Las Navidades han llegado de una forma fugaz. A medida que nos vamos haciendo mayores parece que el tiempo no haga pausas, no se ralentiza, al contrario; va más y más deprisa. Hace poco estábamos en verano y ahora estamos con nieve hasta los tobillos, aunque eso no es gran dato, porque con el cambio climático. Recuerdo, que cuando era pequeña se me hacía eterna la espera para que llegasen los Reyes, y siempre con el temor de haber hecho algo malo y que ellos lo vieran y no trajeran nada, a pesar de escribir una carta repleta de juguetes y de mentiras diciendo lo buena que había sido. Lamentablemente, ahora esa ilusión ha desaparecido, no sé dónde ha quedado esa inocencia, pero…las Navidades es como otra época más, llena de consumismo. Antes yo no veía esa forma de gastar por ninguna parte, veía: el Belén, los villancicos, poner los zapatos en el balcón para que viesen que estaba en casa, dejarles comida a los Reyes y camellos y ahora…
Nunca había pasado las fiestas Navideñas lejos de los míos. La primera vez que paso Navidades fuera de España, lejos de la familia y con nieve. Sin embargo, no estoy sola, estoy bien rodeada de Carlos y Kenzie. Sin embargo, a pesar de tenerlos, un sentimiento de nostalgia se apoderó de mí el día de Noche buena. El día 24, los tuve lejos y cerca a la vez. Cerca los tengo siempre, en el pensamiento, pero ese día, además, hicimos conexión vía skype. Y así pudimos hablar y verlos, ellos no nos podían ver por problemas técnicos, vamos que no nos iba la WebCam. Al escucharlos a todos ahí reunidos, me hubiera gustado tele transportarme y aparecer por sorpresa ahí con ellos, pero no pudo ser. No hubiera estado mal poder haber estado ahí por unos minutos y darles un par de besos y abrazos a todos ellos, quieras que no estas fiestas son familiares. Creo que es lo que más me gusta de estas fiestas, las reuniones familiares, son una excusa perfecta para verse y ponerse al día, ya que durante el año, entre unas cosas y otras no puedes verte con todos los que te gustaría. Así que a parte de atiborrarte de comida, también charlas con los tuyos y te cuentas todas las novedades que han ocurrido durante el año.
Para nosotros fue un día como otro cualquiera. Eso sí, con cena especial, quisimos darnos el detalle de comer bien, por un día. Y compramos entrecot de ternera, muy rico y muy grande- caro también-, Con uno tuvimos suficiente para los dos, porque también tuvimos el lujo de comer: jamón serrano, lomo y queso curado (todo esto gracias a la gentileza de la madre de Carlos que nos envió un paquete repleto de embutidos, y llegó justo a tiempo). Así, que a parte de tener un buen manjar, no hubo nada del otro mundo. Eso sí, en la tele (nuestro portátil) tuvimos la fortuna de disfrutar un poco de los nuestros, aunque armaban mucho jaleo con risas y demás. ¡Qué envidia sana!
El día 25 fue algo diferente. Tuvimos invitados y eso alegra a cualquiera. Vinieron nuestras amigas coreanas: Yumi, GeomSoung y Minkyoung (no sé si habré puesto bien los nombres, porque el único que me resulta fácil es el de Yumi), también estaba invitada Eunha y Patxi, pero tenían otros planes. Así que en cuanto nos levantamos y desayunamos, nos pusimos a adecentar un poquito la casa- en esos momentos, es cuando nos alegra tener una casa pequeña- y después ya nos pusimos manos a la obra: preparando platitos con embutido, pan con tomate, tortilla de patatas, pan con salmón, etcétera…Cuando llegaron a casa y vieron los platitos ahí en la mesa, les encantó, incluso hicieron fotos. Carlos estaba preocupado porque la tortilla de patatas, su primera tortilla de patatas, le había quedado un poco quemada- se había quedado pegada en la sartén-. Sin embargo, triunfó, no quedó ni un trozo de tortilla, les gustó mucho. Les dijimos si para beber querían vino, habíamos comprado un Rioja para la ocasión, y Yumi nos dice que sí que quiere kalimotxo, que está muy rico. Y nos quedamos de piedra ¿cómo sabía lo del kalimotxo? Se ve que lo había probado de otro español que conoció que vivía cerca de donde ella vive. Así que kalimotxo para todos! Así que entre las risas y el vinito enseguida entraron en calor. Les costó, porque al principio estaban con los abrigos puestos, a pesar de que antes de que vinieran habíamos puesto la estufa para que se caldease el ambiente, pero hasta que no empezaron a comer un poquito y beber no se quitaron los abrigos, y porque les dije yo que si no luego cuando salieran a la calle iban a tener más frío (es que sí que es verdad, que ese día hacía mucho frío -8ºC , y que en nuestra casa hace bastante frío. Pero no era plan de que estuvieran comiendo con los abrigos puestos). La verdad, es