El año está a punto de decirnos adiós. Un 2010 que deja paso al 2011. Mi idea era escribir los titulares dejados en el tintero en la entrada anterior, pero como el tiempo no cesa, no hay pausas para mí ni para nadie, el tic-tac me ha pillado sin tener los deberes hechos a tiempo. Así que los dejaré para otras entradas. Eso no quiere decir que esos temas queden olvidados, porque estarán en mi memoria, y en cuanto pueda los recuperaré, estrujaré mi memoria y los transcribiré.
Podría escribir una de mis típicas parrafadas y en un momento ponerme al día. Sin embargo, prefiero hacer un repaso a este 2010, se lo merece. Cada año es diferente a otro. En los 365 días que tiene el año nos ocurren cosas que somos incapaces de recordar una por una. Nos ocurren situaciones que muy fácilmente olvidamos, pero otras nos marcan, por unos u otros motivos forman parte de nuestras vidas. Esos recortes forman parte de nuestro cortometraje personal. Años que parece que pasen volando y otros que parece que no llega el momento para que finalice y con la esperanza de que el siguiente nos traiga mejores situaciones. Pero todos ellos forman parte de nuestra vida, queramos o no.
No sé qué me deparará el nuevo año: 2011, no sé si cumpliré mis propósitos (aún ni pensados), pero sé lo que ha dado el año que va diciendo adiós.
El año que se va, ha sido para mí el inicio de una nueva etapa en mi vida. Ha sido un capítulo lleno de novedades. Empecé a vivir con Carlos. En pleno inicio de convivencia, comencé las prácticas en HP. Todo vino muy rápido, casi sin darme cuenta.
En julio acabé las prácticas en HP, Carlos empezaba vacaciones, yo estaba a punto de dejar atrás el cuarto de siglo cuando mi padre nos pegó el susto del año. Como hay que ponerse las gafas del optimismo, ese susto, por suerte, quedó en eso, en un sobresalto. Y como hay que ver el lado positivo de todo, ha servido para que dejes malos vicios: como el tabaco. y renazcan otros como el deporte y una comida más saludable. Fuera el colesterol y la nicotina.
A mi padre
No supe entenderte en los momentos que más me intentabas apoyar. Sin embargo, nunca llegaremos a un acuerdo con aquella época, un tiempo que queda en el pasado, pero que siempre nos marcó. Tú querías ayudarme, como siempre has hecho, y te veías incapaz de poder hacerlo. No había culpables, no hay culpables, aunque yo viera que el mundo estaba contra mí, y tú intentases por todos los medios sacarme del atolladero. No había solución y tú no renunciabas que no la hubiera. Me agobié, te agobiaste, nos agobiamos, y nos distanciamos. Hablar de según que temas se convirtió en tabú. En casa nunca ha habido secretos, ni barreras, pero algo cambió. Al pasar los años me he dado cuenta, he querido empatizar contigo y he querido entenderte. Por eso y por todo lo que has hecho y haces por eso y mil cosas más te doy las GRACIAS. No sé qué haría sin ti. Así que más te vale cuidarte.
Igual que tú, yo, nadie encuentra explicación a lo que te pasó en julio, hay veces que la vida nos pega bofetadas, nos pone zancadillas, pero todo es por algo: para aprender. Tú has aprendido a tener una vida más sana y yo he aprendido a ver con otros ojos. Hay que valorar lo que tenemos, aunque a veces no lo hagamos, y yo tengo que valorar que tengo un padre excepcional de quien me tengo que sentir muy orgullosa, y así lo hago. Aunque, a veces dé vergüenza o un no sé qué de pudor no lo decimos con la soltura que deberíamos, pero desde aquí: TE QUIERO PAPA.
Entre la nueva vida en pareja (o en familia, no nos olvidemos de Kenzie), las prácticas en HP, el verano y los proyectos de aventurarnos a dejar España…el año se me ha pasado volando. A finales de octubre ya estábamos cogiendo un avión para venir aquí, Dublín. Nuestro propósito o nuestro deseo para este año es aprender inglés y si conseguimos trabajo, mucho mejor (sería todo un logro, tal y como está el panorama en esta isla).
Para Carlos también ha debido ser un año lleno de cambios: convivencia, dejar su barrio, tomar decisiones, dejar el trabajo y venirse a la aventura conmigo. Para todos es difícil tomar decisiones, pero a veces es el momento de hacerlo. No sabremos nunca si elegimos el camino correcto o no, pero, quizás no hay rutas correctas, si no diferentes. Diferentes formas de vida. Lo diferente no es incorrecto, no es malo, es arriesgado, pero no es malo. Hayamos escogido bien o mal, estar aquí es una experiencia más en nuestras vidas, que pasará a formar parte de esos recortes de nuestro largometraje.
Como estoy haciendo un símil de vida y cine. Toda película tiene una banda sonora, y en este momento me viene a la mente la canción de “Mecano” Un año más; ya que el día de las campanadas, es el momento para hacer balance de lo bueno y malo que nos ha ocurrido. Así que ahí la dejo, para que la escuchéis y recordéis el año con la canción.
Deseando que el año que viene no haya sustos (creo que ya hemos aprendido suficiente) me despido deseando que el año que viene sea beneficioso para todos. Gracias a todas aquellas personas que de un modo u otro han hecho que las cosas resulten más fáciles, gracias por apoyarnos, por estar ahí y por hacernos sonreír. Este año he conocido a personas maravillosas, ha sido un lujo conoceros, y espero que sigamos en contacto, porque lo importante no es conocerse, si no mantenerse, y espero que esos lazos que hemos anudado no se desaten con facilidad y perduren. A parte de agradecer a las nuevas personas que han formado parte de nuestras vidas, no quisiera olvidarme de las que siempre han estado y están ahí, gracias por estar. Y nos vemos el año que viene!
Un beso enorme
¡Qué tengáis buena salida y entrada de año! :-)
P.D: Cuidadín con las uvas, una por una sin descuidar ninguna. Cada una es un año lleno de fortuna. Nosotros, aunque aquí no se lleve, nos las tomaremos, firmes a nuestras tradiciones -spanish traditions-
Estoy conmovido y al mismo tiempo, contento por la buena opinión que tienes de mi, quiero decirte rememorando un dicho castellano y jugando con el “Que de tal astilla, tal palo”
ResponderEliminarMe siento feliz cuando veo con la entereza que afrontas la vida y te animo a seguir con igual fortaleza por el resto de los tiempos.