Para ti, papa…
Nunca imaginé…estar
sin ti.
Nunca imaginé que algo así podría pasar…
Nunca imaginé que esta pandemia nos tocaría tan de cerca,
hasta llegar a destrozarnos la vida. Un virus que era mucho más de lo que nos
quisieron vender: políticos que solamente hacen política y solamente somos
cifras para ellos. Dijeron que a España no llegaría, que solamente era
peligroso si habías tenido contacto con China o Italia. Decían que la gripe
también mata a miles de personas al año y nadie arma tanto revuelo...la gran
diferencia es que para la gripe hay tratamiento y hasta vacuna. Si se te
ocurría llevar mascarilla te acusaban de alarmista o de egoísta por comprarlas
sin necesitarlas (porque había otras personas con defensas bajas que las
utilizan habitualmente). Y ahora resulta que los políticos siguen como siempre,
sin ponerse de acuerdo y utilizando a muertos para echarse mierda encima; sin
darse cuenta que tras esos muertos hay nombres y sobre todo familias. No
solamente las cifras bailan y parece que oculten información, no se dan cuenta
que detrás de esas cifras diarias que ofrecen cada día hay familiares
sufriendo, familiares con dolor e incluso muertos en vida. Después el bicho ya
no era tan inofensivo y empezó a propagarse por todas partes, ya no era cosa de
solo dos países...el contagio fue creciendo hasta llegar a todas partes del
mundo, siendo declarado por la OMS como pandemia. Teníamos que estar encerrados
en casa, mientras en la tv no paraban de emborracharnos con cifras, bulos y
todo lo que se les ocurriera sobre el coronavirus... y si salías a la calle,
ahora sí, tienes que ir con mascarilla, guantes y manteniendo las distancias de
seguridad...
Nunca imaginé que a ti te pasaría algo, a ti, que siempre
has estado para protegernos, para encontrar soluciones, para dejar todo bajo
control... y aquello que decías que era una simple gripe...se fue
complicando...y tú, te diste cuenta, porque nunca imaginé que me negarías un
abrazo, y no solo eso, no querías que nos acercásemos a ti. Tu mayor preocupación era que no nos acercásemos, para no contagiarnos,
como siempre preocupándote más por los demás que por ti…...porque tú siempre te
has preocupado por nosotras, por todos. Te importaba más que nosotras
estuviéramos bien que tu propia salud.
Nunca imaginé que esta maldita situación me desbordaría
tanto...nervios, ansiedad, impotencia, frustración, inquietud...el querer y no
poder, querer saber de ti y que nadie llamase, querer ayudar y no poder, querer
ir a verte y no poder, querer que mejorases y nos encontramos con doctores desanimados
a quienes teníamos que animar.... querer que volvieras y no volvías...querer que volvieras, querer que vuelvas....
Nunca imaginé…que haríamos un máster intensivo en medicina,
para entender todos los términos que a diario íbamos escuchando sobre tu
evolución. Ironías de la vida, ahora fui yo quien se puso a estudiar, investigar y contactar con
médicos que pudieran ayudarte, aunque fue en vano… te prometo que hice todo lo
posible, aunque siento no haber hecho más…
hace años tú lo diste todo por mí, para averiguar más sobre mi patología
y te convertiste en científico como padre preocupado, e intentado seguir tus
pasos, sin llegarte a la suela de los zapatos, como hija desesperada.
Nunca imaginé que podría aferrarme hasta el último hilito de
esperanza que hubiera. La esperanza nadie, ni nada nos la iba a quitar; porque
era lo único que teníamos, lo único que podíamos hacer era mantenerla. Si tú
estabas luchando, sacaríamos fuerzas de donde fuera para seguir con esperanza,
con ilusión y con confianza principalmente en ti, en la ciencia, en los
antibióticos y en los médicos. Y, nunca imaginé que, a pesar de todo seguiría
con ESPERANZA, con la esperanza de que todo sea una pesadilla, con la esperanza
de poder despertar, con la esperanza de volver a verte, oírte, abrazarte....
