jueves, 20 de junio de 2013

Métodos de lectura



¡A leer!

     
          No sé cómo, hasta ahora, no he introducido en la maleta ninguna entrada relacionada con la lectura. El mejor método para viajar, el más barato, es abriendo un libro y empapándote de lo que te cuenta. Sí, el mejor viaje es el que te creas tú con tu imaginación. Volar sin alas.

En una maleta, un elemento importante que nos puede hacer el viaje más llevadero es poniendo un libro. Si el viaje es corto, quizás, no tienes la oportunidad, ni tiempo para sacarlo, pero por si acaso ahí está. Pero, si por el contrario tienes un trayecto largo, un libro siempre hará que el viaje sea menos prolongado y se te pase antes. Es una manera de entretenerte y de hacer desaparecer el aburrimiento. Una forma de estar solo, pero acompañado.

Como he comentado, no sé cómo nunca he escrito sobre libros. A mí me encanta leer, de hecho  creo que, escogí mi carrera solamente porque me gustaba la lectura, por tanto: ¿qué mejor que filología hispánica?. Y sí que me harte de leer, y releer, aunque en ocasiones, muchas veces, los mismos libros. Para hacer un buen estudio sobre un libro, no hay que leer, hay que releer, para ver un doble sentido, una doble lectura, o encontrar metaliteratura dentro de las lecturas.

Sin embargo, algunos os preguntaréis cómo puedo hablar de libros si tengo una deficiencia visual. Sí, para quien aún no lo sepa, tengo una neuropatía óptica de Leber,  que me impide ver con claridad. Pero, tanto yo como deficiente visual, como las personas que no ven nada, podemos leer. Como escribí en la entrada “Los sentidos olvidados” tenemos otros sentidos, y con la falta de uno, no queda otra que desarrollar más los otros. En nuestro caso, uno de los sentidos que más desenvolvemos es el oído. Por tanto, gracias a este sentido, el oído, podemos leer. Aunque métodos hay muchos. Siempre hay que buscar recursos. A continuación os contaré alguno de los sistemas que conozco:  

