AVANÇANT JUNTS
Sin querer ya estamos en el último día del mes. Espero que
haya sido un mes muy dulce, ya que la primera entrada de noviembre fue
Endulzando Noviembre. Antes de que se acabe este día, y con él el mes, quiero
contaros cómo fue otro evento: Avançant Junts.
Como sabéis el mes de octubre estuvo cargadito de eventos, que si jornadas científicas para conocer
más sobre mi patología: LHON, que si de aquí, de allá, y entre todos esos
actos, el fin
de semana del 23 al 25 de octubre la Asociación de Usuarios de perros guía
de Cataluña organizó: Avançant Junts.
Las primeras jornadas que organizaba la asociación para y por los perros
guía y los usuarios. Con la idea de pasar un fin de semana diferente, donde la
convivencia, el aprendizaje, la diversión y más estuvieran más que prsentes.
Os conté que yo solamente iba a asistir el sábado 24, el día
de las charlas de profesionales, y así fue. Quedé con Javi, otro miembro de la junta, y fuimos en el coche:
Carlos, Javi, Miner- perro guía de Javi- Kenzie y yo. Todos en el coche nos
dirigimos a Santa Susanna, una localidad costera cercana a Barcelona . Llegamos con tiempo, así que pudimos desayunar
tranquilamente. Pensábamos hacerlo en el hotel donde se iban a realizar las conferencias,
pero resultó que no tenían nada para comer, así que…fuimos probando sillas de bar en bar, hasta que en
el paseo marítimo dimos con uno, que sí, y además tenían unas cruasanes recién
hechos, así que tuvimos mucha suerte y valió la pena ser probadores de
sillas. Bueno, al tema, que me lío.
Llegamos a la sala donde se iban a hacer
las conferencias, ya era la hora, pero no había nadie, y yo que no estoy
acostumbrada a llegar antes de tiempo, me puse nerviosa, pensando que habrían
cambiado la sala, o ves a saber. Todos estaban alojados a menos de diez minutos caminando de donde estábamos, así que no entendía nada.
Javi y Carlos se reían de mí, porque ya se imaginaban que no estarían, mover a un grupo de gente considerable es
complicado, porque cuando no es uno, es otro
que se deja algo, o el ritmo no es tan ágil. Bueno, aproveché, ya que me
habían abierto la sala para colgar el póster con el lema de las jornadas, el
mismo dibujo que os enseñé en la entrada
anterior. Pusimos el micrófono en marcha, y entre unas cosas y otras ya empezó
a llegar la gente y a tomar sus asientos.
El primero en hablar sería Eloy Aranda, instructor de la
FOPG, pero primero Vicky, la presidenta, tenía que decir unas palabras para
inaugurar las jornadas oficialmente con un micro de por medio. Y así lo hizo,
fue un discurso muy bonito, y además decía que hacía catorce años que aprendió
qué es ver sin ver, ya que era el
aniversario de cuando le dieron a su
primera perra guía. Además, indicó que la charla podía ser muy entretenida para todos los usuarios, pero no tanto para
los perros, así que, quien quisiera tenía la opción de levantar la mano y los voluntarios se llevarían al perro, en
pequeños grupos, para que jugasen en la
parte que nos había reservado el hotel para ellos. Además, los voluntarios sabían
cómo llevar al perro, siempre a la izquierda y con la correa. Así, ya pudimos dar inicio a la primera charla, Eloy nos habló del comportamiento
del perro guía y cómo podemos mejorar nuestra relación con el perro, el vínculo
y cómo mejorar algunas cosas para que trabaje mejor. A veces nos
pensamos que dándole premios lo hacemos
bien, pero no es así, no hay que premiarle por premiar, hay que hacerlo con
alguna razón, porque si no, no le dará valor a ese premio y se pensará que
siempre le cae algo y se saldrá con la suya.
Después de su intervención, hubo
turno de preguntas y, como siempre sucede, nos centramos siempre en casos particulares, del estilo: pues mi
perro se va más para la izquierda y no va recto, pues el mío no se para en
los bordillos, pues el mío…y así consecutivamente. Sin embargo, Eloy
escuchó atento y respondió a lo que
pudo, en otros casos los derivó a su instructor, para que pudiera valorar el
caso y hacerles un seguimiento en condiciones, para saber cómo se podía
solucionar el problema.
