Rozando el momento de volar
Después de un año sin viajar, ya
llega el momento de las ansiadas vacaciones. Ahora estamos con los
preparativos, sí, llega el momento de sacar la maleta, abrirla y cargarla de ropa, pero sobre todo
de: emoción. Pero si ésta no cabe en la maleta,
si hace falta, la ilusión más las ganas de descubrir, ya lo llevaremos
nosotros en el equipaje de mano, o mejor dicho: en los bolsillos. Aunque eso seguro que no se nos va a
olvidar, los nervios nos delatan y cuando pensamos en el viaje nuestro rostro
dibuja una sonrisa de oreja a oreja.
Justo hoy recordaba que hace un año
de nuestra llegada a Santiago. Sí, sí, justo hace un año vivimos una de las
experiencias más mágicas, emocionantes y cansadas que hemos vivido: El Camino de Santiago. Fue algo
para no olvidar y que valió mucho la pena. Y
ahora parece que vamos a cumplir otra aventura. Sí, un viaje con el que
siempre habíamos soñado, un lugar de película, reconocido y visto hasta la
saciedad, pero queremos vivir, sentir, oler y pisar las calles de Nueva York. ¡Sí, Nueva York nos espera! Allí que nos vamos los tres. Sí,
Kenzie vuelve a su país de origen,
aunque creo que no nos querrá contar mucho, es muy tímida cuando quiere, pero
guiar, aunque no haya pisado esa ciudad, seguro que lo hace, como siempre, a
las mil maravillas. Tengo la suerte
de ir muy bien acompañada, por dos campeones, como Carlos y Kenzie, que siempre
están ahí y me guían en el camino de la vida. Ahora vamos a sumar esta aventura
que nos espera a todas las demás vividas juntos, y la guardaremos en el álbum
de los recuerdos. La vida en sí es un cúmulo de recuerdos vividos, así que sigamos
creando nuevos recuerdos.
La verdad es que ahora no puedo contar mucho, más que nada
porque aún no nos hemos ido. Estoy de los nervios, como siempre que hago un
viaje, y estamos aún con los preparativos de última hora. Así que, casi que
mejor que me reservo para la vuelta, y así podré contar cómo ha ido con más
detalles, bueno, con todos los detalles. Solamente puedo decir que me hace
especial ilusión hacer este viaje, es un destino que siempre es como muy
llamativo, aunque eso en cierta manera da un poco de miedo, porque cuando
idealizas algo siempre te desengañas. Sin embargo, voy sin ninguna idea
preconcebida. Simplemente con la especial ilusión de ir con Carlos, pero sobre
todo con la peluda Kenzie, que celebrará su octavo cumpleaños en nuestra compañía y en su país, el
país en el que nació, y es por eso y por mil razones más que me hace mucha,
mucha ilusión viajar hasta ahí. Además, cuando reservas un viaje con mucho tiempo,
o no, parece que el día para volar, llegar, nunca se acerque, pero ahora ya
casi lo estamos rozando. En
apenas dos días estaremos en la gran ciudad, la que nunca duerme, la que
más veces ha salido en la pequeña y gran pantalla, la de los rascacielos, la de
la Estatua de la Libertad, la de Central Park. ¡Sí! ¡Nos vamos a Nueva York!
Tengo muchas ganas de pisar las calles de Nueva York, oler
los aromas que rondan por esas ajetreadas avenidas, oír los pájaros de Central
park, aunque, por lo que me han dicho, sobre todo podré oír el jaleo que hay sea
la hora que sea en esa gran urbe, degustar unas gigantescas hamburguesas. Tocar
rascacielos, pero sobre todo lo que quiero es sentir Nueva York.
A la vuelta os cuento todo, todo y todo. Sin obviar ningún
detalle, porque ya me conocéis. Además de traeros, si todo va bien, algún que
otro regalito.
Cierro la maleta, tanto física como ésta, hasta que regrese
de vacaciones. Bueno, la física, si todo va bien, espero poder abrirla cuando
llegue a mi destino. ;)
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