1-     Audiolibros: Los audiolibros o libros hablados, como bien dice la palabra, son libros  leídos. Están muy bien, porque en la Biblioteca Digital de la ONCE  los afiliados podemos encontrar libros leídos con voz humana y en diferentes formatos. Si algún libro te interesa y no está, siempre puedes contactar con el Servicio Bibliográfico de la ONCE y te lo pueden grabar, o, conseguir en algún otro formato que te sea útil. En mi caso, me había puesto en contacto con este servicio, a través de mi profesora de apoyo cuando estaba en la universidad, y necesitaba algún libro y no lo encontraba.
Este tipo de libros están leído por personas, por tanto la voz es humana y es más fácil que el oído lo asimile mejor que una voz sintética. Sin embargo, hay veces que, con todo el respeto a los lectores, hace que te duermas escuchando un libro. El ritmo y el tono de quien lee hace mucho, si utiliza un ritmo muy monótono, por muy interesante que sea el libro cuesta mucho prestar atención, porque los párpados cada vez van pesando más y más. Si la voz no es nítida, cuesta entenderle, hace que la comprensión del libro sea más complicada. Así que, pasaría como si para un vidente la tipografía de un texto es: borrosa, pequeña o de colores, eso dificultaría la lectura. Pues eso mismo nos sucede con la voz: la tonalidad, el ritmo, el volumen, y demás hace que un libro nos atraiga más o no. Por supuesto, dejando de lado la forma de difusión, también es muy importante la historia del libro en sí. Por muy bien leído que esté, si no nos gusta, no nos atrae la historia que relata, no tiene que ver quién, ni cómo se lea.  Simplemente que para gustos los colores, y hay libros que por mucho que te hayan recomendado no acabas de entrar en la historia.
Actualmente, no solamente podemos encontrar libros en la Biblioteca digital de la ONCE, también se pueden encontrar en cualquier Biblioteca Pública. No solamente se pueden tomar prestados en las bibliotecas, también puedes comprarlos. No hay muchos, pero cada vez hay más. No solo las personas que tenemos dificultades visuales utilizamos este sistema, sino que; hay personas que les resulta cómodo y práctico leer de esta manera. Sobre todo, está más extendido en otros países. Por ejemplo: en lugares, donde la gente conduce para todo y en ocasiones largos recorridos, escuchan audiolibros mientras conducen. Me parece una idea fantástica para aprovechar el tiempo.
Hablando del extranjero, cuando estuvimos en Dublín me quedé alucinada con la gran variedad de audiolibros que tenían en la biblioteca. Carlos y yo tomamos prestados algunos. Venían en C.D. y nos venían de perlas para ejercitar el oído con el idioma inglés. Reconozco que, no eran libros extensos, más bien, y no me avergüenza decirlo, eran libros para niños. Eran libros que te venían con audio y libro aparte, así veías también cómo estaba escrito: C.D de audio y libro de texto. 
-        Ahora os voy a relatar cómo fue mi primera experiencia ante un audiolibro:
Mi primera experiencia con un audiolibro no fue muy buena. Estaba en la estudiando en la facultad y tenía que leer un libro, pero ya no podía y no sabía cómo hacerlo. En la ONCE me hablaron de los libros hablados, algo nuevo para mí hasta entonces. Me facilitaron una adaptación de puesto de estudio, que era una cinta de cuatro pistas y un reproductor. Nunca había escuchado, ni visto, ni tocado una cinta de cuatro pistas, pero, vamos, es igual que una cinta de cassette normal, simplemente, la diferencia principal es que la puedes escuchar por ambas caras dos veces, de ahí cuatro pistas, porque es como si tuviera cuatro caras. Pero, había veces que te liabas y ya no sabías por la cara que ibas. Pero, nada que una buena escucha no solucione, ya que al principio de cada cara te dice por dónde vas.
 Bueno, pues poner la cinta en el cassette (¡Qué tiempos aquellos!) y dejar que la cinta sonase fue como…!buff! terrible. Para mí eso no era leer, era escuchar. No quería escuchar donde había sido editado, ni el número de ISBN, ni el índice, ni nada, no quería datos, quería escuchar el relato. Una vez pasado el índice, empezó la historia. Pero, a pesar de estar leído por una voz humana, no era fácil asimilar el cambio de un sentido por otro: vista por oído. Primero no era un libro por placer, era un libro obligado. Segundo, tenía que estar muy concentrada, porque si no esa voz cada vez se escuchaba más y más flojita, síntoma de mi adormecimiento. Tercero, el hecho de no tener nada entre las manos, el libro físico, ni los ojos ocupados en las palabras,  hacía que me sintiese sin hacer nada. Pero, al contrario, estaba haciendo algo: leer. Pero, lo estaba descubriendo, y para ello requería concentrarme y meterme en la historia y dejarme llevar.
-        Hoy día, ya no significa ningún “trauma” leer un audiolibro. Ahora ya he incorporado a mi vocabulario habitual leer, aunque sea escuchar. Ahora, disfruto leyendo audiolibros. Incluso, es más cómodo, no se te cansa la vista, puedes leer mientras friegas, y no tienes porque aguantar un tocho  mientras lees. Pues estar en la playa y disfrutar de una buena lectura, sin que el Sol haga de las suyas y no te deje ver, porque qué más da ver o no ver, igualmente estás leyendo.