Después de la charla, todos, incluido el instructor, noos
fuimos a la zona reservada para los perros. Un terreno muy grande y de tierra,
en el que podían correr libremente. En ese caso no fuimos para soltarles.
Fuimos con el arnés puesto, nos tenían
que guiar hasta el lugar, pero una vez llegamos, Eloy nos tenía una
sorpresa reservada. Nos preguntó si
teníamos chuches para los perros, cuando todos tuvimos alguna bolita que darles, nos explicó cómo
tenemos que premiarles correctamente,
para que no haya problemas. Imaginaros
que queremos felicitar al perro, y premiarle por haberse parado en un bordillo,
si se lo damos con la mano derecha, ya que con la izquierda estamos sujetando
el arnés, el perro irá directo y ansioso
hacia donde está la mano derecha, ocasionando que se nos cruce, y que si
nos tenemos que poner en marcha otra vez podamos tener algún percance. Así que,
nos indicó cómo hacerlo correctamente, haciendo que se sentasen, estuvieran
quietos, y y pasando la chuche de nuestra mano derecha a la izquierda y
pasarlo por detrás de su cabeza, así el
perro no se tiene que mover, pero ahí no
acaba la cosa, no es acercárselo a la boca y que se lo coma, no. La cuestión es
que no esté ansioso por la comida, que hasta que no quite el hocico de nuestra
mano, no le demos la orden para que se lo coma, nosotros tenemos el poder, y
no, porque vea una galletita tiene que ir corriendo a comérsela, si le
premiamos nosotros elegimos cuando dársela. Fue todo un show, tanto perro y
tanto usuario, diciendo que se sentase,
que quieto, que ahora sí, y en pequeños grupos Eloy fue observando si lo hacíamos
bien o no, pero estos perros son muy listos y saben cuando hay un instructor
delante, sí, sí, así que, yo creo que todos lo hicieron genial, al menos en mi
grupo sí.
Llegó la hora de
comer, pero como Javi, Carlos y yo no estábamos alojados en el hotel,
preferimos investigar por el pueblo y ver qué encontrábamos por ahí. La verdad,
es que para ser octubre había bastantes
turistas todavía. Encontramos un sitio que tenía terracita y se estaba bien y
ahí que estuvimos comiendo y poniéndonos al día.
El café lo hicimos en la terracita del hotel donde se iban a realizar las charlas de la tarde. Además,
ya estaban ahí los ponentes: dos veterinarios de la Clínica Animalia que iban a
hablar sobre dermatología y sobre cómo mejorar la calidad de vida de nuestros
guías. Estuvimos de charla un rato, ya
que aún quedaba para la hora de inicio. No sé por qué, pero estaban algo
nerviosos.
A las cuatro y media de la tarde fuimos a la sala, aún no
había nadie, poco a poco, a cuenta gotas, fue llegando la gente. De todas maneras, faltaba aún
gente, cogí las riendas y con el micro en mano
dije que esperaríamos unos
minutos para que llegasen los que faltaban. Estaba yo también muy nerviosa, el
hecho de no ver y no controlar la
situación hace que no sepas si empezar o no, pero al final, sin que
hubieran esperado, yo creo, que ni dos minutos, volví a coger el micrófono
y dije que por respeto a los que sí habían sido puntuales y
sobre todo a los profesionales que de
forma voluntaria estaban ahí, empezábamos, y me liberé. No es plan de estar
esperando sin saber si va a venir la gente o no, y quizás a todos no les interesaba, o después de comer
se quedaron dormidos con la siesta, o ves a saber. A mí personalmente me
resultaba muy interesante la charla, y a mucha gente también, no siempre se tiene al alcance de una a dos
profesionales de los que puedes aprender
mucho para nuestros peludos.
Anna, la veterinaria especializada en dermatología, después
de mi breve presentación, empezó a
hablar. Y si media hora antes estaba nerviosa, ahora ya no lo estaba, porque cogió el micro,
se puso de pie, y de forma muy dinámica empezó a preguntar cuántos de nosotros
habíamos notado que se rascaban nuestro sperros, cómo lo hacían, cada cuánto,
etc… y a raíz de nuestras respuestas nos iba preguntando y desarrollando su
tema. El tema de la piel de los perros
está muy relacionado con el de las
alergias, ya que casi todos los temas derivados de la piel vienen
desencadenados por alergias, aunque en
perros, a pesar de que hay pruebas es complicado saber a qué exactamente es alérgico.