que nos lo pasamos muy bien. A parte del pica-pica, con embutidos y demás, les preparamos unas sopa sde fideos chinos. Y después la lasaña, de esas congeladas, que creo que se pensaron que la habíamos hecho nosotros, así que genial. Yo, no pude con la lasaña, con la sopa y el aperitivo tuve más que suficiente. No sé dónde meten tanta comida con lo delgadas que están. El postre lo trajeron ellas. Trajeron melón y piña y lo prepararon a trocitos muy rico. Después de los cafés y hacer un poco el tonto, ya se marcharon. Tenían otros planes, y entre eso, y que decían que vivimos muy lejos, cogieron carretera y manta. Y nos dejaron todo lo que habían traído: zumos de naranja, otro melón- de esos pequeñitos- y otra piña y unos pastelitos coreanos que a Carlos le gustan mucho. Un detallazo tanto lo que trajeron como su visita, nos alegraron el día, fue diferente. Cuando se fueron nos volvimos a quedar solitos, y ya no salimos, porque entre el frío y que ese día estaba todo cerrado, pues que mejor que quedarse en casa. A nosotros no nos trajo nada Santa Claus, bueno sí un buen manjar y estar bien acompañados, qué más se puede pedir? Algún detallito? Bueno, es que a pesar de estar aquí nos mantenemos firmes a la tradición de los Reyes Magos. En clase, en la academia, me harté de explicarles a mis compañeros, sobre todo a las coreanas, lo de los 3 Reyes Magos “Magic Kings”. Los 3 reyes magos con barba, pero no conocen mucha esa tradición, pero es nuestra. Lo de Papa Noel, yo creo que es un invento consumista, porque desde que viste de rojo por la coca-cola ya es algo significativo. Así que desde aquí reivindico la importancia de los Reyes Magos, ahí queda dicho.
Al día siguiente, 26, St Stephen Day, gracias a la visita de las coreanas el día anterior, supimos que comenzaban las rebajas. Al menos en Henry Street había descuentos. Lo malo es que primero fuimos al Penny’s, la tienda de ropa barata. Digo lo malo, porque fue entrar ahí y no parar de comprar: sábanas de franela, otra funda para el nórdico, pendientes, calcetines…y eso que ahí no había rebajas, pero es que es tan barata, bueno mucho no, pero está muy bien de precio, y claro fue nuestra perdición, porque después seguimos yendo de compras, pero cargados de bolsas. ¡Viva el consumismo! Ese día la vuelta a casa se volvió a convertir en un peligro, el patinaje artístico volvió. Hasta el día 25 había estado nevando sin parar y la nieve por algunas zonas ya se estaba deshaciendo. Ese día fuimos de compras sin Kenzie, imagino que lo entendió, al menos nosotros lo hicimos con la mejor intención, ya que ir de rebajas con ella sería un agobio tanto para ella como para nosotros, y a parte de eso, se distrae mucho con la nieve y se hincha a comer nieve, hielo o lo que pille.
Otra de las cosas que compramos ese día fue una WebCam, ya que como la del portátil nos había declarado la guerra, pues nos dimos por vencidos. Ahora la hemos reemplazado por ésta, no es muy buena, pero ¡qué vamos a pedir por 7 euros! No tiene mucha resolución, no es de marca y no se ve si no hay mucha luz, pero para hacer el apaño está muy bien.
A parte de comprar, caminar y caminar no hicimos gran cosa. No hacía nada de frío, a veces parece que hace más frío en casa que en la calle, como nos pasó ese día, pero nada que la estufa, la bata, la manta y estar cerca de Kenzie no solucione. J
Tengo mil cosas más que contar, pero no he querido comenzar por orden cronológico, ni con excusas por mi tardanza, ya que no merece la pena. Estamos en Navidad, me sabréis perdonar, intentaré publicar más estos días y ponerme al día, a ver si lo consigo antes de que acabe el año. Porque novedades ha habido y muchas desde que escribí por última vez, algunos de los titulares:
- Carlos cumple un año más
- Visita de Cris y Dani
- Fábrica de Guinness
- Por fin, descubrimos Phoenix Park
- Semana desastre: blanca Navidad entre otras…
Y mucho más…
Pero estos días y para ir abriendo boca, no estaba mal dedicar una mención especial a esta época: Christmas time. Quería poner una canción que la he escuchado varias veces en algún pub y en la radio, sobre la Navidad , pero no recuerdo el nombre, así que he sido incapaz de encontrarla, pero rebuscando por youtube he encontrado la canción que os pongo al principio. Me ha gustado, espero que la disfrutéis y os sirva para amenizar la lectura.
¡FELIZ NAVIDAD!
Disfrutad cada segundo, cada minuto, cada instante, porque queda poco para que el 2010 diga adiós. Aunque esta entrada haya sido un alto en el camino, procuraré poneros al día antes de que diga del todo adiós. Así que yo me despido con un
¡Hasta luego!
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