2-      Formato digital: Método de lectura muy parecido al anterior, a través de sistemas informáticos. Gracias a las nuevas tecnologías, hemos avanzado mucho y hay muchas adaptaciones, para poder leer casi cualquier texto. En mi caso para leer algo bastante largo, utilizo un programa llamado ZoomText, lo tengo siempre que enciendo el ordenador, ya que me sirve para tener el aumento de letra deseado, y, como he dicho, cuando voy a leer algo largo, o mis ojos están cansados, le pongo la voz y me lee todo lo que sale en la pantalla. Utiliza una voz un poco robótica, pero que se entiende bastante bien. Las personas invidentes utilizan otro programa llamado Jaws que lee absolutamente todo, y al cual yo aún no me he acostumbrado. Aparte de los programas mencionados, también hay sistemas operativos tipo: MAC, los cuales incorporan una adaptación de accesibilidad  llamada  voiceover.  Y también un magnificador, pero a pesar de ser un magnificador tipo ZoomText, me resulta más eficaz el voiceover.
3-     En general las voces no son tan agradables como la de los audiolibros, ya que no son humanos, quienes reproducen todo lo que sale en la pantalla. Sino que,  es una máquina la que reproduce todo lo que hay escrito. Pero, el oído rápidamente se acostumbra a esa voz, incluso a velocidades sorprendentes. De esta manera, cualquier texto digitalizado se puede leer, ya sea a través de los ordenadores con los programas mencionados, ó,  hoy día con ipad, iphone, ipod: gracias a la labor de accesibilidad que hace Apple incorporando Voiceover a sus tecnologías. Habilitando la accesibilidad a sus tecnologías, haciendo que sea fácil y accesible para todo el mundo.
Actualmente, al estar tan de moda los libros electrónicos, es más fácil acceder a ellos. Incluso, puedo compartir libros con amigos, cosa que antes no podía hacer, ya que no estaban acostumbrados a leer de forma digital. Pero, ahora han visto que con las tabletas llevan un montón de libros reunidos en una máquina, que no pesa casi nada. Una forma cómoda y práctica de llevar miles de libros en un simple cacharro.   
Estas tecnologías facilitan la lectura, sea cual sea su formato. No tiene porque ser un libro, puedo leer desde el móvil el diario si quiero, o cualquier página web. Antes ir en el metro y que alguien te fuera dando casi en la cara con su diario desplegado, me ocasionaba: rabia, envidia y…vamos, me fastidiaba mucho. Pero, ahora me da igual, yo también puedo leer el periódico, o lo que me de la gana, y con unos cascos no tengo por qué incordiar a nadie. Puede que ni nadie se de cuenta que esté leyendo, simplemente pueden pensar que estoy escuchando música, o trasteando el móvil, mientras yo disfruto de una buena lectura durante un trayecto en metro. Una manera de aprovechar el tiempo.

4-     Otra forma de leer, aunque es para nivel avanzado es a través del Braille. Sistema que todavía no domino, y creo que nunca lo dominaré para leer un libro. Para cosas funcionales quizás sí, algún día puede que llegue a la meta de conseguirlo. Sin embargo, he conocido a gente que es ciega de nacimiento y disfruta mucho más leyendo libros en Braille, leyendo con el tacto que con el oído. Porque no hay una voz de fondo, ellos ponen la voz que quieren a los personajes, sin que haya una voz que no les gusta que la ponga por ellos. Además, leen muy rápido. Y a pesar de que yo en alguna ocasión diga que está en desuso, seguro que muchos de esos lectores están en contra de mi afirmación. Simplemente, lo digo por el tema de las nuevas tecnologías, pero sé que una cosa no tiene porqué suplir a otra. Yo no tengo el tacto tan desarrollado, y hay un momento en que los puntos de la línea de arriba se me mezclan con los de abajo y me pierdo. Aunque sé que como en todo, todo es cuestión de práctica. Pero, teniendo otro método que me gusta más, o que, me resulta más cómodo, me voy a lo fácil y me quedo con el sistema digital.  

5-     La voz amiga y familiar: Aunque hay otros métodos...Uno, al que no recurro muy a menudo, porque requiere de la presencia de terceras personas, pero que me encanta. La lectura de familiares o amigos. Estar en el sofá o en la cama y empezar a escuchar una voz conocida me encanta, porque es como si te contasen una historia de tú a tú, y así es. En alguna ocasión lo había hecho mi madre con algún libro de la facultad, la pobre me iba leyendo capítulos y me los grababa en una grabadora. Disfrutaba con la lectura, no por el libro, sino porque quien me lo leía era ella. Tener su voz en esa máquina me encantaba. Leerlo en la cama era como volver a la infancia y me evocaba a cuando ella me leía algún cuento, a pesar de que no fuera ningún cuento lo que me estuviera leyendo en esa ocasión.
Una voz amiga, conocida, siempre hace más fácil cualquier cosa. Valoro mucho a todos aquellos que en algún momento habéis formado parte de mi memoria auditiva. ¡Gracias! 