Nunca imaginé que tu ansiada jubilación sería así: dos meses
en UCI, con ventilación mecánica, sedado, con complicaciones...sin visitas...
Nunca imaginé que el día de tu 65 cumpleaños, ese 26 de marzo, sería la última
vez que hablaría contigo, que te vería subirte en una ambulancia....
NUNCA imaginé que la última palabra que me dirías sería:
"GRACIAS cuando soy yo la que tengo que darte infinitas gracias por
tanto."…
Gracias por estar siempre, por tu cariño, por haberme mimado
tanto…sintiéndome segura en cada paso, porque ante cualquier duda ahí estabas tú…
Gracias por tanto, papa… Gracias a ti por todo lo que me has
enseñado, hasta estando donde estabas nos enseñabas que hay que luchar, que en
la maratón hay que resistir y siempre hay que seguir hasta el final. Gracias
por haberme protegido siempre, y siento si yo no he hecho lo mismo. Gracias por
buscar siempre soluciones, por no ahogarte en un vaso de agua, por ayudarme,
por tus consejos, por ser mi padre. Gracias por enfrentarte siempre a lo que
viniera con calma, paciencia, sabiduría y lógica, sin perder los papeles y con
una sonrisa. Gracias por arreglarme tantas veces el ordenador, el móvil, todos
mis cacharros, por arreglarme la vida cuando creía que no tenía solución,
siempre encontrabas la pieza que encajase: y todo funcionaba.
Nunca imaginé que llegaría a odiar tanto los viernes, y más
concretamente ese 22 de mayo, en el que no pude hacer nada para
salvarte...solamente cogerte la mano, tocarte mis orejas favoritas y no
cansarme de decirte: "Te quiero"
Nunca imaginé que tú final sería así...sabemos que es ley de
vida, pero así no...no era tu momento...tanto contar los días para tu jubilación,
para no poder disfrutarla ni un día...desde los catorce trabajando para ni un
día de jubilación...tantos planes en la lista de tareas...
Nunca imaginé perderte...te lo dije me tenías mal acostumbrada,
mimada...y ahora no sé, me cuesta mucho caminar por la vida sin ti...nunca me
acostumbraré a que no estés...el despertador tarda demasiado en sonar y
despertarme de este mal sueño, del que no puedo salir...es como un
laberinto...y no estás para decirme cuál es la salida.
aunque sabes, siento atosigarte, pero tú formas parte de mí,
todos los que hemos tenido la suerte de conocerte nos llevamos un regalo. Tengo
parte de ti, y no solamente en la sangre, sino que en el carácter y la
experiencia me quedo con todo lo vivido, y sé, tengo la esperanza, la necesidad,
que allá donde estés siempre, siempre, estarás muy cerca: empezando por mis
pensamientos (porque te voy a seguir consultando) y continuando por mi corazón
(porque no te irás nunca).
Nunca imaginé.... Nunca debería haber pasado...Nunca imaginé
que tendríamos que aprender a vivir sin ti...pero, aunque cueste mucho, se
intentará: solamente porque tú tenías muchas ganas de vivir, así que nos has
puesto un gran reto: vivir por nosotros y por ti. De verdad que lo
intento...pero ahora mismo todo es cuesta arriba, y, ya sabemos, que la vida no
es fácil, no es justa, pero sé que estarás, aunque no te pueda ver ni oir, ni
tocar, pero brillarás como una estrella.... así que las espinas que me vaya
encontrando en la vida, ya te aseguro que dolerán menos, y, como decías: todo
es cuestión de actitud.
Gracias, papa, te quiero
Nunca imaginamos...seguiremos tío, aunque cuesta tanto...
ResponderEliminarSiempre de la mano, ya lo sabes. Te quiero