por ahí. La verdad, es que para ser  octubre había bastantes turistas todavía. Encontramos un sitio que tenía terracita y se estaba bien y ahí que estuvimos comiendo y poniéndonos al día.
El café lo hicimos en la terracita del hotel donde se  iban a realizar las charlas de la tarde. Además, ya estaban ahí los ponentes: dos veterinarios de la Clínica Animalia que iban a hablar sobre dermatología y sobre cómo mejorar la calidad de vida de nuestros guías.  Estuvimos de charla un rato, ya que aún quedaba para la hora de inicio. No sé por qué, pero estaban algo nerviosos.

A las cuatro y media de la tarde fuimos a la sala, aún no había nadie, poco a poco, a cuenta gotas, fue llegando  la gente. De todas maneras, faltaba aún gente, cogí las riendas y con el micro en mano  dije que esperaríamos  unos minutos para que llegasen los que faltaban. Estaba yo también muy nerviosa, el hecho de  no ver y no controlar la situación hace que  no sepas  si empezar o no, pero al final, sin que hubieran esperado, yo creo, que ni dos minutos, volví a coger el micrófono y  dije que por  respeto a los que sí habían sido puntuales y sobre todo  a los profesionales que de forma voluntaria estaban ahí, empezábamos, y me liberé. No es plan de estar esperando sin saber si va a venir la gente o no, y quizás  a todos no les interesaba, o después de comer se quedaron dormidos con la siesta, o ves a saber. A mí personalmente me resultaba muy interesante la charla, y a mucha gente también,  no siempre se tiene al alcance de una a dos profesionales  de los que puedes aprender mucho para nuestros peludos. 

Anna, la veterinaria especializada en dermatología, después de mi breve  presentación, empezó a hablar. Y si  media hora antes  estaba nerviosa,  ahora ya no lo estaba, porque cogió el micro, se puso de pie, y de forma muy dinámica empezó a preguntar cuántos de nosotros habíamos notado que se rascaban nuestro sperros, cómo lo hacían, cada cuánto, etc… y a raíz de nuestras respuestas nos iba preguntando y desarrollando su tema.  El tema de la piel de los perros está muy relacionado con el  de las alergias, ya que casi todos los temas derivados de la piel vienen desencadenados por  alergias, aunque en perros, a pesar de que hay pruebas es complicado saber a qué exactamente es alérgico. 

Después vino la charla de Eduard, neurólogo veterinario, que nos explicó cómo pueden afectarle  los condicionantes externos a nuestro perro, es decir, si nosotros fumamos, ellos serán fumadores pasivos, si le damos una comida más barata, será de baja calidad, si  no hacemos ejercicio, ellos tampoco lo harán. Lo mamlo de los perros es que no pueden comunicarse como nosotros, y a veces les duele algo y no lo sabemos, simplemente, a veces, ni se quejan, pero  quizás les cuesta  caminar  y pensamos que va lento porque es vago o algo así, y  puede haber algún problema neurológico, de artrosis o de otro tipo. Siempre que notemos algo raro lo tenemos que llevar al veterinario.

Después hubo el famoso turno de preguntas, hice que pimero  preguntasen a Anna  y después a Eduard, aunque ambos  podrían responder si eran temas generales.  Hubo de todo tipo de preguntas, y nos  hubiéramos quedado hasta la noche haciendo mil preguntas más, pero ellos se tenían que marchar. Así que me supo mal ser una aguafiestas, pero después de una respuesta de Eduard, cogí el micro y dí por concluida la charla con el merecidísimo aplauso que se habían ganado: no solamente por el tiempo que nos regalaron, por sus conocimientos y por su paciencia, sino porque de verdad fue genial. Lo hicieron de forma muy amena y participativa que ayudó a que todos estuviéramos atentos y  quisiéramos preguntar y ser parte de la charla.   

Cuando salimos a la calle ya era casi de noche, se notaba que ese día cambiaban la hora y empezaba a oscurecer antes. Fuimos a soltar a los perros  a su área reservada, pero no había mucha gente, eso nos pasa por ser de los últimos  y quedarnos hablando. De todas maneras, Kenzie pudo correr un poco libremente con Miner y otros perros  que aún estaban con sus  usuarios rezagados como nosotros. 

Más tarde con los perros un poco más cansaditos, aunque no corrieron mucho, quizás porque estaba algo  oscuro o porque entre unas cosas y otras no estuvimos mucho rato, ya empezamos a despedirnos con unos, otros,  y, en general, con quien nos encontramos, ya que casi todos se quedaban a pasar la noche. Aún quedaba un día de jornadas por  delante, quedaba una ruta  guiada por el pueblo de Santa Susanna y el fin de la jornadas con una comida de todos, incluyendo a los voluntarios, que hicieron un papel  impresionante durante todas las jornadas, y ya les tocaba sentarse a comer  en la mesa con todos, sin tener que ayudar  a nadie y sin servir comida, simplemente comiendo su plato con los demás comensales y disfrutando de un merecido descanso en  compañía de todos. 

Nosotros solamente vivimos el sábado, pero fue muy intenso y valió la pena haber ido, aunque solamente fuera un día, creo que  fue genial poder  estar en las charlas,  hacer actividades con el instructor, soltar a los perros y  verte con gente que hacía tiempo que no veías e intercambiar un par de palabras, tiempo para más  no daba, porque entre tanta actividad no podías ponerte al día. Eso sí que lo debieron hacer quiénes estuvieron en las jornadas el fin de semana entero, que les debió dar tiempo a todo, de ponerse al día y seguro que hasta de tomar unas copas por la noche.


Fue una experiencia muy bonita, porque  el hecho de que estén pensadas para aprender más sobre nuestros perros, que se sepa más de ellos y sobre todo que tengan su espacio para jugar son cosas que tenemos que hacer. Para que sirva de recuerdo, y esperando que otro año se realicen otras jornadas de este tipo, la Asociación de Usuarios de Perros Guía de Cataluña ha hecho un vídeo resumen de las jornadas, para que todos sepáis cómo fue y con el lema de: “Avançant Junts” “Avanzando Juntos” porque tenemos que seguir haciéndolo en todos los sentidos: para abrir camino, pero sobre todo porque sin nuestros  guías peludos sería muy complicado hacerlo.  


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