Después vino la charla de Eduard, neurólogo veterinario, que
nos explicó cómo pueden afectarle los
condicionantes externos a nuestro perro, es decir, si nosotros fumamos, ellos
serán fumadores pasivos, si le damos una comida más barata, será de baja
calidad, si no hacemos ejercicio, ellos
tampoco lo harán. Lo mamlo de los perros es que no pueden comunicarse como
nosotros, y a veces les duele algo y no lo sabemos, simplemente, a veces, ni se
quejan, pero quizás les cuesta caminar
y pensamos que va lento porque es vago o algo así, y puede haber algún problema neurológico, de
artrosis o de otro tipo. Siempre que notemos algo raro lo tenemos que llevar al
veterinario.
Después hubo el famoso turno de preguntas, hice que
pimero preguntasen a Anna y después a Eduard, aunque ambos podrían responder si eran temas
generales. Hubo de todo tipo de preguntas, y nos hubiéramos quedado hasta la noche haciendo mil preguntas más, pero
ellos se tenían que marchar. Así que me supo mal ser una aguafiestas, pero después
de una respuesta de Eduard, cogí el micro y dí por concluida la charla con el
merecidísimo aplauso que se habían ganado: no solamente por el tiempo que nos
regalaron, por sus conocimientos y por su paciencia, sino porque de verdad fue
genial. Lo hicieron de forma muy amena y participativa que ayudó a que todos estuviéramos
atentos y quisiéramos preguntar y ser
parte de la charla.
Cuando salimos a la calle ya era casi de noche, se notaba
que ese día cambiaban la hora y empezaba a oscurecer antes. Fuimos a soltar a
los perros a su área reservada, pero no
había mucha gente, eso nos pasa por ser de los últimos y quedarnos hablando. De todas maneras,
Kenzie pudo correr un poco libremente con Miner y otros perros que aún estaban con sus usuarios rezagados como nosotros.
Más tarde con los perros un poco más cansaditos, aunque no
corrieron mucho, quizás porque estaba algo oscuro o porque entre unas cosas y otras no
estuvimos mucho rato, ya empezamos a despedirnos con unos, otros, y, en general, con quien nos encontramos, ya que casi todos se quedaban a
pasar la noche. Aún quedaba un día de jornadas por delante, quedaba una ruta guiada por el pueblo de Santa Susanna y el fin
de la jornadas con una comida de todos, incluyendo a los voluntarios, que
hicieron un papel impresionante durante
todas las jornadas, y ya les tocaba sentarse a comer en la mesa con todos, sin tener que ayudar a nadie y sin servir comida, simplemente
comiendo su plato con los demás comensales y disfrutando de un merecido descanso en compañía de todos.
Nosotros solamente vivimos el sábado, pero fue muy intenso y
valió la pena haber ido, aunque solamente fuera un día, creo que fue genial poder estar en las charlas, hacer actividades con el instructor, soltar a
los perros y verte con gente que hacía
tiempo que no veías e intercambiar un par de palabras, tiempo para más no daba, porque entre tanta actividad no
podías ponerte al día. Eso sí que lo debieron hacer quiénes estuvieron en las
jornadas el fin de semana entero, que les debió dar tiempo a todo, de ponerse
al día y seguro que hasta de tomar unas copas por la noche.
Fue una experiencia muy bonita, porque el hecho de que estén pensadas para aprender
más sobre nuestros perros, que se sepa más de ellos y sobre todo que tengan su
espacio para jugar son cosas que tenemos que hacer. Para que sirva de recuerdo,
y esperando que otro año se realicen otras jornadas de este tipo, la Asociación
de Usuarios de Perros Guía de Cataluña ha hecho un vídeo resumen de las
jornadas, para que todos sepáis cómo fue y con el lema de: “Avançant Junts” “Avanzando
Juntos” porque tenemos que seguir haciéndolo en todos los sentidos: para abrir
camino, pero sobre todo porque sin nuestros
guías peludos sería muy complicado hacerlo.
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