6-     Por último, aunque seguro que hay más métodos, la Telelupa. Al tener resto visual, siempre que puedo lo utilizo, me gusta hacer uso de mi resto visual todo lo que puedo. Y este aparato, similar al monitor de una televisión, permite ampliar con un zoom todo aquello que pongas en la tabla que tiene debajo de la cámara. Todo aquello se reproduce en una pantalla, la cual tiene algunos botones: para enfocar, ampliar o cambiar los contrastes. Hay diferentes tipos, incluso el otro día me enseñaron una de pantalla de plasma. Yo la que tengo es bastante grande y pesa lo suyo (alrededor de 20kg.), pero tampoco es necesario moverla. Es una telelupa de escritorio y su uso como tal lo hace. La mía no tiene color, pero tampoco me hace falta, ya que no me serviría de mucho. Funciono mejor con el contraste negro sobre blanco, aunque si es a la inversa tampoco hay problema- opción también disponible- mientras sean contrastes fuertes. También hay otro tipo de Telelupa que se conecta al ordenador, y todo aquello que la cámara enfoca salta a la pantalla del ordenador. Creo, aunque no la he utilizado, que no me serviría, ya que utilizo una ampliación bastante grande de Zoomtext, por tanto eso de dividir la pantalla…me da que la pantalla no da para tanto. 
Las personas ciegas totales no pueden utilizar una telelupa, pero sí un escáner. Ponen cualquier texto, lo escanean y aparece en el ordenador,  pasan un reconocedor de textos y el Jaws  se lo lee.
De igual modo que puedo leer en la telelupa lo puedo hacer con manuscritos con ciertas características: Letra grande, grandiosa, enorme, clara y si puede ser; mayúsculas y con rotulador a poder ser negro. Pero, claro, eso, igual que me sucede con la telelupa, el ordenador o cualquier texto, por muy grande que sea, no es para leer un libro. Tampoco hay que abusar del resto visual, porque cuando llevas un poquito los ojos empiezan a protestar y empiezan a lagrimear quejándose de un sobreesfuerzo. Pero, no todo son libros. Cualquier lectura, aunque sea una nota, una carta o cualquier cosa es lectura. La lectura es apasionante y siempre es mejor que haya algo escrito, ranto como para demostrar algo, como para recordar o simplemente porque las palabras no se las va a llevar el viento, como pasa en una transmisión verbal.  Al menos en los audiolibros, o cualquier formato mencionado aquí, las palabras están grabadas y puedes rebobinar o volver a esa lectura las veces que quieras, sin recurrir a la memoria. 


Métodos, sistemas y formas habrá miles. Lo importante es que es posible leer, a pesar de que en los tiempos que corren hay gente que piensa que no podemos. Se puede y lo hacemos, a veces más que los que pueden hacerlo con sus propios ojos. Pero, allá cada uno. Cada uno tiene sus aficiones, y para mí la lectura es un ocio del cual disfruto. Me embarco en un nuevo libro siempre que puedo y lo saboreo hasta el final, a veces con un sabor amargo y otros con ganas de repetir. Así que espero que con esta entrada, haga un hueco para introducir libros en esta maleta. Siempre ha habido hueco para ellos, pero no sé por qué hasta ahora no lo había hecho. Así me doy la oportunidad de que en alguna otra entrada se cuele algún libro que haya caído en mis redes y pueda compartir con vosotros mis impresiones de tal lectura.

Leer es un viaje apasionante y barato. A veces te evade de la realidad, otras te hace soñar, vivir vidas paralelas, aventuras, o dibujarte una cruda realidad. De cualquier manera, tenemos que ejercitar nuestra mente leyendo. Disfrutad de una buena lectura. Ahora que llega el verano, seguro que muchos aprovecháis para abrir un buen libro, disfrutadlo.

1 comentario:

  1. Bueno esto es fantástico y todo un ejemplo.Tú que tienes que hacer más esfuerzo para leer que una persona sin problemas visuales lees seguro más que la mayoría.
    A mi también me gusta mucho leer.Y será un placer compartir contigo mis lecturas.Y leer tus reseñas y recomendaciones Pili.De hecho ya he leído una en tu blog.
    Te animo a que sigas compartiendo tu pasión lectora con tus lectores.Estaré muy atento a tus nuevos posts Pili

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